TaeMin se apoyó contra la puerta con el corazón acelerado... «Ya sabes dónde estoy». Al otro lado de la puerta que el mismo había cerrado con llave. No podía recriminar a MinHo que le hubiera dicho que tomara él la iniciativa, para variar. Le había dado demasiada importancia al hecho de no acostarse con MinHo y, sin ni siquiera pretender ser injusto, había permitido que lo tocara para después dar marcha atrás en el último momento. Lo cierto era que se había fijado en Choi MinHo desde el principio, lo había deseado más de lo que había deseado nunca a nadie y, por desgracia para ambos, ese deseo había diezmado su sentido común y su autocontrol.
El sentido común y el autocontrol no tenían nada que ver con lo que TaeMin sentía por MinHo. El deseo era un sentimiento mucho más primitivo, era un anhelo insaciable que dolía negar. Se quitó la ropa y el boxer con impaciencia y lo dejó todo en el suelo, desafiando a su impulso de dejarlo todo recogido. Había vivido demasiado tiempo sujeto a unas normas muy estrictas, sin cuestionar nada. En vez de eso, había cumplido ciegamente aquellas normas como un niño obediente.
De repente, echó la vista atrás a la última y conservadora década de su vida y pensó que estaba harto de hacer siempre lo correcto para ser un buen ejemplo. ¿Qué había conseguido siendo tan bueno? No había podido evitar que Ten se quedara embarazado sin estar casado, ni que Kun se casara y se divorciara demasiado joven.
Pero, no obstante, había sido la convicción de que debía dar un buen ejemplo lo que había hecho que llevara años sin tener a una persona en su vida. ¿Cómo se atrevía MinHo a llamarlo cobarde? ¡La cobardía no tenía nada que ver con aquello! Seguir siendo virgen no había sido una decisión caprichosa, sino que había preferido anteponer la necesidad de estabilidad de sus hermanos a sus propias necesidades como doncel.
¿De verdad les habría hecho daño a sus hermanos si hubiera tenido algún amante? En esos momentos, sus hermanos tenían sus vidas ajenas a él. No tenía sentido seguir sacrificándose. No importaba que solo se acostara con MinHo para satisfacer su curiosidad acerca del sexo, se dijo exasperado. No importaba que estuviera enamorado y que quisiera más de lo que jamás recibiría del hombre. Un error era solo un error, no un desastre, y él era lo suficientemente fuerte para sobrevivir a sus errores. Jamás volvería a huir de lo desconocido como un niño asustado, ni utilizaría los errores de su madre como válvula de seguridad.
Se puso una bata de seda negra y abrió la puerta que separaba su habitación de la de MinHo. Lo vio en la puerta del cuarto de baño, con tan solo una toalla alrededor de las caderas. Sus ojos negros se posaron en él y una sonrisa de satisfacción inundó inmediatamente su rostro. Medio desnudo daba una imagen impresionante, con el pelo todavía mojado de la ducha, y el pecho salpicado de gotas de agua. Tenía un cuerpo increíble y TaeMin se ruborizó mientras intentaba no clavar la vista en semejante perfección masculina.
– Tengo la sensación de llevar toda la vida esperándote –murmuró MinHo, acercándose para tomarlo en brazos y dejarlo encima de la enorme cama.
– No puedo creer que esté aquí –le confesó él con voz temblorosa.
– Pues créelo, bebé.
Y le dio un apasionado beso. TaeMin se embriagó con su sabor y notó que se le ponía la piel de gallina y temblaba incontrolablemente contra él. Se aferró a sus fuertes hombros y sintió como su miembro empezaba a responder. También sintió la erección de MinHo a través de la gruesa toalla y se estremeció al imaginárselo saciando el tormentoso anhelo que tenía por sentirlo dentro de él.
MinHo retrocedió para estudiar con sus ojos el rostro sonrojado de TaeMin al tiempo que recorría su cuerpo con las manos, y después desanudaba el nudo de la bata para dejarlo desnudo.
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AMOR
FanfictionHistorias cortas del 2MIN con diferentes formas de Amor. 1 CAPÍTULO DIARIO.