Caroline
Desde la comodidad de mi cama al levantarme puedo ver por la ventana, las hojas de los árboles se mecen suavemente con el viento. El brillo del sol se cuela e ilumina mi rostro pálido mientras mis pensamientos se sumergen en el vertiginoso paso del tiempo. Cada día parece fundirse con el siguiente, y puedo sentir cómo ella avanza sin piedad.
Siempre los que me rodean me han considerado como una chica de espíritu libre, con un sentido del humor contagioso y con demasiada energía, cosa que últimamente me hace falta. Trato de mantener una actitud optimista y alegre, pero me es difícil, cada día siento que me extingo más de lo normal y que mi tiempo se agota.
Después que me ducho miro mi reflejo en el espejo, enfrentando la cruda realidad. Mientras me observo detenidamente, pinto mi rostro con delicadeza para ocultar los signos visibles de mi lucha interna, en unos minutos tendré una videollamada con Maliah y quiero verme hermosa, ya que ella no sabe nada de lo que me ha estado ocurriendo durante los últimos meses, y agradezco que he aprendido a proyectar una personalidad eufórica y optimista, manteniendo una fachada que contrasta drásticamente con la realidad. El maquillaje se ha convertido en mí escudo y mejor aliado, ocultando las señales visibles de agotamiento físico.
Al momento de enterarme que mis tíos y Maliah se mudarían a España, sentí un gran alivio, a causa de que mi prima estaría ausente durante los momentos más difíciles de mi batalla. Aunque esto presentaba un profundo dolor, también me concedió un respiro temporal para enfrentar los desafíos sin preocuparla a terribles momentos.
¿Por qué ocultarle algo tan importante? Pues porque Maliah, a pesar de ser mi amiga, es mi prima, es la hermana que nunca tuve, ella es una gran parte de lo bueno que me ha pasado y no quiero que se estanque a mi lado mientras me extingo. Yo quiero que ella se sienta viva, se enamore, se desamore y sobre todo que coja mucho, que entienda que la vida tiene una gran paleta de colores no solo los colores pasteles y pálidos que le gustan. Ella en los últimos años solo me ha tenido a mí y a su celular, no se ha expandido y creo que en España puede encontrar algo que la haga detonar y ser diferente.
Cuando le mostré la imagen del chico de Instagram ya sabía de su mudanza, pero lo que nunca pensé que el destino jugaría en juntarlos después de esa borrachera que se pegó Maliah por Kai y un mensaje de declaratoria de manera equivocada.
Escucho mi celular timbrar, mientras mi corazón late con nerviosismo, me miro una vez más en el espejo, cerciorándome de que mi maquillaje este perfecto, y contesto.
—Buenos díaaas —dice Maliah alargando la última vocal.
—Buen día, Diosa, ¿cómo has estado? Te extraño.
— No me has extrañado tanto como yo a ti, pero te cuento que no la he pasado tan mal o por lo menos hoy no.
Veo que pone una risita nerviosa en sus labios y eso solo puede significar una sola cosa.
—Ni abras la boca, que estoy utilizando mi imaginación en su capacidad máxima y ya sé que me vas a decir que te han desvirgado. ¡Que emoción! ¡Te follaste un español! Dame detalles nena —chillo con entusiasmo.
—¡Caroline! Baja la voz te van a escuchar en la China con esa falsa información.
—Falsa mis cejas nena, por un momento pensé que solo tendrías de pareja a Manuela, soledad y esperanza, pero el sol decidió brillar en ti... o, espera, ¿acaso quieres decir que no te han desvirgado?
—Estás en lo correcto, primita.
—Ah... entonces me quieres aclarar la risilla que te acabo de ver —digo perdiendo la emoción.
—Pues, Kallias me llevo a un almacén al parecer abandonado donde había varios cuadros de los cuales solo me mostró uno en especial, que de verdad tienes que verlo con tus propios ojos —. Ella me muestra un inmenso cuadro y veo sus ojos brillar. —Lo mejor de todo fue que me obsequió este cuadro hermoso como motivo de disculpas por ser un patán y por haber robado las llaves de mi auto para que yo aceptase un aventón con él. ¿Lo puedes creer?
—Te advierto, soy la madrina de tu boda y futuros hijos.
—No digas sandeces, Caroline.
—No lo hago querida, tengo la habilidad para leer tus emociones, no lo puedes negar, tienes un brillo inusual en tus ojos, esa sonrisa tonta que no se te ha quitado de los labios al hablar de él, has renovado hasta el habla, te digo con anticipación, cupido te ha flechado el culo, pronto ese chico será tu único pensamiento o es posible que ya lo sea.
—No seas tonta, lo conozco solo hace unos días, apenas hemos pasado tiempo juntos y lo único que hemos intercambiado son nuestros números telefónicos.
—Todo puede cambiar en un día y empezar, aunque sea con un mensaje de texto equivocado.
—Como digas señora vidente, ¿y qué me cuentas de ti? Te noto más delgada.
—Las dietas cariño, quiero una figura más esbelta para el verano —. No puedo evitar sentirme mal al mentirle.
Tenemos alrededor de dos horas hablando, poniéndonos al día con todo, Maliah me cuenta sobre su trabajo y que ha hecho dos nuevos amigos, Itzel y Ciro.
Veo a mamá asomarse al marco de la puerta de mi habitación y sé que es hora de colgar. Después de una larga despedida donde me excuso y digo que saldré de compras con mamá, cuelgo, no sin antes decirle que la quiero.
Con un suspiro cansado, cierro los ojos y permito que las lágrimas broten lentamente. La tristeza me envuelve al pensar en el dolor que le causaré y espero que en algún momento ella entienda la razón de querer alejarla de este caos y sobre todo me perdone. Me alegra mucho saber que se está abriendo a conocer nuevas personas.
Mamá me hojea y en sus ojos se ve el dolor y la angustia, me imagino que la carcome por dentro, sus ojeras dicen mucho. En algunas ocasiones me despierto y me asomo por su habitación y puedo verla llorar en el hombro de papá él cual llora por dentro, mientras demuestra ser fuerte, pero sus ojos me dicen a gritos otra cosa.
—¿Por qué no le dijiste que irías a una cita médica? ¿Por qué evitas decirle la verdad? —me pregunta mamá con voz apagada y gesto preocupado, sacándome de mis pensamientos.
—Porque así, por lo menos, puedo cortarle el sufrimiento a una de las personas que amo.
—No puedes mantenerla engañada por siempre. Y créeme que al enterarse sufrirá igual o peor.
—Sí que puedo, ya que no estoy dispuesta a permitir que pause su vida para cuidarme en mis momentos finales, quiero preservar su alegría y normalidad en la vida, no quiero ver su cara de dolor mientras la vida se me escapa de los ojos. Deseo que ella se vuelva más independiente, que experimente el amor, la amistad, el desafío y el crecimiento personal sin estar limitada por la preocupación constante de mi estado. Anhelo que ella abrace la vida con toda su complejidad, alegría y dificultades, lejos del filtro perfecto de las redes sociales.
Mi madre me escucha atentamente, y sé que está luchando por contener sus propias emociones mientras le comparto mis sentimientos. A pesar del profundo dolor que siente al escucharme, ella comprende mi deseo de proteger a Maliah y apoya mi decisión.
Me advierte que la verdad eventualmente saldrá a la luz y causará un dolor inmenso. Al final de nuestra conversación me abraza con ternura y mi deseo es que este abrazo permanezca para siempre, ella me asegura que siempre estará a mi lado para enfrentar las consecuencias juntas y que su amor por mí es incondicional.
ESTÁS LEYENDO
Nos vemos en Saturno
Chick-LitLa vida de Maliah Byrne, una adicta a las redes sociales, da un giro inesperado cuando decidida a declarar su amor no correspondido, desencadena una serie de eventos que la llevan a enviar un mensaje a la persona equivocada, justo antes de que su fa...