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Paulo estaba sorprendido de sí mismo. Era la primera vez desde que estaba en Qatar que no estaba nervioso en la previa del partido. Pudo comer todo el contenido que le sirvieron en el plato durante el almuerzo, sin terminar vomitando todo por la ansiedad, no necesitó meditar aunque si encendió los sahumerios de palo santo que le fueron proporcionados por Licha.
El cordobés desconocía la razón de tanta tranquilidad, probablemente tenía que ver con la culeada que le había dado Leandro la noche anterior y eso le quitó todo el estrés que cargaba. Si ese era el motivo, con más razón tenía que agradecerle a Leandro luego del partido, en caso de que la Selección Argentina se quedara con la victoria.
Por otro lado, Paulo tenía la seguridad que la Selección iba avanzar a la semifinal; Argentina nunca perdió contra Países Bajos. Todos recordaban el partido del Mundial 2014, ese mismo que le dió el pase a la fatídica final contra Alemania; pero el partido contra los holandeses era algo que todos lo de la generación de Paulo recordaban con emoción, ése mismo donde Mascherano se acercó a Chiquito Romero y le dijo la tan conocida frase, Hoy te convertís en héroe. Esa noche le tocaba al Dibu ser el nuevo héroe de los argentinos.
El tiempo pasó volando y cuando Paulo se dió cuenta ya estaban entrando en los vestuarios del Lusail. Faltaba todavía para el inicio del partido, así que mientras algunos de los utileros y el cuerpo médico miraban, a través de un celular, el partido de Brasil contra Croacia, Paulo aprovechó para salir en búsqueda de su amiga.
Paulo encontró a Martina a mitad de camino, entre el vestuario y el palco de los Messi. La castaña tenía los mismos jeans que llevaba en cada partido desde que estaba en Qatar, el pelo trenzado y el mismo maquillaje. Solo tenía algo distinto y era la camiseta. Hasta el partido contra Australia llevó una casaca violeta con el dorsal número diez el de Messi, pero ahora ese número habia cambiado y en vez del 10 estaba el 7.
—Cuídame la base que me salió un ojo de la cara —dijo Martina mientras le alcanzaba la botellita de base marca Chanel.
Esa misma mañana, Paulo después de ducharse notó que tenía el cuello lleno de chupones, fue entonces que le envió un mensaje a su amiga rogándole que le llevara una base al estadio.
—También te compras la más cara, nunca usar Avon vos —comentó Paulo y agarró la botella.
—Te extrañe, pelotudo —se rió Tini y rodeó a Paulo con sus brazos.
—Yo también, extraño hablar hasta tarde con vos —admitió Paulo —. ¿Por qué te cambiaste la camiseta? No respetas las cábalas.
—Es solo un número, Pau. La camiseta es la misma, el mismo color y todo —se encogió de hombros Tini —. Además estoy hasta con el mismo maquillaje, si respeto las cabalas. Pero bueno, ¿Que sabes de Rodrigo?
—Hoy va a jugar, es títular. Ahora lo deje con unos aparatos que le proporcionan masajes en la pierna, espero que le ayude al menos a jugar el primer tiempo.
—Pobre mi gordo —respondió Martina.
—Ah pero estás engachadísima, boluda. Voy a estar mirando las tribunas porque seguro con cualquier revolcada que le den a Rodrigo, te convertís en Gabriela Montez en High School Musical 3 —jodió Paulo y empezó a reírse.
—Sí me dice Make me strong, me mudo sin pensarlo dos veces con él a Madrid —admitió ella.
Paulo sonrió, pero un poco le preocupaba lo rápido que se estaba enganchando Martina con Rodrigo. O sea, él se alegraba por su amiga, pero no conocía las intenciones del mediocampista con su amiga y aunque ella decía algunas cosas en joda...entre broma y broma la verdad se asoma. De todas formas, ese lugar y ese momento no eran los indicados para tener esa charla, por lo que Paulo se despidió de su amiga, con la promesa de cuidar la base, y se dirigió de vuelta a los vestuarios.
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i wanna be your end game ⚽ paulo dybala & leandro paredes.
Fanfiction⚽ chico x chico. ⚽ modismos argentinos. ⚽ participación especial de la selección argentina.