2

170 26 4
                                    


—Tiene que tener cuidado, Señor —Kibum le comentó a TaeMin en voz baja.

—Nos conocemos hace casi un mes y aún no estás cómodo llamándome por mi nombre —TaeMin miró con pesar a Kibum—. ¿De qué tengo que tener cuidado Kibum?

—Disculpe...TaeMin. No estoy acostumbrado a llamar a mis superiores por sus nombres —Kibum dijo tímidamente.

—De nuevo, yo no soy mejor que tú. Sólo trabajas para mi... mi... el Rey Supremo, eso es todo.

—¿Lo dejaremos como un amistoso desacuerdo, entonces? Algunas apariencias deben mantenerse —Kibum hizo una pausa y miró angustiado a TaeMin antes de continuar—TaeMin, debe tener cuidado. Hay rumores volando por la casa. El Harén está descontento con usted.

—¿Piensas que no estoy consciente de ello? —TaeMin preguntó— Oh, pero ya he sido advertido.

—¿TaeMin?

—Nadie del Harén me habla, Kibum. Sólo Taehyung y fue apenas educado. Encontré los regalos de Min... del Rey destrozados y las cosas que mi madre me envió destruidas. Entonces, por favor, no creas que no estoy consciente que ellos me odian.

—Nunca comentó nada. ¿Cómo no me di cuenta? —Kibum preguntó sorprendido.

—¿Qué sentido tiene? Creo que es una actitud infantil. Además, eran cosas superficiales —TaeMin se encogió de hombros.

—Es muy gentil, TaeMin—Kibum negó con la cabeza—. No va a sobrevivir aquí. ¿El Rey Supremo no debería ser informado?

—No soy de esa clase, Kibum. Solo sé que hay cosas por las que vale la pena luchar y otras que hay que dejar pasar. Molestar al Rey con esto... sólo empeorará las cosas. Tiene otras cosas por las cuales preocuparse, asuntos más importantes.

—No creo que para él sean menos importantes, TaeMin. El Rey se interesa por usted, todos podemos verlo y por eso ellos lo odian.

—Soy una novedad para el Rey... por ahora. Sus sentimientos por mí van a disminuir tal como pasó con los otros hombres en el Harén.

—Realmente no ve cómo lo mira, ¿verdad? Es diferente, TaeMin. Confíe en mí, incluso los demás sirvientes personales lo mencionaron.

—Vamos a darle un par de meses más, Kibum—dijo TaeMin mientras reía con amargura.

—¿En verdad no ve cómo lo trata? —Kibum preguntó estupefacto.

—Yo...Yo... —No quiero tener esperanzas, pensó TaeMin para sí mismo.

—Sólo tenga cuidado, por favor. Me preocupo por usted. Los hombres también pueden ser rencorosos.

TaeMin se acercó a Kibum y le dio un abrazo —Gracias por preocuparte, Kibum . Creo que eres el único aquí a quién le importo.

—Oh, yo no lo creo.

—¿TaeMin, estás aquí? Le dije... —MinHo entró en la habitación y se detuvo bruscamente al ver a TaeMin abrazando a su sirviente personal.

—¡MinHo! —TaeMin soltó al hombre y sonrió ampliamente hacia él—. Creí que vendrías más tarde.

—¡Sal! —MinHo le ordenó a Kibum, ignorando a TaeMin.

—Sí Majestad. Volveré más tarde TaeM... Mi Señor —Kibum se contuvo antes de decir el nombre completo de TaeMin, pero el desliz no pasó inadvertido ante Rey. Kibum abandonó la habitación a toda prisa.

—¿MinHo? —TaeMin preguntó cautelosamente, consciente de la repentina tensión en el cuarto e inseguro de la causa.

MinHo lo miró sin decir una palabra. De pronto tomó su barbilla y forzó sus labios contra los suyos. No había gentileza en aquel beso. La lengua de MinHo rozó con dureza el techo de la boca de TaeMin y una pequeña parte suya se rebeló al beso. Pero cuando probó el sabor metálico de la sangre, su sangre, finalmente lo rechazó.

AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora