Ambos chicos abrieron los ojos al ver a la madre de Kunikuzushi en la puerta, observando como su hijo estaba encima de Xiao con un traje bastante indecente.
- Hablaremos de esto luego, Kunikuzushi.
Dijo y después volvió a cerrar la puerta de la ha...
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Casi todo el tiempo en la cocina fueron besos y risas, Xiao se reía cada que Kunikuzushi se sorprendía con algo nuevo de la cocina.
Luego de cenar se fueron a la cama y Kunikuzushi se acurrucó cerca de Xiao mientras sonreía.
— Xiao... Desde hace poco me pregunté... ¿Por qué no me follas si has tenido varias veces la oportunidad? — Kunikuzushi preguntó mientras borraba su sonrisa por un momento.
— Bueno... — Xiao pensó en las palabras de Tartaglia mientras miraba los ojos de Kunikuzushi.
Kunikuzushi esperó pacientemente a que Xiao le responda.
— Quiero que estés lista y lo quieras... Tú primera vez no es algo que puedas regalar a cualquiera... Yo... También quiero que disfrutes y no que te sientas presionando... — Xiao dijo con sinceridad mientras miraba a Kunikuzushi.
— Te amo, Xiao... — Kunikuzushi dijo antes de caer en un profundo sueño.
— Lo sé... Y creo que yo también te amo... — Xiao dijo mientras abrazaba a Kunikuzushi y contemplaba lo lindo que era.
Xiao se quedó dormido abrazando a Kunikuzushi mientras la noche pasaba rápidamente.
En la mañana, se ducharon, se vistieron, desayunaron y después abrieron la puerta de la casa de Kunikuzushi viendo que estaba lloviendo.
— No vuelvo a dormir contigo... ¿Eres adicto a llegar una hora antes a la acordada? — Kunikuzushi dijo con un leve ceño fruncido ya que aún tenía sueño y frío.
— La puntualidad es buena, Kuni. — Xiao dijo mientras se acercaba a su auto, abría la puerta y sacaba un abrigo.
— ¿Puedo dormir en el camino a la escuela? — Kunikuzushi preguntó mientras bostezaba.
— No hay problema, si quieres recuesto el asiento para que estés más cómodo. — Xiao dijo mientras le ponía el abrigo con capucha a Kunikuzushi y le subía la capucha para que no tuviera frío.
— ¿Tú ni te abrigas? — Kunikuzushi preguntó mientras veía a Xiao.
— Tranquilo, vine preparado. — Xiao dijo mientras se ponía otro abrigo que tenía en su mochila.
Xiao le abrió la puerta del auto a Kunikuzushi y este entró mientras aún bostezaba por el sueño, Xiao se subió al auto, recostó el asiento de Kunikuzushi y empezó a conducir.
