Capítulo 14

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-¡Felix! -Changbin saltó por encima de la mesa y corrió a su lado. Vio como perdía el color ante los gritos de su gente, como se tambaleó y quiso aferrarse al hombre que lo precedía, cuando lo vio desfallecer supo que no llegaría a tiempo para evitar que cayera al suelo. Gracias a Dios Yeonjun estaba cerca y pudo sostener entre sus brazos su laxo cuerpo. Se arrodilló junto a él-. Entregádmelo amigo. 

Lo sujetó con cuidado y lo apretó contra su pecho meciéndolo suavemente, mientras posaba los labios sobre su fría frente. Sabía que debía sacarlo de allí, alejarlo de todo aquello, pero el temor al haber visto su rostro mortalmente pálido lo paralizó, aflojándole las piernas. Cerró los ojos con fuerza para evitar que las lágrimas manaran por ellos, ahora comprendía el temor de Felix al verlo tan mal unos días antes, el pánico debió ser el mismo que el suyo al verlo caer y tener abrazado su delicado cuerpo percibiendo su leve respiración. Fue así como supo que le amaba tanto como él, porque sólo el amor pudo asustarlo tanto. Su corazón latía tan salvajemente que retumbaba en sus oídos y sus ojos estaban tan llenos de amor y desesperación, que le impedían percatarse del silencio que envolvía el salón, ni ver las diferentes expresiones que se reflejaban en las caras de su gente, unos le miraban con asombro, porque jamás habían visto a su Laird así, otros con pena, al verlo bajo el maleficio de aquel hechicero, y Yuna y Mingi, observaban con repulsión la escena que se desarrollaba ante ellos. 

-Felix -lo separó un poco al notar un pequeño movimiento, alargó la mano para acariciar su mejilla-. Miradme por amor de Dios. 

Sus párpados se alzaron lentamente, para encontrarse con los ojos de su esposo llenos de preocupación y de algo extraño que sólo podía ser producto de su vista nublada, al recordar como Changbin lo dejó antes a su suerte. 

-¿Qué me ocurrió? 

-Os desmayasteis -respondió susurrando-, ¿cómo os encontráis ahora? 

-Un poco mareado. 

-Os llevaré a vuestra alcoba. 

-No..., tengo que quedarme aquí -observó a los que estaban a su alrededor para acabar posando de nuevo la mirada en Changbin-, debo defenderme de las calumnias que han vertido sobre mí, ya que vos me habéis abandonado. 

La expresión de dolor que apareció en sus ojos le desgarró por dentro, despreciando las responsabilidades que conlleva ser el Laird. Acercó la boca a su oído para que nadie más que Felix pudiese oírle. 

-Confiad en mí. 

-¿Por qué debería hacerlo? 

-Porque os amo señor -se separó buscando en sus iris la respuesta a su confesión, primero descubrió la sorpresa, mas esta desapareció dando lugar a un vislumbre de sentimientos tan fuertes como los suyos. 

Los latidos de su corazón se redoblaron al oír sus palabras, apenas podía crear lo que acababa de escuchar, ¿Changbin lo quería? Cuando miró profundamente dentro de sus ojos, pudo ver ese amor reflejado con claridad en sus oscuras y dilatadas pupilas, era sincero, Dios Santo, ¡lo amaba! 

Iba a revelarle la reciprocidad de aquellos sentimientos, lo mucho que había soñado con ese momento, que nada de lo pasado que pudiese enturbiar su felicidad importaba, que esperaba un hijo suyo..., tenía tantas cosas que contarle, pero cuando fue a abrir la boca, Changbin posó un dedo sobre sus labios. 

-Shhh, ahora no, ya habrá tiempo después. ¿Os encontráis con fuerza suficiente para levantaros?-, lo vio asentir-, bien. 

Se incorporaron despacio, Changbin no dejó de sostenerlo en ningún momento, mientras que Felix tuvo que hacer un esfuerzo enorme para dejar de contemplarle fascinado. Alguien tocó su hombro, alzó la cabeza para encontrarse con el rostro angustiado de Yeonjun.

THE WOLF // CHANGLIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora