Kim TaeHyung desde los quince años quiso entrar a la academia de policía en Busan. Claro que en su adolescencia llegaba a medir apenas 1.65 y por supuesto cuando los directivos lo vieron de inmediato lo desecharon. Y aunque había sacado una calificación perfecta en el examen de admisión, le tuvieron poca fe. Destrozándolo con aquellas frías palabras que quedaron marcadas en su mente.
—No podemos aceptar a un chico de primaria en nuestras instalaciones. Cuando crezcas, tal vez puedas volver a aplicar, solo si es que creces.
Las risas de los hombres de más de cuarenta años resonaron. El menor agacho la mirada, evitando que aquellas lágrimas salieran de sus ojitos. Apretó sus puños mientras asentía, tomo sus cosas y salió corriendo de la oficina de los directivos.
Su madre y su hermana, quienes lo esperaban afuera, le sonrieron pensando que lo habían aceptado. Pero cuando TaeHyung se aferró al cuerpo de su madre soltando a llorar, las dos supieron que no había salido nada bien aquella reunión.
Todo el trayecto a casa su hermana mayor trato de animarlo, incluso quiso comenzar un jugueteo que, normalmente, lo comenzaba TaeHyung. Pero el rubio solo se dedicó a mirar hacia la ventana suspirando de vez en cuando. Jennie se rindió, pero aun así paso un brazo por los hombros de su hermano. Y cuando el menor no se quitó, supo que ese acercamiento era lo que el rubio necesitaba.
Su madre por otra parte sonrió con tristeza al verlos por el retrovisor, tenía la esperanza que su hijo fuese aceptado en aquella academia. Era el sueño de su pequeño tesoro. Y verlo tal decaído le partía el corazón.
Así que cuando los menores se fueron a sus habitaciones. Kim SunHa tomo el teléfono fijo comenzando a marcar a aquella persona que iba a ayudarle para que TaeHyung ingresara a una academia. Y aunque podría verse como una traición a su familia, puesto que todos los hombres en la familia Kim eran abogados penalistas corruptos, si era el sueño de su hijo; SunHa haría todo lo posible para que lo lograra.
— ¿Sí? —Escuchó aquella voz gruesa que en algunas noches le causaba un escalofrió, pero un escalofrió excitante. De esos que al sentirlo que viene acompañado de una especie de corriente eléctrica recorrer todo tu cuerpo, formando una sonrisa en tu rostro.
—Jung... —Incluso al decir su apellido podía imaginar el rostro del aquel hombre que por muchas noches fue su confidente, su gran amor... y al que le rompió el corazón.
— ¿SunHa? Cuanto tiempo...—SunHa podría jurar que el hombre tenía una sonrisa amarga en su rostro. —... La última vez que hablamos fue cuando me mandaste al demonio—Aquello había sido dicho con sarcasmo, pero era algo verdadero.
Jung YungKyo. El padre de Jennie había quedado fuera de la vida de la menor debido a que SunHa se encargó de eso al descubrir que el hombre con el cual fue casada había sido contratado para ser su pareja, claro que al principio el hombre recibió una buena cantidad, pero conforme el tiempo, aquel dinero fue guardado para un futuro de ellos dos.
Y cuando la mujer estaba embarazada de Jennie la culpa lo invadió, además de tener unas cuantas copas encima; le confeso todo a la mujer, quien no lo tomo muy bien, cosa que altero sus emociones a tal punto que rompió su fuente, dando a luz a la mayor de los dos niños a los siete meses, poniéndola al borde de la muerte.
Ese día la mujer le grito cosas hirientes al hombre. Y lo último que YungKyo escucho antes de ser sacado de la habitación de la mujer que amo, fue un: "Si te atreves a acercarte a mi o a mi hija te juro por dios que te matare, ¡¿escuchaste?!"
Desde ese entonces. Se alejo de la mujer, intento enviarle una manutención, pero siempre eran devueltas por SunHa. La mujer estaba con el corazón roto, y el orgullo era más fuerte que aceptar el dinero de quien amo para un alquiler.
ESTÁS LEYENDO
The Mafia King » TaeKook
Fanfiction❝Cuando entras a la oscuridad, difícilmente puedes salir❞ Kim TaeHyung tenía todo para ser feliz. Un trabajo que le apasiona, una pareja que le ama y apoya, amigos que están presentes. Pero ¿Por qué cuando se topa con aquel criminal que debe arresta...