Cena Y Secretos

1 0 0
                                    

Era sábado y Lizy me había dicho que estabamos invitadas a la cena de los
Lonar de bienvenida, se habian tomado la molestia de realizar prácticamente un banquete en el patio trasero de su casa, no quería pensar más pues en ese mismo patio fue donde jugando papá me llamó para decirme que mamá había muerto.

Me miré frente al espejo arreglando mi vestido color negro, era la primera vez que usaba algo pegado a mis curvas y de verdad no tenía una gran figura pero aun así no paraba de darme halagos mentalmente, no sabía si me engañaba a mi misma o solo lo hacía para no tener que quitarme el vestido.

Habia sido de Dina.

Mi mamá.

El vestido no tenía mangas si no dos tiras en ves de ellas, me llegaba casi por mis rodillas, mi cabello iba en una cola baja dejando caer dos mechones de cada lado y llevaba un brillo labial.

Mi tía entra a mi habitación con una sonrisa en sus labios. — Primero haces amigos en la escuela y ahora te vistes como una señorita.

Yo me rio pero no digo nada, ambas bajamos y nos dirigimos a la entrada de la casa de los Lonar.

Veo a Will en el patio de adelante con unos guantes plastificados arrodillado en el suelo.

— Hola Will, ¿qué haces? - Mi tía saluda adelante de mi. Él lleva una sudadera vieja y una Bermuda sucia por la tierra.

Él sonríe en nuestra dirección. — El césped necesita un arreglo. - Mira hacia nuestro al rededor.— Me gusta la jardinería.

Yo miro el patio también pero con un poco de nostalgia.

— Debió de ser hermoso este patio, ¿no? - Él mira en mi dirección y yo solo asiento con mi cabeza. — Mamá está adentro, pueden entrar.

Mi tía entra y como ya se le está haciendo costumbre se queda hablando con Malcom, no le doy tanta importancia y solo saludo, sigo hacia el patio trasero sabiendome la casa de memoria, todo cambiado pero bien cuidado.

Veo una larga mesa con diferentes cosas de comer, sentado en una de esas sillas veo al pequeño del hogar, Lucas.

— Hola. - Saludo con cortesía pero él se sonroja mientras con una mano sostiene un auto de carreras. — A mi también me gustan los autos.

Y veo al pequeño de seis años sonreir.

— Mentir para que el niño confíe o le caigas bien es feo.

Escucho una voz detrás de mi y me volteo para ver al mayor de los hermanos Lenor.

— Te está mintiendo Luki, no le creas a esta desconocida.

Frunci mis cejas. — ¿Desconocida? ¿Mentir?

El rubio delante de mi comienza a reír y tiene una perfecta sonrisa cuadrada y un par de hoyuelos de cada lado. — ¿Te tomas todo en serio?

Y no contesto, Christopher parece ser el típico chistosito de la familia y de esos jamás me logran caer bien.

— Que lindo vestido. - Se acerca a mi colocándose a un lado. — ¿Eres mayor? - Asiento con mi cabeza aunque no se si haya sido buena idea a ver dicho que si.

Yo no lo miro ni hablo, me quedo sumida viendo el patio trasero donde viví tantas cosas y momentos.

Cómo cuando conocí a Liam.

Liam era parte de mi pasado y aunque prefería no recordarlo a veces se convertía parte de mis pesadillas.

Me sentía culpable.

Miro a mi lado pero estaba tan metida en mis pensamientos que Christopher ya estaba sentado en la mesa junto a su hermano.

Mi tia sale hablando animadamente con Nataly por la puerta trasera quien trae una fuente de ensalada  de verduras y atrás de ellos Malcom y su hijo medio Christian.

Él no me dirige la mirada en ningún momento, como si ayer nada hubiera pasado tampoco y por un momento me pregunto como es que él sabía que yo estaba pasando por un ataque de pánico  y el como sabía hacer para calmar uno.

Me siento a un lado de mi tía quedando frente a Christopher quien me mira divertido y no entiendo nada.

— ¿Lavaste tus manos Will? - Nataly alza ambas cejas. — Tú y el jardín. - Ella suspira y Will entra corriendo para lavarse. — Will le encanta todo lo relacionado con las plantas, lo supimos el día que lo adoptamos como en vez de arrancar cada flor la regaba, él nos devolvió el mundo.

Devolver el mundo.

Adopción.

¿Pero por qué?

Nadie preguntó nada así que mientras comimos ella continuó hablando. — Christopher ama la ciencia pero dejó la facultad cuando odió mudarse de aquí, vivimos por cinco años en Nairobi y luego nos fuimos a Nueva Zelanda, estuvimos cinco años más y nos mantuvimos siete años en New York, ahora esperamos estar aquí por un largo tiempo. - Ella se ríe.

¿Por qué tantas mudanzas? Quise preguntar pero no me atreví.

Vivieron cinco años y yo toda una vida, tuve que a verlos conocido de seguro con lo chico que este pueblo era.

Ella continuó hablando. — Christian jamás nos habla de lo que le gusta pero Christopher se escabulló en su cuarto una vez y desde entonces sabemos que le gustan los libros y algunos cómics. - Christian bufa pero no dice nada. — ¿Qué te gusta a ti Hillary?

Todos me miran a excepción de Christian quien continua viendo su plato de comida intacto.

Y por primera vez quiero hablar, veo a Will volviendo por la puerta y una vez que están todos me incitan más a hablar así que sonrio, iba a evitar un poco mi ansiedad.

Cuando abro mi boca para decir algo Christian se para de un solo paso de la mesa golpeandola y sorprendiendo a todos menos a su padre quien sonríe de lado y me hace sentir rara allí sentada.

— Suficiente. - nos observa a todos y cuando me mira a mi siento que me da la mirada más fría de todas pero la aparta de inmediato. — Mientras él se pudre en una tumba ustedes deciden hacer una jodida Bienvenida, ¡Él sería menor aún! Era mi... - y se calla, comienza a hiperventilar y su madre le dice que respire, su cara enrojece de lo enfadado qué se encuentra y entra a la casa a paso rápido, seguido de una puerta cerraste con ferocidad.

Silencio, se escucha silencio y yo no entiendo nada, quiero comprenderlo todo.

En mi cabeza se repite "Él sería menor aún"

Él

Siento la necesidad de acercarme a Christian y saber que es lo que pasa.

NairobiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora