Romina.
Eran las tres de la mañana cuando caminaba por las calles de Argentina acompañada solamente por una mochila pequeña que en ese momento tenía toda vida dentro.
Saqué la carta que tenía dentro y vi la foto que estaba de junto, Elena sonriendo por haber encontrado su primer departamento.
Toque la puerta y aguardé unos minutos cuando volví a tocar desesperadamente.
"Ya va" escucho a lo lejos junto con muchos ruidos rebuscados.
Cuando por fin abrió la puerta su mirada lucía confundida, mientras que la mía se llenaba de lágrimas que habían aguardado bastante tiempo.
Me tiré al suelo y comencé a llorar desconsolada mientras ella trataba de ayudarme.
— Nunca dijiste que estabas tan mal nena, hubiera dejado todo para ir a por tí — Puso una taza de café en mis manos y la miré fija, recordando como era antes, ella siempre hacía mí café.
Las risas, el sarcasmo amistoso y la hermandad que teníamos la una con la otra aún seguían presentes en mi mente.
Añoraba el pasado, ¿por qué se fue, por qué no podemos parar el tiempo y dejarlo en los cortes buenos?
— Romi, escúchame. Yo sé que tu madre murió, pero ella no hubiera deseado esto para vos.
— Era justo lo que quería Ele — mi mano temblaba cuando puse un cigarrillo en mi boca — Ella siempre me dijo que fue un error no venirme con vos y en su lugar mudarme con Luca.
Idiota.
Pasé tres días acostada sin poder mover un músculo, no me bañaba, no comía; no vivía.
Mi mente sólo pasaba en bucle los momentos felices de la vida, tal vez era todo, tal vez todas las personas tenemos cierta cantidad de felicidad y yo la había gastado toda.
— ¿Qué hiciste con eso? —Por fin hablé cuando noté que Elena regresaba mi portafolio de fotos.
— Estoy harta Romi, no puedo ver cómo mueres frente a mis ojos — comenzó a llorar — Me llevé tu portafolio para mostrarlo en el trabajo, te aceptaron como pasante.
— No cre-
— No es una pregunta, si no lo quieres hacer por ti, hazlo por mí — Se arrodilló al filo de mi cama — Lo que te hizo la muerte de tu madre me lo estás haciendo vos en vida.
Al día siguiente Elena me ayudó a ducharme y cambiarme, incluso me maquillo un poco. Me obligué a poner mi mente en modo automático, dejándome guiar por dónde ella me dijera y si bien ya nada valía la pena, Ele lo valía.
Mi trabajo consistía en tomar fotos del rodaje a como se me diera la gana, querían espontaneidad y capturar la esencia de los días de rodaje.
Me la pasaba con los audífonos escuchando música melancólica y capturando a los actores: riendo, durmiendo, estresados... Raramente estaban tristes y eso al principio me incomodaba, hasta que noté que eso me hacía recordar mi vida antes.
Un día tomé varias fotos de dos chicos rulosos empujandose y "luchando" mientras reían como locos. Por más que intentaba pasar desapercibida con mis movimientos sutiles, ellos me vieron después de hacer repetidos clicks en mi cámara.
-— ¡Oye! Necesito saber si salí bien en esa — dijo soltando del cuello al otro chico.
El terror recorrió todo mi sistema y me quedé inmóvil, no estaba preparada para interacciones humanas más allá de Elena y Nathalia.
— ¿Estás bien? — dijo pasando su mano frente a mis ojos — Ay no Blasi, creo que la maté.
El otro chico se acercó a mí poniendo su mano sobre mi frente y por primera vez me digne a dirigir mi mirada hacía arriba. Decir que era alto era poco, me sacaba medio metro fácilmente.
— Creo que está bien Juani, ¿Cómo te llamas?.
Mis ojos seguían clavados sobre los suyos y mi respiración se estaba alentando, jamás pensé que el socializar con otros fuera tan difícil.
— Soy Romina.
— ¡Genial! Yo soy Blas y el pedazo de sopenco este es Juani.
Blas y Juani eran esa clase de personas que podían hacerte sentir especial y amada con su sola presencia, se había hecho una costumbre que estuvieran alrededor de mí, y por lo tanto de Elena; las cenas en el departamento, las jodas, los ensayos de guion, Elena y Juani jugando en la consola mientras que Blas y yo leíamos un libro recostados en el sofá.
La vida comenzaba a tintarse de nuevo y mi trabajo me encantaba.
Estaba concentrada tomando fotos de Bayona rugiendo de furia contra uno de los del Cast.
Si bien la felicidad era apreciada cuando la cámara la capturaba de forma correcta, a mí me apasionaba más fotografiar a las personas en sus momentos de enojo, frustración o tristeza; estando en su momento más real y vulnerable de toda su vida.
-— Toma Romi — Blas puso un café entre mis manos y dirigió su mirada a la escena que se presentaba frente a nosotros — Vaya Quilombo.
— ¿Quién es ese?
Era un chico con cabello corto y mirada triste, no se inmutaba ante los gritos de Bayona y sus ojos parpadean lento, como si la pesadez dentro fuera mucho más grande que él.
— Es Matías.
Mi pecho latía más fuerte a cada segundo, era como verme en un espejo. Nathalia lo jalaba del brazo y lo sentaba lejos dandole una botella de agua.
— ¡Blas! Vení acá que te toca — le gritó Bayona.
— Genial, está furioso. Te veo luego Romi.
En cuánto Blas se fue, mi mirada regreso a Matías.
Había cierta aura que lo rodeaba llena de dolor y desesperación que me atraía como un magneto. Tomé mi cámara y comencé a andar en su dirección, en un movimiento atrevido, pero calculado lo encuadre y le tomé una fotografía.
Cuando bajé la cámara y nos miramos el uno al otro, nuestras respiraciones se sincronizaron como dos relojes por minuto y después de eso la amargura y la rabia invadieron su rostro.
— ¿Te estás divirtiendo? — Dijo parándose de dónde estaba y caminando directo hacía mí.
Sus ojos nunca dejaron de ver a los míos con cierta oscuridad, y la cercanía que teníamos me ponía mal
—Contesta, ¿Crees que puedes venir aquí y tomarme fotos cuando quieras?
Intenté dar un paso hacía atrás pero él lo dió conmigo, sentía como el enojo me invadía y no sabía si en realidad quería alejarme o acercarme más.
— Literalmente es mi trabajo idiota.
Se lamió los labios y sonrió con sarcasmo, tomó una taza de café que estaba de junto y la aventó contra la pared.
En ese momento llegó Blas y se puso enfrente de mí, cubriendo por completo mi existencia.
— Basta Mati, no hagas esto.
Por un momento tuve miedo de que pudiera hacerle algo a Blas, pero pareció calmarse y salió de la habitación.
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Mañana actualizo, si a alguien le gusta por favor dejen alguna señal de vida que me dan arranques de borrar todo 🥺
Igual dejen su estrellita ✨
Tik Tok del Fic: fanficbysubmarine
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Me quemo por ti ❤️🔥|| Matías Recalt
FanfictionMatías acababa de perder a su padre y es un complemento y genuino idiota con todos los que lo rodean, pero la oportunidad de interpretar a Roberto Canessa cambia su perspectiva, así como la fotógrafa que conoce durante el rodaje.