Capitulo 2

124 15 0
                                    

Zoro

Habían pasado varios días desde que los mugiwara me habían salvado, mi cuerpo se encontraba sanando, estaba mucho mejor, tal vez no estaba al 100 pero ya podía ser de utilidad para la tripulación, en lo que podía le ayudaba a cada uno en el barco, con excepción del espadachín, siempre que me acercaba a ofrecerle mi ayuda, cortante mente me daba una mirada de arriba hacia abajo y se iba.

Era claro que no quería tener contacto conmigo, pero yo quería ser de ayuda ya que ellos me acogieron, y muy insistente su capitán, bueno ahora mi capitán cada que me veía me pedía que me uniera y no me quedo de más que aceptar su propuesta, aparte de que me sentía muy bien con ellos y así olvidarme de lo pasado.

Se tenían planes de ir a Wano, o eso escuché ya que el niño y el Samurai eran de esa parte, yo no tenía mucho interés en realidad, simplemente les ayudaría con lo que pudiera.

Por otro lado Luffy, Chopper y Robin me estaban ayudando a poder controlar de mejor manera mi poder, no era una experta pues aún me faltaba mucho que explotar de él, pero ya podía controlarlo de mejor forma, Aveces Luffy y Chopper se subían en una pequeña tabla y los podía hacer flotar, los paseaba hasta donde alcanzaba mi poder y los regresaba al barco, eran entrenamientos sencillos o eso parecían, pero me dejaban exhausta.

Aquella noche me había tocado montar guardia hasta las 3:00 am que llegara mi relevo, Sanji se ofreció a tomar mi puesto, pero yo me negué pues quería ser útil para la tripulación, el amablemente me llevó una frazada, también trajo té en un termo para mantenerlo caliente.

—Con esto mantendrás una buena temperatura, aunque si quieres yo puedo hacerte compañía y no pasamos frío —

Replicó el rubio y solo reí, ya me estaba acostumbrando a sus comentarios, pero se los decía también a Robin y Nami, así que no le prestaba atención del todo, solo le agradecía siempre la atención que tenía, como lo de la frazada y el té caliente.

—Que patético— escuchamos, y nuestras miradas fueron hasta casi la entrada del camarote, era el espadachín entrando a uno de estos, sabia que siempre peleaba con el cocinero, pero... ¿yo que le había echo? Desde que llegué se ofreció a bajarme del barco, tal vez era como decían en mi isla natal, que no siempre le caerás bien a todos, y alguna persona simplemente no te tolere, solo por existir.

—Cualquier cosa grita y vendré a ayudarte— me sacó de mis pensamientos la voz del cocinero y yo solo asentí, regalándole una sonrisa, él se fue para ir a los camarotes y me dispuse a hacer mi guardia, sin problema podía aguantar esas 5 horas que me tocaba estar ahí.


[..........]




No sabía cuantas horas habían pasado, el té estaba a punto de terminarse y la temperatura había bajado, solo podía envolverme lo más posible con la frazada, pero aún así el frío lo seguía sintiendo.

Mis ojos se cerraban, y a decir verdad me encontraba en una posición bastante cómoda, o en esas circunstancias así lo parecía, estaba en el asiento del timonel, mis piernas estaban arriba de él, pues guardaba un poco más de calor de esa manera, estaba dando todo por no cerrar los ojos, pero me pesaban, estaba por caer dormida hasta que sentí como un frío metal pegaba contra mi espalda, a pesar de que traía la frazada podía sentir lo frío de aquello, que salte del asiento sobresaltada, y sin saber cómo, había puesto mi poder o lo que más podía sobre lo que me había tocado.

Al percatarme vi como el espadachín se encontraba con una rodilla en el piso, su otra pierna de apoyo y sosteniéndose con una de sus katanas.

—que haces idiota—

The Perfect Dose  || Zoro, Sanji y tú ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora