La escuela eran puros murmullos viendo a dos chicos pasar a través de los pasillos, Will de tercer grado y Christian Lonar de último grado.
No importaba si iba a la biblioteca o al baño, por todos lados escucharía la palabra "chicos hermosos" y es que parecían realmente dioses griegos.
Sin exagerar, pero tenían una genética demasiado bella para su físico.
Salía de la clase de matemáticas cuando choqué con alguien, me apresure a agacharme para tomar mi libreta, la otra persona solo se quedó parada allí viéndome.
Iba a protestar pero cuando me levanté lo vi.
Christian Lonar.
Tragué saliva. — Perdón.
Y otra vez como la primera vez que lo vi volvió a fruncir sus cejas, colocó sus manos una dentro de cada bolsillo de su sudadera color negra y se marchó pasándome por un lado.
No entendía bien, quizá era como yo, no quería conocer a nadie o quizá... Era conmigo quien no deseaba hablar.
No, no podía pensar en eso en cuanto recién lo conocía y ni siquiera habíamos cruzado palabra alguna.
Me apresuré a mi siguiente clase, ciencias.
Casi entro en pánico al notar que toda la clase me miraba, no había notado que el único asiento libre era junto a Lonar.
Todavía podía encontrar donde sentarme, el profesor no había llegado.
Pero...
— Ey. - Alguien casi susurró a mi costado y me sobre salté. — Puedes sentarte aquí. - Una chica peli roja me sonrió, no la había visto antes.
Me senté callada, no, no podía callarme, recordaba las palabras de mi tía.
Socializa.
Socializa.
Socializa.
— Gracias, no quería sentarme junto a mi vecino. - Mal dije por lo bajo, era agradecer no contarle mi vida.
Ella se rió. — ¿Los Lonar son tus vecinos? ¿Sabes cuanto tiene su hermano?
Fue entonces que note un sonrojo en sus mejillas. — tiene dieciseis.
Ella pareció pensar unos segundos para luego sonreír. — Nah, no hace nada dos años.
Las dos nos reímos y fue entonces que noté la mirada de Christian clavada en mi, trate de ignorarla pero cuando volví a verlo él había salido del salón de clases.
Era raro.
— Soy Emma. - La pelí roja estiró su mano hacia mi.
Y por primera vez en un largo tiempo le respondí el saludo a alguien. — Hillary.
El profesor entró y la clase inició sin Christian allí, por alguna razón creía que tenía algo en contra de mi, ¿pero cómo? Lo había conocido a penas ayer.
Le preguntaría de no ser porque esas cosas no se me dan, pero estaba segura que ya con Emma aquí este año sería diferente e intentaría seguir yendo a ver a mi psicóloga, quizá esto podría cambiar.
Quizá yo podría cambiar, dejar mi pasado atrás.
Dejar atrás mi caos mental.
Después de la clase de ciencias me puse nerviosa, pues la siguiente clase no es algo que me agradara mucho ni quería hacerme notar allí.
Educación física.
Una vez me puse mi ropa deportiva en los baños busque con mi vista a Emma pero no había señales de ella lo que me hizo ponerme aún más nerviosa que antes.
Respiré tratando de no entrar en una crisis de pánico, no podía moverme de allí y mal dije por tener un ataque de pánico justo ahora, había aprendido a controlarlos pero aún así los tenía, aunque no tan frecuentes como antes.
— Tú puedes.. - Me dije para mi misma.
Una mano fría me tomó por el hombro y me sobre salte pero aun así no me di la vuelta.
— ¿Estás bien?
Y mi corazón comenzó a latir desesperado más de lo que ya estaba por alguna razón, esa voz proveniente de alguien que creí ya me odiaba sin conocer.
Christian.
Trato de hablar pero no puedo, mis manos sudando frío, tampoco puedo llorar así que solo bajo mi mirada y apreto mis labios.
Nadie más que él y yo se encontraba en él pasillo, de seguro estaban todos en la clase.
Me estaba perdiendo mi primera clase de educación física, todo iba de mal en peor.
El peli negro al no obtener respuesta alguna de mi me voltea tomándome de ambos hombros quedando así cara a cara.
Sus ojos grises encuentran los míos y no digo ni una sola palabra, no puedo, todo está atascado y siento mis manos endumecidas.
Veo algo en su rostro y parece ser preocupación, sus cejas bien perfiladas ligeramente levantadas, su cabello negro desordenado, algunos mechones cayendo sobre su frente y sus labios curvados.
— Siéntate en el suelo.
No puedo decir nada así que solo le hago caso y lo imitó ya que él se sienta primero.
— Cierra tus ojos y respira... - su voz que parece ser tan suave para mis oídos lo escuchan. — Estas bien, va a pasar... Macom, respira.
Y me sorprendo, el chico que me había pasado por un lado y me miraba mal me estaba ayudando a pasar un ataque de pánico, ¿pero por qué?
Mis manos comienzan a relajarse y caigo en cuenta que aún necesito volver a mi clase.
Christian cambia su semblante al serio de antes y se levanta, por un momento pienso que me dejara allí pero me estira su mano y la tomo luego de un par de segundos.
Me acomodo mi largo cabello castaño en una cola sin decir nada y él está ahí, parado frente de mi mirándome sin decir nada.
— Ve a la oficina del director, ya no llegas para tu horario de clase. - Él toma su mochila del suelo y me pasa por un lado sin decir más nada.
Me volteo aun sorprendida y lo veo irse, su espalda ancha doblando hacia el siguiente pasillo.
Y siento algo de familiaridad.
No entendía nada, porque parecía indiferente y ahora actuaba como si le hubiera importado o fuéramos amigos.
En dirección dije lo que había sucedido así que todo estaba bien, estaba en dirección tomando un vazo de agua terminando de tranquilizarme.
Habían llamado a mi tía Lizy así que ya estaba casi por irme.
Golpean la puerta de dirección y el director dice que yo puedo abrir.
Confusa habro la puerta y veo a Emma con su cabeza baja, pero al verme me abraza.
— Lo siento, no conocías a nadie y no sabía que podías pasar por algo así, no te dejaré más sola. - y me abraza.
Se siente cálido y ahora se que en serio quiere ser mi amiga.
Por su hombro logro ver a Lizy detrás de la puerta, ella suspirando pero me logra sonreír de boca cerrada.
Y otra vez pienso en Christian y su forma de actuar.

ESTÁS LEYENDO
Nairobi
Fiksi RemajaY en medio de un caos mental él decidió llegar para entrar en su cabeza y descubrir todo lo que le pasaba.