𝖠 𝗅𝗂𝗍𝗍𝗅𝖾 𝖮𝗅𝖽𝖾𝗋 ;: 𝒯ℴ𝓂 𝒦𝒶𝓊𝓁𝒾𝓉𝓏

07 | "Necia".

NATALY KLUM.

Seguimos con las compras, habíamos comprado la mitad de la lista, faltaban más cosas, pero me sentía cansada de caminar y caminar.

El iba bastante tranquilo, con las casi 8 bolsas en sus manos, lucia fresco. Yo sentía desmayarme, desde la mañana comprando y sin comer, era un descarado.

- Tienes hambre.

- Hasta que lo captas - suspire.

- Si no hablas nunca lo sabre, niñata.

- Pues analiza un poco - aceleré un poco el paso dejándolo atrás.

- Sabes, me recuerdas a Emy.

- ¿Quién es Emy? - pregunté curiosa.

- Es una chica con la que tuve un romance en la juventud, es hermana de Gustav.

- ¿Y yo qué tengo que ver? - Hice una expresión de desagrado.

- Sientate carajo, voy cansado.

Ambos nos sentamos en una banca del centro comercial, puso las bolsas en el suelo, un leve silencio tenso el ambiente, pero lo corto prosiguiendo con lo que la tal "Emy".

- Cuando la conocí tenía 16, yo tenía 17 si no mal lo recuerdo, era una rubia de ojos azules divina, buscada por muchos hombres, en fin, era hermosa. Se incorporo a Tokio hotel, pero no funcionó y nuestra historia se terminó cerrando - corte lo que estaba diciendo el.

- Te pregunté algo, ¿Qué tengo que ver yo?

- Déjame hablar. Cómo decía, se parece a ti en muchos aspectos, tienes ese toque rojizo en tus mejillas, tu falsa timidez, y tú carita de ángel que te cubre todas las barbaridades y obscenidades.

- ¿Te refieres a "obscenidades" por coger contigo?

Puso su mano en mi boca, cortando lo que había dicho.

- No digas eso, sabes que si lo escuchan oídos que no deben nos meterian en problemas.

Sonreí, junte mis piernas y puse esa pose sexy que el solo detectaba. Tome un mechon de mi cabello, jugué con el, luciendo coqueta a sus ojos.

- Podrías dejar de comportarte así - susurro con voz entrecortada.

- ¿Acaso no te gusta? - hice el típico puchero que lo provocaba.

- No hagas esa cara, mierda...

Se paró y fuertemente agarro las bolsas, se fue al estacionamiento, sonreí dichosa, mi objetivo se había logrado, pero ahora tendría que atenerme a lo que el haría.
Lo seguí, lenta pero lo hice, desajuste mi vestido y subí al auto, su camisa estaba desaprovechada, las bolsas tiradas y las ventanas estaban cerradas, el aire acondicionado estaba helado, y la silla del copiloto estaba casi acostada.

- ¿Qué me piensas hacer, eh?

- Desnúdate.

- ¿Qué?

- Desnúdate, ¿no escuchas?

- ¿Quieres que me desnude?

- No te hagas tonta, házlo ya.

- ¿Y si no lo hago?

- Lo haré yo entonces.

Se abalanzó fuertemente hacia mi, arrancandome el vestido de un tirón, rasgo mi ropa interior y tiro mis zapatos a una de las bolsas, dejándome completamente desnuda.

- Haz algo por papi, ¿quieres?

- ¿Qué quiere? - tragué saliva nerviosa.

- Mastúrbate frente a mi.