(07) Bonfire

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CLAIRE BLACK

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CLAIRE BLACK

La noche cayó y los alumnos de Slytherin se prepararon para la fogata que tenían planeada por hacer esa noche. Era domingo y algunos de ellos estaban en Hogsmeade, por lo tanto, la vigilancia y ordenes sobre acostarse e ir a sus habitaciones temprano no era obligatoria.

Claire llegó junto a Pansy, a lo lejos miraron el fuego de la fogata relevarse por el aire, algunas serpientes besándose y otros quemando malvaviscos.

La bruja buscó con la mirada a Theodore, durante el día solo lo había visto un par de veces, y por ello, deseaba verlo esa noche.

—Principessa, que bueno que viniste. —Claire sonrió al oír su voz y de inmediato se giró para encontrarse con esos ojos azules que tanto le encantan. —Solo, no me digas que jamás habías ido a una fogata.

—Siempre hay una primera vez para todo, ¿no?

—No puede ser, Claire.

—¿Se van a quedar ahí o vendrán con nosotros? —Interrumpió Pansy y ambos magos la miraron.

—Adelántense, yo tengo que ir por unas cosas.

Claire le dio un beso en la mejilla a Theodore y se fue junto a Parkinson, mientras que la serpiente se apresuró en ir por la bolsa con malvaviscos dentro y algunas cosas que le servirían para más adelante.

MATTHEO RIDDLE

Mattheo llegó a la dichosa fogata de la que Claire le había hablado, encendió su cigarrillo mientras daba pasos largos y Draco hizo una mueca a su lado.

El Slytherin no pensaba en ir a la fogata, cantidad de recuerdos invadían su mente al recordar todo lo que en algún momento llegó a vivir, y de cierta manera, prefería olvidarlos, dejarlos en el pasado.

Mattheo se alejó de Draco en el instante en que vio a Theodore beber de aquel vaso de vidrio que tenía en manos, se acercó por detrás y chocó contra su hombro, provocando que dicho objeto cayera al suelo rompiéndose en pequeños pedazos, derramando el líquido dentro.

—¿Qué mierda te pasa Nott? —Escupió.

—No se de que me hablas, Riddle.

Mattheo pasó su lengua por sus dientes e hizo una sonrisa irónica. —Sabes muy bien que yo la amo.

—Joder, lo sé, pero no puedo evitar sentirme atraído a ella, ya deberías de saber que Claire siempre me gustó. —Mattheo tensó su mandíbula y cada músculo de su cuerpo.

—Teníamos un trato, Nott, y como el hijo de perra que eres no supiste respetarlo.

—No es culpa mía que le hayan hecho un Obliviate. Eres hijo del Señor Tenebroso, ¿Realmente esperabas tu final feliz con ella?

—Pues sí, ¿Y qué? —La vena en su cuello se hizo presente, en cualquier momento su autocontrol se iría por la borda—. ¿Sabes algo? Vete a la mierda.

OBLIVIATE vol. 2 | Mattheo RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora