Maliah
«Nos vamos a mudar.» —se repite en mi cabeza las palabras de mi madre una y otra vez.
Después de llegar al restaurante lujoso, donde mis padres tenían una reservación para hablar un tema ''importante'', que me dejó sin habla al saberlo.
Hace cinco años atrás me cambiaban de colegio como me cambio de ropa cada día; debido a los trabajos de mi padre nos mudábamos constantemente, yo no hacia amigos ni me establecía en un lugar en concreto, tenía la educación en casa y clases estrictas de francés y español. Luego regresamos a Estados Unidos, a mi ciudad natal, Los ángeles, California, mi madre abrió su clínica y mi padre viajaba solo, no había necesidad de mudarnos más, aquí volví a conectar con personas de mi edad, enamorarme de Instagram y el resto es historia.
—Di algo hija por favor—habla mi padre en respuesta a mi silencio.
— ¿Por qué y a dónde nos mudamos? Pensé que ya estábamos establecidos aquí. Yo no me quiero ir, no es que yo tenga amigos o una vida muy social y activa, pero ya estoy acostumbrada a estar aquí y además eso sería alejarme de nuevo de Caroline y empezar de cero.
—Nos iremos a España y...
—¡España!
—Tranquila cariño —habla mi madre. —Tú español es muy bueno, no tendrás problemas con eso, además el colegio es sensacional, sé que te encantará.
—Vaya, ya entiendo el motivo de tu visita al instituto, todo está planeado. Buscabas mis documentos para el traslado —respondo dolida y a punto de llorar. —Pero por favor, déjenme terminar el año escolar que apenas empieza, puedo quedarme bajo la tutela de tía Karen.
Mis padres se miran entre sí al escucharme.
—Karen tiene suficiente con Caroline —habla mi madre tajante.
Miro a papá con ojos de gatos con botas, esperando que él sea más blando que mamá.
—Maliah...—responde papá después de dejar salir un suspiro cargado de cansancio. —No entraremos en negociación contigo, estoy al tanto de tus calificaciones y son muy bajas, si continúas así, no serás admitida en ninguna universidad. Empezarás de cero en España y si nos demuestras que puedes ser una estudiante aplicada, volveremos a tener esta conversación y quizás te paguemos una matrícula en la universidad de Nueva York.
Entendí que era el fin de la conversación y que no hay poder humano que les pueda hacer cambiar de opinión.
La semana pasa volando, en la cena mis padres me informaron que nos iríamos a nuestro nuevo hogar al final de la semana, así que prepare mis maletas entre un mar de lágrimas y mocos.
Caroline y yo quedamos en salir un día antes de irme, ya que no quiero que me acompañe al aeropuerto a despedirse, ella supo las noticias por sus padres de que me iría del país.
—Esto es un asco, pero hay que verle el lado positivo —dice Caroline, mientras damos vueltas por el centro comercial con una compra inmensa de ropa y zapatos de esta.
—Estoy ciega o el lado positivo se está quedando debajo de la que será mi antigua cama, porque yo no lo veo.
—Deja de ser sarcástica Maliah, vas a conocer chicos nuevos, quizás amigos y eso es positivo... porque tenemos que ser sinceras, nunca te sentiste cómoda aquí después que regresaste de tus viajes, se puede decir que tú única amiga aquí soy yo y es porque somos familia.
—Ok, ahora en pocas palabras me dices rara y que no tengo amigos, veo que te has acostumbrado a que ya no voy a estar.
—Definitivamente necesitas dopamina.
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Nos vemos en Saturno
ChickLitLa vida de Maliah Byrne, una adicta a las redes sociales, da un giro inesperado cuando decidida a declarar su amor no correspondido, desencadena una serie de eventos que la llevan a enviar un mensaje a la persona equivocada, justo antes de que su fa...