Capítulo 6

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Felix se dirigió a las cocinas, estaba hambriento, no había comido nada en todo el día, tanto su mente como su cuerpo estuvieron ocupados en cosas más importantes como para acordarse de esos menesteres. Un calor sofocante lo envolvió recordando lo que sucedió en sus aposentos, toda su timidez desapareció tan pronto como Changbin lo tocó, actuando con lascivia y sin ningún pudor, no se reconocía, su esposo lo cautivó con esos ojos tan violáceos que lo miraban hambrientos y lo sedujo con ese espléndido cuerpo, tan grande, con unos potentes músculos que se movían bajo sus manos cuando le acariciaba y tan impetuoso e insaciable como un semental en celo. Debía dejar de pensar en éste, decidió abanicándose el rostro con una mano, estaba tan acalorado que cualquiera que lo viese se daría cuenta de los vergonzosos pensamientos que cruzaban por su cabeza, hizo una profunda inspiración para tranquilizarse y tras mirar a ambos lados prosiguió su camino. 

Al doblar un recodo del corredor se encontró con una mujer frente a frente, era Yuna, se detuvo cuando lo cogió del brazo, sorprendiéndose del desprecio con que lo miraba. 

Felix bajó la vista hasta la mano que lo sujetaba, pero Yuna hizo caso omiso, apretó los dedos con más fuerza. 

-Changbin es mío, como ya os habéis dado cuenta él me ama -le espetó Yuna. 

-Él es mi esposo -contestó soltándose y alzando la barbilla. 

-Sí, un esposo que os buscó vuestro hermano para sus intereses, ¿en serio creéis que un hombre como el Lobo Seo se fijaría en alguien como vos? -lo recorrió con desprecio-, os advierto, no os interpongáis entre nosotros o asumiréis las consecuencias-, amenazó en voz baja. 

Abrió la boca para replicar a aquella osada mujer, pero apenas vislumbró la tela de su vestido que se agitó al doblar la esquina. Permaneció parado sin saber qué hacer ni que pensar de aquello, en su hogar nadie lo había tratado con tanta repulsa, jamás se atrevieron a amenazarlo de forma alguna y menos aún con tanto rencor. 

-Sir Felix -una voz masculina a sus espaldas lo sobresaltó. 

Giró la cabeza, Choi Yeonjun se acercaba con paso decidido y con una sonrisa en los labios. 

-Quisiera disculparme con vos por lo ocurrido -dijo cuando estuvo a su lado-, os juro que no fue mi intención ofenderos, no sabía que erais el señor del castillo. 

-Acepto vuestras disculpas -masculló sonrojándose y echando a andar. 

-¿Puedo acompañaros? 

-Me dirigía a las cocinas para ver que han preparado para la cena -justo en ese momento sus tripas rugieron, se llevó las manos al estómago, mordiéndose el labio y sonrojándose aún más. 

Yeonjun soltó una carcajada, Felix era adorable, menuda suerte había tenido su amigo al encontrarlo, ojalá se diera cuenta de ello. 

-No os avergoncéis -con el pulgar le acarició la línea de la mejilla-, estáis más hermoso todavía cuando enrojecéis. 

Felix se separó con la mirada baja y completamente abochornado, justo en el momento en que Changbin entraba. Se acercó a ellos mirando a uno y otro, su amigo parecía feliz, aunque eso era habitual en él, pero su esposo estaba rojo y no le miraba. ¿Qué estaba ocurriendo allí?, su ceño se intensificó y su frente se marcó con profundas arrugas, un mal presentimiento cruzó por su mente, iba a soltar un gruñido cuando Felix alzó la cabeza hacia él, se relajó al ver la lujuria brillar en sus iris. 

Llegó a su lado y se colocó entre los dos, dándole la espalda a Yeonjun. 

-¿Os hizo algo este asno? -le preguntó acariciándole los brazos, mientras oía como Yeonjun carraspeaba. 

THE WOLF // CHANGLIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora