Apretando la mano contra su mejilla, Keira pensó para sí misma. ¿Qué puedo decir? Padre, ¿qué voy a decirte? ¿Qué voy a decir cuando, sin importar lo que diga o la razón que dé, no me escucharás?
A medida que el silencio de Keira continuaba, el ambiente se volvía más áspero.
Cosette dijo entre lágrimas, haciendo de mediadora entre ellos: —Padre... no te enfades, ¿por favor? Keira está muy estresada estos días. Es una buena chica. Pronto se dará cuenta de que tiene la culpa y se disculpará. ¿Verdad, Keira?
¿Estaba mediando o alimentando intencionadamente la ira de Keira? Keira podría haberla golpeado de verdad si no fuera por su papá. La chica tenía un talento preternatural para enloquecer furtivamente a una persona...
Keira apretó los puños y contuvo las ganas de darle una sonora paliza. Mantén la calma. Mantén la calma, Keira. Si arremetes aquí, sólo exacerbarás las cosas. Se inclinó ante su padre.
—Me retiraré por esta noche, padre. Mis disculpas por el ruido a estas horas.
—Espero que te comportes mejor la próxima vez que te vea.
Su fría voz fue una daga en su corazón.
Keira volvió tambaleándose a su habitación. Apenas recordaba cómo había regresado del estudio de su padre. Su mejilla roja e hinchada palpitaba de dolor.
Pero el verdadero dolor estaba en su corazón.
✶ ✶ ✶
Objetivamente hablando, Cosette era una hermosa dama. Cabello plateado como la luz de la luna, piel impecable, rasgos claros —era una belleza en una liga propia. Keira también era hermosa, pero era severa y estoica.
El rostro de Cosette, frío en su estado neutro, se inundaba de calidez cuando sonreía. Si una suave brisa primaveral tomara forma humana, se parecería a Cosette, alababan sus devotos. En otras palabras, tenía encanto.
Cosette utilizó esta flecha a su favor para encantar a toda la multitud.
—Crecí lejos de la sociedad aristocrática, así que puede que cometa algún error. Pido disculpas por adelantado. No pretendo causar algún daño.
Al oír estas palabras de una belleza tan radiante como el sol, muy pocos podían enfadarse. Su carácter desenvuelto y desinhibido, poco común entre la nobleza, pronto se convirtió en su punto fuerte. Muchos hablaban favorablemente de ella mientras cotilleaban sobre quién podría ser la verdadera hija del gran duque.
—Princesa Cosette, ¿no es ella la propia imagen del Gran Duque Parvis?
—Si él hubiera nacido mujer, se habría parecido a ella.
—La princesa Keira, por otro lado, se parece a su madre...
—Aún así, ¿cómo pueden padre e hija lucir tan diferentes?
—Realmente no debería decirlo, pero...
—¡Shh! Alguien escuchará. Una de las princesas conectará con un espíritu pronto. Será mejor que nos callemos hasta entonces.
La sociedad parecía estar a favor de la sociable y encantadora Cosette frente a la distante y fría Keira.
Keira sintió el cambio en la marea y no hizo nada. Para ser exactos, no tenía otra opción. Si mostraba debilidad, podría correr la voz de que ocultaba algo.
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Yo soy la verdadera
FantasyUna profecía predijo que del Gran Duque sólo nacería un elementalista del agua. Aunque carece del afecto de su padre, Keira sabe que está destinada a tener esos poderes. Pero después de años de hacer lo que era correcto y propio de un noble, es ejec...