Discovering The Disaster

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Oh, Happy Hotel.

Parecías ser buen alojamiento para alguien nuevo.

Hasta que ves el caos dentro.

Una pequeña sirvienta mataba cucarachas con una sonrisa inquietante, una araña fumando e insinuandose a un gruñón mitad gato que bebía alcohol barato, una pecadora agresiva con una lanza extraña, un demonio sonriente con filtro de radio en la voz y la inevitable efecto mariposa de todos allí, Charlie Morningstar, la princesa del infierno.

¿Como llegó a esa rara situación?

Bien, un momento, volvamos un poco atrás.

Exactamente a la tarde después de la canción rancia.

La peli negra no había tardado en emprender camino al hotel, no sabía que le esperaba allí, pero podía soportar lo que sea unos cuantos días hasta que descubra como sustentarse en ese lugar.

Porque si, oh sorpresa. El infierno es lo mismo que la vida en la tierra.

¿Sorprendida? No, ¿Decepcionada? Un poco.

Una vez frente al destartalado lugar, trató de repasar nuevamente su plan que nunca fallaba: Ser amable, pasar desapercibida e irse con recursos en silencio en cuanto haya solventado sus problemas.

Fácil.

O no tan fácil.

En cuanto tocó la puerta la recibió la misma chica que cantó en ese programa.

- ¡Hola! ¿Como te llamas? ¿Vienes a reformarte? ¡Es encantador tener a más personas para el hotel! - Gritó emocionada jalando su brazo hacia dentro del lugar sin dejarla hablar.

- Charlie, calma, no la dejas hablar. - Habló una chica con una lanza mientras la apuntaba con un poco de distancia. - ¿Quién eres y que haces aquí?

¿Era muy tarde para irse?

No, no tenía más opciones aún, solo debía mantener la compostura.

Aclaró la garganta y tocó con su dedo el borde de la lanza para bajarla lentamente.

- Me llamo Hanni, escuché sobre este hotel en la tele y quise venir a ver que ofrecen. - Respondió sonriendo de forma leve tratando de no verse como una amenaza, no le convenía en lo absoluto el ser un problema en su llegada.

- ¡Oh, yo la conozco!

La pelinegra alzó su vista y logró ver al chico que conoció hace unas cuantas horas, ¿Como se llamaba? Oh.

- ¡Angel Dust!

La chica con la lanza pareció bajar un poco la guardia y "Charlie" como llamó la misma a la rubia se apartó cuando Ángel se acercó para chocar los puños con Hanni.

- ¿Que hay? No pensé que nos veríamos tan pronto.

- Ni yo, menos en este lugar. - Angel dejó escapar una risita.

- ¿Se conocen?

De pronto Charlie entró en la conversación, en la cabeza de la felina sonó un "Obviamente, ¿No estás viendo, mensa?" Pero reprimió sus pensamientos intrusivos y se limitó a asentir, ya que la araña respondió.

- Me ayudó hoy en la pelea por territorios. - El del pelaje rosa apoyó uno de sus brazos en el hombro de la leopardo.

- ¡Así es! Soy nueva por aquí, pero le eché una mano. - Sonrió mostrando sus colmillos felinos, aparentemente ya no debía actuar tan pasiva, gracias a (alguna deidad, supongo) Angel estaba allí y no se olvidó de su cara fácilmente.

La de la lanza pareció dudar, pero la chica, Charlie, no dudó en abrazar a ambos colocándose en medio contenta por tener nuevos huéspedes en su hotel.

- ¡Perfecto! Ven, te enseñaremos que hacemos aquí.

Y así pasaron los siguientes treinta minutos de su no-vida, viendo y oyendo planes ridículos sobre amor y amistad con dibujitos y canciones, ya empezaba a pensar que en lugar de haber caído en el Infierno terminó en alguna parte de Equestria. Cuando finalmente acabó de explicar suspiró aliviada.

Y este era su presente, lo que se vió al inicio, un caos.

Pero no se sentía amenazada.

Bueno, no del todo, sentía algo extraño, se sentía incómodamente vigilada, no sabía de quién provenía, por lo que estaría silenciosamente con la guardia en alto.

Además que...

Oh, ¿Y eso?

- ¡Hola! Soy Nifty, y me encantan los chicos malos. - La pequeñita sonrió de forma escalofriante sosteniendo su mopa.

Hanni sonrió entre divertida y algo perturbada por ver un ser tan pequeño con un aura tan sádica, pero solo se hincó y le sonrió tomando su manito.

- Es un placer, Nifty, yo me llamo Hanni. Y si, los chicos malos son muy bueno, si veo uno te lo traigo con moño. - Soltó una risita tocando su cabeza.

- ¡SI! ¡CHICO MALO, CHICO MALO, CHICO MALO! Oh, ¡CUCARACHA MAMÁ!

Y así se fué corriendo mientras trataba de matar a la cucaracha.

Bien, en definitiva no eran normales, pero solo serían unos días, pudo haber sido peor.

¿Verdad?

⎯ ★ ㅤ ⎯

OTRO CAPÍTULO, re corto, pero bueno, trataré de mantener un buen ritmo y captar la esencia de la personalidad de cada uno.

Eso es todo, los tqm lectores sin oficio que acabaron en mi pocilga. 🫶

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⏰ Última actualización: May 01 ⏰

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