Romi.
La cosa de tener muchas personas en tu vida era que nunca estabas sola, y era genial hasta que se enteraban de lo de mi mamá, su mirada se tornaba triste y condescendiente, era algo de lo que estaba harta.
Los amaba, pero quería llorar sola en mi cuarto sin que ellos pensaran que haría lo peor para mí.
Fran era el único que no me veía de esa forma, simplemente era un ser de felicidad que no conocía la palabra "depresión" juro que si todos tuvieran un Fran en su vida serían mucho más felices.
—¿Entonces estás molesta con Mati?
Fran se recostó a mi lado después de asegurarse de que comiera lo que me llevó.
—No, creo que soy la persona que más entiende el porqué reaccionó así.
— Que romántico.
Lo miré con confusión y comenzamos a reír.
— ¿Qué? Harían una hermosa pareja, deja que mi cabeza se haga las historias que quiera.
— Dudo que su novia piense lo mismo.
Hizo una cara de desagrado y se paró de la cama.
— No se comparte a quien se ama nena.
Me dió un beso en la frente y salió de mi habitación, agradecí internamente que me diera el espacio que necesitaba.
Puse una playlist que me hizo Juani y me puse a leer el libro que Bayona me había dado, sabía perfectamente hacia donde iba y que cuando lo terminara me destruiría completamente, pero aún así seguí leyendo.
Después de un rato escuché que tocaban mi puerta.
"Romi, soy Matías, déjame entrar"
Bajé de la cama y me acerqué a la puerta, si abría la puerta no sólo estaría él afuera, estaría acompañado por todos esos ojos llenos de lástima viéndome.
"Por favor"
Volví a mi cama para seguir leyendo el libro y no volví a pensar en otra cosa hasta que lo terminé, me dejó tan destrozada que ni siquiera sabía que hacer con mi vida después de terminarlo.
Busqué un suéter para salir por un vaso de agua y al abrir la puerta Matías estaba recargado sobre el marco, completamente dormido.
Mi corazón cayó al suelo con el poco rencor que le tenía por gritarme, me arrodillé a su lado y me descubrí recorriendo su rostro con la mirada.
— Mati — dije en un susurro.
Abrió lentamente los ojos y pareció sorprenderse de verme, estiré la mano para que se pudiera parar y luego cerré la puerta del cuarto para no despertar a Pau o Elena.
— ¿Qué haces aquí? Es muy tarde.
— Quería disculparme.
— Tienes las formas más raras de disculparte que he visto en mi vida — dije riendo.
Estaba parado frente a mí y podía escuchar el sonido de su corazón encerrado en la habitación, no necesitaba decir nada, el simple acto de estar ahí ya lo era todo.
Me acerqué a él y lo abracé, por un minuto se quedó quieto y parecía no respirar, pero después me envolvió en sus brazos y recargo su mentón en mi cabeza.
— Lo siento.
— No tienes que decirlo.
Sabía perfectamente lo que era ser un desastre y lo que menos necesitaba era sentirse culpable por ello, así que hice justo lo que desee que alguna vez alguien hiciera conmigo.
Hice a un café y a él le llevé un Mate al cuarto, parecía confundido pero estaba feliz.
— Pensé que estarías molesta.
- ¿Contigo? Siempre - nos reímos y le di un tragó a mi café - Yo hice cosas peores, tranquilo.
— Yo no sabía.
— No es algo que le guste contar a la gente, yo tampoco sabía lo de tu padre
— Hoy era su cumpleaños.
Su voz tenía dolor en ella y sus ojos buscaban los míos esperando la respuesta del qué con todo ese dolor, pero yo tampoco la conocía.
— En el cumpleaños de mi madre me aventé a una piscina de 5 metros, yo no sé nadar.
— Dale, no es competencia.
Probablemente parecíamos unos locos de atar por reír así de nuestros problemas, pero me ayudaba y quería pensar que a él igual.
Estuvimos platicando toda la noche de nuestros padres y yo le mostré varias fotografías de mi vida antes de llegar a Argentina.
En algún punto se quedó dormido en el sillón al lado de mi cama.
— Mati
Está vez no hubo respuesta y me engañé diciendo que no quería molestarlo, pero la realidad era que no quería que se fuera.
____________________
Matías.
Desperté por la molesta luz de sol entrando en el cuarto de Romi, al parecer las pastillas que Bayona me dió me provocaban mucho sueño.Me senté en el sillón y me puse mi chamarra, Romi estaba acostada al final de la cama con todas las fotos en medio y su bocina aún reproducía canciones, era un desastre.
Y era justo lo que me gustaba de ella.
Salí silenciosamente de su cuarto pero al cerrar la puerta fui pillado por Fran que tenía una bolsa de comida y dos cafés en la mano, su cara paso de sorpresa a picardía en menos de un minuto.
— Yo me quedé dormido.
— Si sí, obvio.
La vergüenza recorrió mi cara y lo pasé de largo para poder salir de la cabaña esperando no encontrarme ni con Pau ni con Elena.
Pero lo difícil no fue salir de ahí sin ser visto, ni Fran con sus miradas acusatorias, lo difícil llegó cuando les conté a Enzo y a Pipe que había pasado la noche en dónde Romi.
— Te lo dije, me debes una torta — Dijo Enzo
— ¿Pero qué te pasa Mati? Cuando una mina te gusta la tienes que tratar bien.
— Yo nunca dije que me gustará, era fastidiosa y ahora es una amiga, listo.
Pipe y Enzo se vieron entre ellos y luego a mí.
— Ahora hay que apostar de cuánto va a durar su negación.
— Dale, pero está vez con platica.
Les lance una almohada a ambos y comenzaron a reír.
— Mati me estás diciendo que encontraste a una nena que conoce tu lado más perturbador, que comparten el mismo humor del horto y que además te conoce lo suficiente como para hacerte Mate en vez de café
— Eso ni yo lo sabía — Añadió Pipe.
— Y que aún con todo eso no estás enamorado locamente de ella.
—Yo ya tendría un anillo.
— De verdad que ustedes dos están locos de atar, yo tengo novia y Romi es una compañera de trabajo, nada más.
Me paré y me fui directo a mi habitación.
No había tomado en cuenta todo lo que dijeron, pero el único amor incondicional que sentí alguna vez fue por mi hermana, jamás me ví extendiéndolo a alguien más.
Era aterrador pensar en ello.
_____________________________________________
Si han llegado hasta acá gracias por el soporte ❤️
No olviden dejar sus comentarios y estrellitas
Tik Tok del Fic: fanficbysubmarine
ESTÁS LEYENDO
Me quemo por ti ❤️🔥|| Matías Recalt
FanficMatías acababa de perder a su padre y es un complemento y genuino idiota con todos los que lo rodean, pero la oportunidad de interpretar a Roberto Canessa cambia su perspectiva, así como la fotógrafa que conoce durante el rodaje.