Capitulo 4

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Falta poco para la hora de la salida pero debo esperar a Marcus para ir juntos a la reunión con su amigo, estoy nerviosa sera correcto lo que estoy haciendo.? Aunque solo será por un tiempo, y será una muy buena oportunidad para obtener un dinero que aprovecharé de alguna manera.

5:25 pm y viene saliendo Marcus de la oficina.

—¿Estás lista?  —pregunta.

—Desde hace 20 minutos aproximadamente, espero tu amigo no sea impaciente.

—No lo conocés, es el Don de la puntualidad —habla mientras vamos saliendo de la clínica.

—Allí está —dice y yo me pongo muy nerviosa.

Estamos llegando a la mesa y está su amigo sentado, revisando su celular, Marcus lo saluda y me presenta.

—Ella es la chica, Katherine —se levanta de la mesa y me extiende su mano muy formalmente.

—Mucho gusto, Christopher Jones.

—Katherine Sanders —le contesto y a su vez también extiendo mi mano para saludarlo.

Nos sentamos, y él empieza a decirme que el matrimonio será solo por unos meses, que se debe cumplir unas condiciones del contrato y las menciona. El sigue hablando, yo lo miro con mucha atención escuchando lo que me dice y concluye.

—El valor de la remuneración es de $40.000.00, entonces si estás de acuerdo solo debes firmar cuando se redacte el documento —yo no tengo ninguna reacción, simplemente lo miro atentamente, pero cuando mis oídos escuchan $40.000.00 no lo puedo creer, no imaginé esa cantidad.

—Ok ya todo me quedó claro —digo.

—Ok, si ya todo está claro, entonces solo queda firmar el contrato, una vez se haga hay que empezar a gestionar lo del matrimonio que será algo simple —asiento.

—Está bien.

Se levanta de la mesa, acomoda su saco, se despide de su amigo, de mi y se encamina a su auto.

—¿Quieres que te deje en tu casa? —me pregunta Marcus.

—Si por favor te lo agradecería —le contesto con una sonrisa.

Vamos en dirección a mi casa, caminando son 30 minutos aproximadamente pero en auto es un poco más rápido, pero aprovecho para preguntar a Marcus algunas cosas.

—Oye ¿cómo es tu amigo? ¿Cómo debería comportarme con él? No quisiera sentirme incomoda por algún comentario o comportamiento.

—Chris es muy serio pero es muy buena persona —contesta mientras sostiene el volante con las dos manos— Tu actúa de manera natural, te sentirás más cómoda.

—Está bien lo haré lo mejor que pueda —le digo apoyando mi codo en la ventanilla del auto.

...

Ya estoy en casa, dejo mi mochila y me dispongo a preparar la cena ya que tengo mucha hambre. Mientras lo hago estoy pensando que ojalá sea correcto lo que estoy haciendo.

Desde que mis padres fallecieron en ese tragico incendio, quedamos Noa y yo solas, la tía Isa es nuestro familiar más cercano. Fue muy duro para mí, era una adolescente todavía y asumir la responsabilidad de criar a mi hermana fue un golpe con la realidad muy fuerte. Vivíamos en casa de nuestros padres pero también la perdimos en ese incendio, no era una mansión pero era amplía. Noa vivió un tiempo aquí conmigo, vivimos por un tiempo con unos ahorros que papá tenía en el banco y ya luego se fue a vivir con nuestra tía. Pero a pesar de que no está conmigo yo cubro sus gastos.

Ya preparé la cena, me siento en la mesa, estoy cenando y escucho que tocan mi puerta.

Toc, toc, toc ¡Abro!

—Buenas noches amiga.

—Hola Camí, pasa adelante - le digo y pienso que llegó en el momento preciso para contarle la locura del matrimonio.

—Te traje un pedazo de torta de chocolate que hice —extiende la mano y me la entrega.

—Guaooo, gracias, se ve deliciosa. Y que bueno que viniste porque tengo que contarte algo —y en ese momento ella me mira.

—¿Que pasó? Las veces que me has dicho "tengo que contarte algo" es por qué algo serio.

Dejo la torta en la mesa, busco un vaso de leche en la nevera, me siento con Camí en el sofá y comienzo a contarle todo lo relacionado con el contrato. Ella de momento no me cree lo que le estoy diciendo, pero le digo que no estoy jugando y que si es cierto. No me juzga, ella sabe todo lo que me he esforzado todo este tiempo por Noa y por mi.

Hemos estado platicando un rato largo, de un tema sacamos otro tema, nos reímos y casi lloramos también al recordar a mis padres.

—Amiga me voy, es tarde y tú madrugas para ir a trabajar —se levanta del sofa.

—Gracias por venir y por la torta que por cierto te quedo deliciosa —le digo.

—No te preocupes, estoy para escucharte —me dice ella.

Voy a acompañarla hasta la puerta, nos despedimos y cierro.

...

Pasan unos días.

Me levanto como loca, no se por qué razón mi alarma se desactivó y se me está haciendo tardísimo para irme al trabajo.

Recuperemos el tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora