De vuelta al hotel

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—A mi me gustan las chicas Kuku.

—Ajá.— Esteban ladeó la cabeza como para retarlo a seguir.

—¡De verdad! O bueno, me gustaban. No de que estoy hablando me siguen gustando.

—También te gusta Juani y eso no tiene nada de malo.

—Por supuesto que no tendría nada de malo, pero ese no es el caso. —Pipe suspiró.— Mira, Juani es hermoso, si me gustaran los chicos así, yo me enamoraría de él.

—Pero como no es el caso...— dijo Kuku, dispuesto a dejarlo pasar esta vez pero pensando en sacar el tema más tarde.

—Como no es el caso, me temo que me voy a casar con una chica que no conozco. Solo será un año. Solo un año. Luego me divorcio y vuelve a ser todo como antes.

—Bueno, como quieras. Yo te quiero mucho, Pipe. Por eso te digo que a veces hay cosas que es mejor no ignorarlas.

—Ya, Kuku. Si sé.

Esteban levantó ambas manos como en señal de rendición, todas sus bolsas de compras colgando de sus muñecas y meciéndose en el aire.

Felipe regresó en casi total silencio a la estación de bus y se sentó en el sitio que le había tocado. Juani se sentó al lado de él y rápidamente se quedó dormido en su hombro.

Pipe no sabía cómo es que sostener la cabeza de Juani para que no se meciera tanto con el movimiento del bus lo iba a ayudar a procesar lo que sea que estaba sintiendo pero bueno. Tampoco era como si pudiera soltar la cabeza de su amigo, el ruloso caería del asiento.

Y su cabello es muy suave, pensó Pipe, que hacía lo posible para no voltear a mirar al castaño.

Llegaron de vuelta a Wembley casi a las 10 de la noche y para ser sinceros los chicos estaban demasiado cansados para salir, así que Felipe fue directo a su cuarto y solo pudo caer completamente dormido a la 1 de la mañana.

Su corto sueño se vio interrumpido por un aporreo en su puerta.

—¡Pipeeeeee! Felipe, si no te despertas ahora mismo voy a tumbar la puerta.- dijo una voz que su cerebro estaba deseperadamente tratando de no procesar. —De verdad, cariño.— Juani cambió su tono de voz a uno más dulce. —Prometo que si sales ahora te doy un beso.

Felipe abrió un ojo, estresado. ¿Acaso estaba soñando? Pero si era un sueño, ¿porque Juani le diría eso?

Claro, ellos se coqueteaban cada tres minutos pero, ahora era diferente. O tal vez nada había cambiado y era el quien lo veía todo diferente. Pero, ¿diferente como? ¿Diferente te voy a arruinar la boda y distorsionar la relación que tienes con tu mejor amigo o, diferente solo quiero saber a qué saben tus labios sin compromisos?

Era diferente. Sin dudas era diferente.

Felipe cerró el ojo de nuevo y se giró en la cama, su espalda dando contra la puerta.

Luego escuchó la cama crujir y sintió una presencia abrazándolo por detrás. —Te dije que te iba a tumbar la puerta.— susurró Juani detrás de su cuello.

Pipe se quedó paralizado. Juani no podía estar dentro de su habitación era literalmente imposibl...

Felipe sintió un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo cuando Juani se acercó todavía más y apoyó su cabeza en su hombro. El de cabello oscuro estaba más que feliz de seguir en esa posición, es más se estaba quedando lentamente dormido cuando su amigo empezó a darle pequeños besos en el hombro donde tenia apoyada la cabeza.

Los besos fueron subiendo. Y ahora había dientes. Juani dejó pequeñas mordidas cerca de su clavícula, subiendo delicadamente por su cuello. Pipe se había dormido sin remera, solo estaba con boxer y no sabía cómo pedirle a Juani que pare.

El de rulos bajó lentamente su mano desde el pecho del otro hasta su estómago e iba más abajo...

Y luego Felipe despertó.

Felipe despertó con una mezcla que se puede definir entre horror y excitación. Suspiró pesadamente y salió de las mantas. Eran las 7 de la mañana y él sabía que no tenía ninguna oportunidad de volver a quedarse dormido, así que fue a tomar una ducha.

Tuvo una breve sesión de auto-odio y confusión mientras se bañaba pero no llego a más que eso, solo salió con la conclusión de que tenía que olvidar lo que sea que haya estado pasando en su cabeza. Se iba a casar, bastante pronto. Más pronto de lo que a él le gustaría.

Y Juani iba a estar parado al lado suyo en vez de enfrente. Y no importaba, porque después de todo, estás solo eran ideas que su subconsciente había albergado por la charla con Kuku y porque cada vez que Juani sonreía Felipe se quedaba paralizado...

No era nada. Se casaría. Se divorciaría lo antes posible y luego, tal vez, podría pensar en el tema.

Primero debía ir con sus amigos al Estadio de Wembley, pues habían reservado un tour ahí. Ahí pasarían toda su mañana e incluso irían a un centro comercial cercano.

Luego debía pensar en que traje usar para su maldita cena de compromiso. Ahí iba a conocer a la mayoría de los invitados de la boda, suponía que Octavio le haría una no tan sutil amenaza, igual que su padre, y luego podría irse y llevar a sus amigos a algún lugar donde pudieran divertirse o al menos comer algo.

Estaba bien. Tendría una gran mañana, una pésima tarde y una buena noche. Al menos eso es lo que esperaba.

La boda de mi mejor amigo (JuanixFelipe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora