11. Feromonas

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Ningún  tratado de biología sobre la compatibilidad entre omegas y alfas le preparó para esto. Zhan tuvo que verificar que el collar realmente estaba en su cuello tocandolo ansiosamente con sus manos.

Su cuerpo estaba demasiado inquieto por el alfa en frente de el. Como si hubiera una bola de fuego contenida dentro de una botella de  cristal, el cual podría fundirse en cualquier momento.  Si bien sabía que sus propias feromonas estaban a salvo... Había algo más en este tipo de conexión que no podía describir con palabras.

— Se reunió con mi padre.

Yibo mantuvo su expresión mientras afirmaba una vez que Zhan había tomado asiento el silencio cortante se había apoderado de la habitación por varios minutos.

Zhan pasó saliva una vez más, pero trató de conservar la calma. Además de su propia inquietud como omega, su espíritu científico estaba ansioso por explorar la compatibilidad. Zhan no sabía realmente  de que se trataba hasta el día de hoy y se empezaba a agobiar de que esto no fuera mas que otro inconveniente para que los omegas fueran libres de los alfas. Sin importar que, el tenía que mantener su compostura.

— No puedo decirle nada que usted ya no sepa. Señor Wang. ¿Por qué no me habla directamente?

— ¿Qué es lo que pretende obtener de mi?

— No hay nada de usted que me pueda interesar a mi.

La mirada del alfa se oscureció aún más. Sintió que Xiao pensaba que el era un idiota... ¿Cómo iba a poderle creer que no tenía ninguna intención al casarse con alguien que no conocía y peor aún  aliarse con Yizhou?

— ¿Y entonces que hace aquí? En mi casa.

— Le recuerdo señor Wang...

— Doctor Wang,  para usted.

— Como sea, no somos cercanos y tampoco soy el único que firmó ese contrato de matrimonio... Usted tampoco sabe nada de mí. Así que yo también podría preguntarle lo mismo. ¿Qué quiere de mi? Cree que deje mi laboratorio ¿Por gusto?. Para vivir en una casa que parece un hospital de moribundos.

— ¿Qué hay de malo con la casa?,
El alfa arqueo una ceja. Durante todo el tiempo que había vivido en la mansión  de Louyang le había dado poca o nula importancia a los colores en las paredes y a la decoración que era lo más simple del mundo. Además tampoco nadie se había atrevido a hacer algún tipo de comentario.

Zhan suspiró profundamente. — El punto es...

Yibo lo interrumpió. — El punto es, señor Xiao...

El omega no pensaba quedarse callado. — Doctor Xiao... Para usted.

Yibo apretó su mandibula. ¿Qué clase de omega era este que lo retaba en cada frase?

— Doctor Xiao... Como ya usted lo dijo, no sé nada de usted pero se mucho de mi padre y sé cuales son sus intereses. Así que conmigo no necesita pretender porque le advierto que no va a obtener nada. Este matrimonio durará el tiempo prudente como para que mi padre pueda considerar que usted lo intentó... Ni un día más... Ni un día menos. Después nos divorciaremos y cada quien seguirá su camino. No tengo ningún interés en usted pero tampoco puedo arriesgarme. No importa que truco haya pensado a usar... Le advierto que puede resultar contraproducente.

— Ya le dije. Doctor Wang... Por mi parte puede estar tranquilo.

Yibo dibujo una sonrisa leve en su rostro llena de sarcasmo. — ¿Espera que confie en usted?

— No le estoy pidiendo nada.

— ¿Por qué se caso conmigo?

Yibo levantó levemente su tono de voz recriminando, entonces Zhan se puso de pie en la mesa mostrándose imponente. No podía compararse con el alfa pero no podía dejar que pasarán por encima de el.

YIZHAN Proyecto Omega Donde viven las historias. Descúbrelo ahora