Capítulo 3

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Hoy es viernes y mi hermana jamás apareció. Ayer me dolió lo que mi hermana me dijo. Tenía razón, normalmente siempre la tenía. La extrañaba y mucho.

Al bajar para tomar mi desayuno no hablé y mi mamá, aunque me insistía no quería hablar. Además no notó que faltaba alguien. Es increíble que no se de cuenta que se trataba de su hija. A mi me preocupaba en dónde se había quedado. Me marché sin mas a la escuela.

En las primeras clases no la encontraba. Hasta que la volví a encontrar con Dylan, todavía no entendía que no se debe meter con ella, no le bastó con los buenos golpes de ayer. Necesitaba otra lección. No, dijo mi conciencia, eso agravará las cosas. Tal vez si, tal vez no. Por suerte sonó la campana y me marché a clases. Amanda se enojó conmigo porque no le ponía atención, ya que pensaba las palabras correctas para pedirle su perdón.

Durante el almuerzo, estaba en su lugar de siempre, en el árbol con Tom y Emmy le rogaba que me perdonara, había intentado de todas las formas posibles que pensé hasta que...

- Pequeña... soy un completo idiota, perdóname - me sentía miserable y arrepentido, esa era mi última esperanza.

- Emmy le puedes decir a este idiota que me ha estado molestando, que es tarde, que se vaya con su novia y me deje en paz. ¡Ah! Y que quiero volver a oír sus disculpas de mierda.

Eso dolió como si me encajaran mil navajas, no mas bien como un millón en mi corazón y como si ella misma lo había hecho más mierda de lo que estaba. "Ya es tarde", otra vez tenía razón. ¿por qué mierdas no fui tras ella? Por golpear a Dylan. Estúpida conciencia. Siempre me jode, me fui con mi corazón hecho mierda. Otra vez soy un idiota.

Por la tarde Amanda me citó. Necesitaba urgente hablar conmigo.

- Max...yo...nno- PROBLEMAS, siempre que me no me decía Amor, tenia un problema - no puedo seguir contigo.

- ¿Por qué? - ahora con que me va a salir

- No importa. Tienes que hacer algo si quieres que sigamos siendo pareja

- ¿qué mierda es? - sonaba irritado. No había podido sacar a mi pequeña de mi cabeza en todo el maldito día

- No me hables así - dijo entre sollozos

- Perdón, solo he estado molesto por no arreglar las cosas con Abby.

- De eso necesito hablar. Tienes que elegir ella o yo.

Manipulación. Gritaba mi conciencia

- No tiene nada que ver una con la otra Ammy - y yo sabía que si.

- ¡Tiene todo que ver! Porque no tenemos seguro un futuro y no dejaré que una estúpida niña arruine mi reputación.

Después de esto, me largué no necesitaba sus jodidos berrinches.

Al llegar a mi casa tenía la esperanza de encontrarme con mi pequeña, no había nadie. Mi corazón se rompió en un millón, no, un millón de millones de pedazos. Así que le mandé un mensaje a mi mamá para que me dejaran en la casa solo "porque Amanda había terminado conmigo". No le veo el caso de decirle que estoy mal por mi Abby. Se molestaría y lo menos que quería ahora era que mi mamá esté dándome lata.

Llegó la noche, estaba mas que desesperado, toda la tarde he estado llorando por mi niña pequeña. Sollocé por última vez y traté de dormir pero no pude. Esperaba a que Abby entrara a mi habitación y arreglaramos las cosas.

No tengo ni la más puta idea de lo que me pasa con mi hermana. Empecé a ver a una mujer muy hermosa y coqueta, su cuerpo se transformó y tengo el deseo de ser yo quien la haga una mujer, mi mujer. Desde hace tiempo ese pensamiento rodaba por mi cabeza, pero algunas cosas no combiaban, sus gestos, en especial cuando me enseña la lengua o hace pucheros o cualquier otro son seximente infantil.

Amaneció y me di a la tarea de ir a comer aunque no tenga apetito. Mi deseo se hizo realidad, al salir de mi habitación me encontré mi motivo de sufrimiento. Abby estaba muy hermosa y tan fresca como siempre, y me alegró saber que estaba bien. Bésala. ¡No! Hice un movimiento y volví a mi habitacion. ¿Qué mierdas pasa por tu cabeza es TU HERMANA MAX? Una cosa es que la vea como mujer, otra cosa es que quiera hacerlo en verdad.

Lo que resta de la mañana y parte de la tarde, me quedé encerrado en mi cuarto, trate de sacar el pensamiento de besarla. No puede, estaba enojado conmigo y desesperado. Lo que me quedó es romper mi espejo para sacar todas mis emociones. A los pocos segundos mi hermana entró

- ¿QUÉ MIERDAS TE PASA? - gritó

Por unos instantes no me moví. Se acercó y me giré para verla. Sus ojos destacaban preocupación. Mis manos fueron directamente hacia sus brazos. Sus lindos ojos color miel denotaban miedo. No quiero que se sienta así. Quieres que te quiera.

- Amanda me terminó - lo dije en un apenas audible susurro

Ahora en sus ojos veía la decepción... ¿No te das cuenta que estoy así por ti?

- No sé como puedes estar así por una mujer - con los dientes apretados me lo dijo.

Yo apreté mas fuerte. Si supieras mi pequeña

- Yo la amo. - mentí - Me digo que no veía futuro a lo nuestro y que no dejaría que una niñata arruinara su reputación - dije entre sollozos - me dio a elegir, entre tu y ella. - la manera en que Amanda y yo habíamos hecho daño método este tiempo y no poder hacer nada o detenerla hizo que llorara - No puede hacerlo ambas forman parte de mi vida. Así que ella me dejó. - Otra mentira. La había dejado.

Antes de que me respondiera le dí un abrazo. Agarré su pequeña cintura, tenia miedo a que se jamas me volviera a hablar o siquiera a verme. Lo único hizo fue rodearme con sus brazos. Estuvimos así por un tiempo, lo tengo que hacer ahora o nunca. La iba a besar. Lo malo es que reaccioné la jalé y la dirigí afuera de mi habitación

- Lárgate, no quiero verte.

Le cerré la puerta en la cara. Gran error Max, mi conciencia por primera vez tenia razón. Sin pensarlo abri la puerta la volví a meter y por fin pude probar esos labios. Tu eres mía, me dije. La guíe hacia mi cama. Me separé un momento para admirarla, pero ella me empujó y antes de irse me gritó:

- ESTAS ENFERMO.

Y otra jodida vez tenía razón.

¿QUÉ LES PARECIÓ?
LE CAMBIÉ ALGUNAS COSAS.

LAS AMO
Kx

Mi pequeña hermana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora