Capítulo 7

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—¡Hermana! ¿Qué haces aquí en camisón?

—Rosé me dijo que estabas aquí, así que vine tan rápido como pude.

—¿Dónde iba a estar si no? ¿Qué dirá padre si te ve así?

—¿Padre? —Keira se congeló— ¿Padre está aquí?

—¿Por qué estaría Padre aquí a estas horas? Probablemente esté en su habitación.

—Entonces... ¿esto no es el más allá?

Zeke frunció el ceño. —Creo que todavía está medio dormida. Tú, llévala a su habitación de inmediato.

—No hace falta. La escoltaré yo mismo.

Zeke ordenó a las criadas que le trajeran los zapatos. En su loca carrera hacia la habitación de su hermano, Keira había olvidado ponerse un par, y corrió descalza. Menos mal que no se había hecho daño en el camino.

Keira no pudo hacer más que mirar sin comprender mientras la criada le ponía las zapatillas. Creía que estaba muerta, pero había muchas cosas extrañas en aquel lugar que indicaban lo contrario. En primer lugar, estaba exactamente en el mismo edificio que había ocupado en vida. En segundo lugar, había caras conocidas, demasiadas, y todas eran algo más jóvenes de lo que ella recordaba.

—Zeke...

—¿Huh?

—¿Qué día es hoy?

—El 13.

—¿De qué mes y año?

—El 13 de agosto de 1295.

La expresión de su rostro parecía exigir una explicación en la que Keira no podía profundizar por el momento.

1295... Ese era el año en que Keira cumplía veinte años. Una idea descabellada se le metió en la cabeza: ¿quizá no fue transportada al más allá, sino... al pasado?

De ser así, ¿quién lo hizo? ¿Había otros aquí que conservaran la memoria de lo que había sucedido desde entonces? Tantas preguntas llenaban su cabeza.

—...mana! ¡Hermana! —gritó Zeke.

—¿H-huh? —respondió Keira, oyéndole por fin.

—¿Qué haces ahí de pie? Hoy estás muy rara.

¿Podría ser? ¿De verdad he vuelto a tener 20 años? Apenas podía creerlo.

—Debe haber sido una pesadilla.

—¿Qué pesadilla?

—Soñé que había muerto.

Keira miró a su hermano a los ojos. Un sentimiento peculiar surgió en su interior al mirar el rostro de su hermano de carne y hueso al que creía que nunca volvería a ver.

—El sueño parecía tan real. Realmente creía que estaba en el más allá. Pero entonces oí que tú también estabas aquí... Pensé que quizás tú también habías muerto...

—Dios mío, creía que no creías en ese tipo de cosas —se burló Zeke, pero Keira podía oír la preocupación en su voz. —Un sueño es sólo un sueño. No te preocupes.

—Sí... tienes razón.

—Lo más importante es que vuelvas a tu habitación y te cambies. O mejor, te traeré algo para que te lo pongas sobre los hombros —murmuró Zeke para sí y se dirigió a su habitación, probablemente para traerle un abrigo.

Observando su espalda mientras avanzaba por el pasillo, pensó en sus últimos momentos con Zeke. Lo había visto marcharse a través de los barrotes de su celda.

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⏰ Última actualización: Mar 05 ⏰

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