Seis: «Buena amiga»

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—¿Qué? No. —negué varías veces con la cabeza. Estaba algo confundida por la forma en la que actuó. Estaba muy segura que le había gustado la forma en la que mis ojos brillaron cuando él se acercó a mí. —No te estoy mintiendo.

Me separé de él, aunque realmente no quería, pero su comentario me había dejado helada, más por el tono en que me lo dijo. No se había comportado así frente a mí. Definitivamente era una etapa de su personalidad. Significaba que estaba comenzando a destaparse frente a mí, cómo una cebolla y sus Miles de capas. En cambio, Sunghoon siguió ahí recargado, observandome con su sonrisa juguetona.

—Ya te dije que no creo nada de lo que me dices. — soltó un suspiro cansado, mientras borraba su sonrisa y volvía a la programación de siempre: seriedad.

Me dí cuenta de que bajé la guardía ante él al verme tan vulnerable, así que está vez fue mi turno de jugar, siguiéndole el juego del que él parecía estar cansado. Mi mano tomó un mechón de mi largo cabello y comencé a jugar con el, coqueteandole muy discretamente.

—Debes de creerme, Hoonie. No tengo porqué mentirte. — alcé mis hombros desligandome de su desconfianza. — Sólo créeme.

Me giré para hacerle la tonta unos momentos más frente a la cafetera del demonio. Sentí cómo mi estómago gruñó pues no había almorzado aún, así que necesitaba ese café a la de ya, o comenzaría a enojarme de verdad.

— A ver...—miré de reojo cómo se acercó hacía mí pasando por el lado de la mesita dónde se me había insinuado, pero aparté la mirada cuando sentí algo moverse por encima de mi hombro. Alcé la mirada y observé el brazo pálido de Sunghoon, abriendo una gaveta encima de mi cabeza.

¿En qué posición estábamos? Estaba muy segura de que mi rostro comenzó a calentarse por el acercamiento. Sentí completamente todo su cuerpo varonil detrás del mío, sacando una caja de cápsulas y tirandolas a mi lado sin apicie de respeto.

Abrí mi boca más sorprendida por el movimiento que por al falta de respeto.

—Acabas de...— parecía una boba, lo sabía perfectamente, por eso no em atreví a mirarlo aún cuando sabía que se había separado. Cerré mi boca y tragué saliva, ¿cómo le decía que no sabía prepárame el capuchino en esta máquina?

Pero antes de que le dijera algo, mi ringtone de Tiramisú Cake hizo que me olvidara del chico por un momento y me fijara en el nombre del contacto que me llamaba a mi teléfono personal.

Llamando...
Kang Yoona 💕

Sonreí con alegría y deslicé mi dedo por la pantalla, aceptando la llamada.

— ¡Hola, Yoona! — me giré rápidamente y me impulsé para poder quedar sentada en la barra donde me estaba refugiando antes. Alcé mi mirada hacía Sunghoon quién lentamente tomó asiento en la silla dónde antes estaba mi asistente.

No hubo respuesta por parte de mi amiga. Podía percibír algunos ruidos, cómo algún bullicio.

— Ah, ya: ¿volviste a marcarme con tu trasero? — fruncí mis labios. ¡Qué tonta! Siempre le pasaba eso. Yoona tenía la maña de ponerse el teléfono en los bolsillos traseros aunque sabía que su teléfono era tan frágil que se desbloqueaba con el toque de una piel.

Igual me sentí tonta por reclamarle porque sabía que no me iba a contestar.

Estuve a punto de colgarle por no ser que escuché mi nombre en la plática y cómo buena chismosa, me quedé escuchando.

Haena... Ella está comenzando a molestarme demasiado...

La voz de mi amiga se escuchaba algo ahogada, pero alcé mis cejas con algo de dolor al escuchar su confesión hacia no sé que gente.

love royals ↺ p.sunghoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora