Kallias
Querido K,
Sé que quizás no sepas quien soy, vivimos en el mismo planeta, pero cada uno en su mundo, o, mejor dicho, yo queriendo formar parte del tuyo. Solo nos hemos saludado una vez y lo más seguro fue porque me quedé mirándote intensamente y no tuviste más remedio que hacerlo, pero quiero escribirte lo que soñaba contigo y no fui capaz de decírtelo en persona.
Y es que yo soñaba que tu seas, mi primer beso bajo la lluvia, y así mejorar el beso de kínder con un niño que ya no recuerdo soñaba en ir contigo a toda velocidad en una moto mientras iba pegada a ti como sanguijuela; soñaba con bailar contigo en un lugar público sin importar que nos miren, mientras no parábamos de reír por mis pisadas. Soñaba con escaparme por la ventana de mi habitación, mientras tú te escondías a esperarme por miedo a que nos cachen porque mi perro no paraba de ladrar, aunque aclaro, no tengo perro. Soñaba con perder mi virginidad, emborracharme, pelearnos, reconciliarnos, ir a un festival de música, que me abraces que me beses.
A lo largo del tiempo, he guardado en silencio los sentimientos que han crecido en lo más profundo de mi ser, floreciendo en la penumbra de mis pensamientos y emociones. Desde las sombras he observado tu luz brillar, iluminando mi mundo con su resplandor y calidez.
Cada día que pasa, mi corazón late al ritmo de un amor silencioso y profundo que solo conoce la oscuridad de mis anhelos. He contemplado tus pasos, tus gestos amables y tus palabras con admiración, sintiendo cómo mi amor por ti se fortalece en el secreto de mi ser.
Aunque mis palabras nunca han alcanzado tus oídos, quiero que sepas que en la quietud de la noche y en la soledad de mis pensamientos, te he dedicado mis suspiros y mis sueños. En cada mirada furtiva, en cada sonrisa escondida, he expresado un amor que ha permanecido en las sombras, anhelando la luz de tu atención.
Hoy, desde lo más íntimo de mi ser, te confieso este amor que ha crecido en las sombras. No busco cambiar lo que somos ni imponer mis sentimientos sobre ti; solo deseo compartir la verdad que ha habitado en lo más recóndito de mi ser.
Si este amor no encuentra eco en tu corazón, lo recibiré con la misma discreción con la que lo he guardado. Pero si por alguna casualidad descubres un destello de reciprocidad en estas palabras, permíteme iluminar tu vida con el amor que he guardado para ti desde las sombras.
Al fin solo quería decirte que estoy enamorada de ti, y espero que ella te haga feliz.
CON CARIÑO Y HONESTIDAD, NOS VEMOS POR AHÍ.
—M.B.
Fue el primer mensaje que leí en Instagram, junto a unos cuantos emojis de corazones, ese fue mi despertar, en principio pensé que estaba soñando.
Todos los días recibo mensajes y comentarios de chicas, y entre estos destaca:
''Me gustaría ser bruja, poder hacerte un hechizo y ser dueña de tu chorizo.''
Lo que me parece poético para los días en los cuales vivimos.
En este momento me siento desconcertado, al principio creí que se trataba de una broma de uno de mis amigos, pero luego descubrí que ellos no tenían nada que ver y al igual que yo estaban sorprendidos.
Al entrar al perfil que ha enviado el mensaje, lo primero que me sorprende, es su nombre, Maliah Byrne, nunca lo había escuchado, lo que me llena de confusión y no creo que olvidaría un rostro tan hermoso; tiene cinco fotos en su Instagram, pero me es suficiente, aunque existe la posibilidad de que aun sea falso. Ella tiene la cara ovalada y ligeramente bronceada, nariz griega, mirada felina de color verde y cabello castaño ondulado.
ESTÁS LEYENDO
Nos vemos en Saturno
ChickLitLa vida de Maliah Byrne, una adicta a las redes sociales, da un giro inesperado cuando decidida a declarar su amor no correspondido, desencadena una serie de eventos que la llevan a enviar un mensaje a la persona equivocada, justo antes de que su fa...