Capítulo 5

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Ambos nos fuimos a las duchas para limpiarnos un poco. Me dirigí al de los hombres y ahí se encontraba Dylan. Era mi oportunidad perfecta pera romperle la cara. No jodas más las cosas Max. Claro que mi conciencia tenía razón. No podía hacer nada.

Como entré al agua salí y él todavía estaba aquí. Me esperaba.

- Max, quiero hablarte de frente y decirte las cosas: me gusta tu hermana y quisiera pedirte permiso para poder conquistarla.

¿Habia dicho eso? Yo solté una carcajada. No podía evitarlo era simplemente ridículo.

- ¿Qué es gracioso? - Dylan sonaba nervioso.

- Tú - por fin pude controlarme para aclarar también las cosas - Abby es mía. Y no dejaré que nadie me la quite. Admiro tú sinceridad pero para ser sincero no quiero que lo hagas, y sé que aunque no te dé permiso lo harás. Así que te lo advierto alejate de ella o yo mismo me encargo de hacerlo.

Me fui de aquel lugar, dejando a Dylan con la boca abierta. No me importaba lo que pensara de mí. Al fin y al cabo yo puedo estar más cerca de ella. Me marché para encontrar a Amanda en las duchas femeninas. Cuando la veo platicando con mi pequeña, ¿a caso ellas se llevarán mejor? Después de ver cómo mi hermana estaba usando su sarcasmo me acerqué.

- ¿Qué pasa aquí? - pregunté para que Abby me dijera lo que habían estado hablando y así poder dejar a Amanda y estar con ella y ser de Abby. No me importaba cometer incesto. En el fondo sabía que ella no era mi hermana.

- Teníamos una conversación. De como verse mejor, como tu madre me dijo que pasara tiempo con ella... pensé que podíamos empezar ahora. Ya veo que no tu hermana es una auténtica - se quedó pensando -perra. - Tenía razón a veces ella suele serlo pero no lo puede evitar, así es ella.

Como me quedé callado, Abby reaccionó mal.

- Vayanse a la mierda. Jamás seré como tu, una autentica puta y plástica. - controlaba el no sacar una sonrisa, y lo logré.

*

Llegué a la casa después de dejar a Amanda a la suya. Ella quiso que entrara para recompensarme por ser neutral con ambas. No tenia ánimos, ya no quería estar con ella en el.plano sexual ni en ningún otro. Yo quería a mi pequeña y sólo a ella. Me recosté en el sillón a esperar a Abby sin darme cuenta, ya estaba dormido.

Mami estaba molesta con Abby porque rompió un vaso, no le preocupaba que estuviera sangrando de su manita. Escuché cuando le dijo que no debió aceptarla como su hija siendo la de otra y que ella era idéntica a su verdadera madre. ¿Entonces ella no es mi hermana? Me alegré así podía ser su novio cuando seamos gandes y casarnos. Corrí a ayudar a Abby cuando mami se fue. Ella lloraba mientras limpiaba su herida.

Después de curarla le hice una mueca y sonrió y me regaló un beso en la boca. Ella se puso como color de hormiga y se fue corriendo. La alcancé y le dije te amo Abby.

Me desperté exaltado. Fue un sueño bastante raro. Casi no me acordaba de mucho, había fragmentos pero no eran tan completos como éste. Tendré que preguntar más tarde a mi madre.
Miré el reloj y ya era tarde.
Grité el nombre de mi hermana y no contestó todavía ni llega.

Mi sueño seguía desconcertandome y para distracción puse el partido de basquetbol. Unos minutos después un carro se estacionó enfrente y me paré para verlo por la ventana. Abby y Dylan estaban aquí a punto de besarse. Sin pensarlo abrí la puerta y grité:

- Tú no entiendes, ¿verdad?

Se dijeron otras cosas pero no se alcanzaba a escuchar por la distacia después el se dirigió hacia su coche y Abby lo observaba hasta que la lejanía se lo permitió ver. Me giró y caminó hacía la casa. No queria mostrarle ninguna expresión, así que puse cara de póquer.

Cuando llegó a l puerta pasó de largo. No me dirigió la palabras y me sentó en el sofá, tomó el control de la televisión y le cambi9 a cualquier cosa que no fuera basquetbol.

Ella lo hacia por molestar me, pero esta vez no funcionaría. Era mi oportunidad para hablar con ella y aclarar mis sentimientos y las cosas.

Un silencio se colocó en el ambiente.

- Y ¿mis padres? - preguntó curiosa.

- Les pedí la casa - para poder hablar contigo pequeña

Otra vez hubo un silencio, esta vez incómodo. No sabía como empezar para hablar con ella.

Antes de poder siquiera ella se levantó y la alcancé a sujetar por la muñeca. Sus hermosos ojos miel se clavaron el los míos. Me levanté, sin despegar su mirada de la mía. Ahora ella se miraba con la cabeza hacia arriba, exponiendo su cuello y su aroma. Durante un tiempo nos quedamos así, sin decir nada, trataba de que decifrara las cosas con tal solo verme.

- ¿Lo besaste? - fue lo primero que salió de mi boca sin siquiera pensarlo.

- ¿Dsculpa? - su tono era de confusión e incluso pude escuchar enojo.

- Dime que no, me matas al no decirme una respuesta - otra vez mi estúpida boca. querías disculpar te, no arruinas más las cosas.

- Mmmmm

- ¡Dime! ¡Dime que no lo besaste! ¡Dime que después del beso que nos dimos no haz besado a Dylan! - exploté y ya no pude controlarme.

- ¡LO DICES COMO SI FUERA TU NOVIA! Y NO LO SOY. ADEMAS NO TE ATREVAS A DECIRME ESO, CUANDO TU YA LO HAS HECHO CON AMANDA. - gritó. Odio que tenga razón pero yo no besé a Amanda. Ella lo hizo.

Logró zafarce, pero fui más rápido y cubrí sus mejillas con mis manos. Cerró los ojos. Y me acerqué a ella, estaba controlando mis malditas ganas de besarla. Necesitaba perderme en su mirada para poder distraer me de sus labios.

- Abre los ojos pequeña mia - mi aliento se encontraba en su boca.

Sin dudar los abrió. Y en sus ojos había confusión no pueden más y lo iba hacer. Lamentablemente mi padre llegaron y rompieron el encanto.

*

En la madrugada me escabullí y entré a su cuarto y estaba de espaldas y la abracé diciéndole todo lo que sentía.

- No se que me pasa, pequeña. Pero realmente me entran los celos cuando te veo con Dylan. Tu eres mía, sólo mía....

» Tal vez si sepa que me pasa y lo único que te puedo decir es que me enamoré de ti y no puedo evitarlo.

Se giró para darme la cara y la besé, tenía las ganas de que me correspondiera pero estaba dormida. La seguí besando hasta que me controlé y salí de la habitación. El color de mi piel descendió.

Mi padre estaba observándome.

AMANDA EN MULTIMEDIA

Mi pequeña hermana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora