27. La última carta 🃏

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Wang se sentó al borde de la cama una vez Xiao lo dejo ir. Por supuesto, aunque Xiao se había mostrado un poco reacio a dejar lo que estaban haciendo... El solo hecho de que se tratara de Xiao Tao hizo que el ambiente cayera de 100° a 0° grados en un sólo  instante. Por mucho que el omega deseara consumar su matrimonio de una vez.

La prioridad siempre había sido Xiao Tao.

Agitado, Zhan tomó la pijama que se había quitado y miró a Wang que tenía la sábana sobre su cuerpo con un poco de recelo.

No podía quejarse, pero no podía dejarlo.

Antes de cerrar la puerta, sentenció al alfa. — Esto no ha terminado.

Wang no mostró ninguna expresión. Aún estaba atónito por lo que había estado a punto de hacer... Su glande estaba casi hundiendose dentro del omega cuando fueron interrumpidos.

Y si no lo hubieran interrumpido ¿qué?

Cuando el omega ya había desaparecido. Wang seguía mirando hacia la puerta tratando de explicarse a sí mismo que era todo esto...

Ni siquiera habían compartido sus feromonas... Pero no se había abstenido de morderlo y dejar marcas de olor por todo el cuerpo del omega.  Como si este omega le perteneciera.

Era totalmente ridículo, nunca había dejado que un omega llegara tan lejos... Y lo más molesto de todo, es que no se sentía mal, al contrario, también gruñó cuando escuchó la voz de Darren a través de la puerta al mismo instante que se imaginaba despojandolo de su piel.

Mientras tanto, Xiao Zhan entró a la habitación con cautela. Tenía el corazón a mil, no sabía que le esperaba a dentro. Darren sólo lo había guiado rápidamente por el largo pasillo sin decirle una palabra.

Cuando entró su respiración se detuvo. Los ojos marrones iguales a los suyos le estudiaron...

Xiao Tao no sabía quien era esta persona aunque le parecía familiar. No recordaba a nadie así.

— Quiero... — Su voz salió ronca después de muchos años. — Quiero ver a Song Wu. ¿Donde está Song Wu?

Xiao Zhan no pudo evitar sentirse levemente decepcionado.

— El vendrá pronto.

— ¿Donde está? ¿Por qué no está aqui? Digale... Por favor. — Los ojos del omega mayor brillaron. — Dígale a Song Wu que me traiga a mi niño. Quiero ver a mi  A-Zhan. Song Wu tiene que venir ahora y traerlo...

Xiao Zhan sintió que sus rodillas se sentían débiles, como gelatina. Miró al doctor y no fueron suficientes las palabras para saber que Xiao Tao aún no sabía cuánto tiempo había pasado desde la última vez que vio a Zhan. El médico hizo una última revisión de signos vitales y consideró que estaba bien... Así que cuando implicitamente el omega más joven pidió consentimiento, se lo dio.

— Xiao Tao...

Zhan se acercó a la cama acercandose más al otro y fue cuando Xiao Tao sintió un vacío en el estómago. Sus ojos terminaron por cristalizarse...

Ese lunar debajo del labio inferior, en conjunto con el cabello negro y los ojos marrones...Entre otras mil características. Le empezó a parecer sospechoso.

El omega mayor contuvo el aliento. No quería creerlo.

— ¿Donde está  mi hijo?

Zhan envolvió sus labios con fuerza y después tomó la mano de Xiao Tao para ponerla sobre su mejilla para recordar el contacto.

— Yo. Yo soy tu hijo. — La voz del omega se quebró poco a poco. — Me has hecho tanta falta.

Xiao Tao había contenido las lágrimas por mucho tiempo. Incluso la voz de este hombre le sonaba familiar, es como si la hubiera escuchado muchas veces.

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