La boda de mi mejor amigo (JuanixFelipe)

La cena de compromiso

Felipe y sus amigos llegaron al local que la familia de la novia había alquilado a las 5:02 en punto. Ingresaron al local a las 5:04. Saludaron a la novia y a su familia a las 5:10 p.m.

Vale la pena decir que algunos invitados estaban un poco escandalizados con que el novio haya llegado a su propia cena tarde. Les incomodó un poco más que el joven prometido saludara a toda la familia y a su novia con un apretón de manos, como si fueran negocios (por supuesto que ellos no saben que para Felipe, solo eso era). Puede que les haya molestado más el hecho de que cuando los amigos del novio ingresaron, fue con una canción a todo volumen, (las familias de alto perfil de Gran Bretaña y amigos peligrosos de la familia por alguna razón no reconocieron BELLAKEO, canción que Agus había elegido cuidadosamente con la intención de caminar al ritmo).

En cuanto entraron Juani le puso pausa a la canción y le dedicó una sonrisa deslumbrante a todas las personas que lo miraban.

—Hora de jugar.— murmuró Pipe después de saludar a la familia y antes de comenzar a hablar con el primer invitado que se le acercó.

Blas se mantuvo al lado de Pipe mientras que Agus, Kuku y Juani fueron a caminar, buscando entablar conversaciones interesantes.

—Llegaste con mucho estilo, gordis.— comentó Fran que se les acercó a los chicos cuando estos se pararon al lado de la mesa de bocaditos. Le dio un beso en la mejilla a Esteban y una sonrisa a los otros dos, otro chico lo alcanzó rápidamente.

—Te dije que no me dejes solo allá, Fran. Me da ansiedad lo que la señora Gauge está diciendo.-dijo el chico que tenía ojos claros y un traje que claramente había sido hecho a su medida.

-Chicos, este es Rafa Federman. Un viejo amigo y la primera victima de intento de seducción de la señora Gauge de la noche. Les aconsejo que no se acerquen a esa señora de allá.-dijo Fran señalando a una mujer que debía tener entre 35 y 40, que hablaba con un chico de cabello negro que no podía pasar de los 30 y le sonreía extrañamente.

Luego Fran se rio. —Ahí está su segunda victima. Enzo no me va a dejar escuchar el final de esto. — luego miro a Agus con un brillo en los ojos. —¿No será que ustedes quieren ir a salvar a mi amigo mientras hablo un rato con Esteban?

—Más que encantado.— sonrió Agus y se llevó de la mano a Juani con el fin de llegar hasta donde el chico de pelo negro estaba pidiendo ayuda silenciosamente. —Mira. Esta es nuestra oportunidad para practicar, tenes que decirle algo cuestionable a la seño esta.— le susurro a Juani.

Rafa Federman los estaba siguiendo, entretenido con lo que sea que vaya a pasar. —¿Ustedes son los amigos del novio, no?

—Yo soy su amante.— dijo Juani lo suficientemente alto como para que todas las personas que lo rodeaban lo escucharan.

Hubo un alto en al menos cuatro conversaciones distintas, cuyos participantes esperaban que el ojiverde elaborara un poco más.

—No pensé que todos hablarán español aquí.— dijo Agus con voz dudativa.

—La mayoría tiene negocios o al menos raíces latinoamericanas.— explicó Rafa con los ojos achinados por su sonrisa.

—Si, por ejemplo.— se unió una voz que sobresaltó a Juani ya que habían estado hablando en susurros la última parte. —¿Ves a ese grupo? Los que tienen el broche azul son de la mafia italiana. Y los que tienen las narices chuecas de la izquierda son traficantes de armas de...

—Cállate Enzo que al salir de acá nos acuchillan y tu papi no nos va a proteger.— lo callo rápidamente Rafa, que sospechosamente guardo su mano rápido dentro de su saco. Cuando vio que no hubo movimiento alrededor de ellos la sacó.

—Yo soy Enzo Vogrincic.— él que se presentó extendió su mano a Agus quien rápidamente la apretó, y luego a Juani que se encontraba un poco distraído.

—¿Soy yo o han puesto guardias en la puerta?— preguntó Juani que miraba atentamente a dos hombres altos, claramente británicos que se encontraban parados en frente de la puerta.

-No te van a hacer daño si no atacas a Octavio. Ese hombre es un completo idiota, debo advertirte. Intentas matar a su hijo una vez y se enoja para toda la vida.-suspiró Rafa.

Agus lo miró con los ojos grandes, tratando de decidir si debía correr y arrastrar a Juani o quedarse ahí, ya que la otra alternativa era más peligrosa.

—Siempre he dicho que me gusta la gente honesta.— dijo luego de procesar lo que el otro hombre acababa de decir.

—Oh, no. Eso solo fue una etapa. Decidí volverme diseñador. Solo vengo a estas cosas en representación de mi familia, porque si mi padre viene se termina con una pelea y amenazas sin sentido.

—Si. ¿Qué es eso de voy a encerrarte en mi sótano para que no veas la luz del sol? Tu padre se puede poner muy intenso si se trata de Octavio.— comentó Enzo mientras planchaba delicadamente su traje negro con su mano derecha.

—Dímelo a mí. Era mi cumpleaños número once.

—Creo que voy a rescatar a Pipe.— comentó Juani luego de un minuto. —Pero me caen súper bien chicos, espero volver a hablar con ustedes.— explicó con una sonrisa cálida mientras enloquecía por dentro.

Camino rápido hasta Pipe, solo notando entonces que los hombres de la puerta tenían lo que claramente eran armas dentro de su saco. Respiro hondo y decidió seguir con el plan original. Octavio no les iba a hacer daño. Si trataba siquiera de levantar un dedo se las vería con Juani, que ya estaba formulando una idea.

Alcanzo a Pipe y le dio una nalgada.

Felipe se sobresaltó y volteó a mirarlo sorprendido. Juani le dio una sonrisa digna de premios y le guiñó el ojo.-Buenas noches, ¿quiénes son ustedes? -se dirigió a la mujer y al hombre con quien Pipe había estado hablando desde hace unos minutos.

—Sally y Paul De la Roche. ¿Quién eres tú?— los presentó la mujer.

-Soy el mejor amigo de Felipe.-explicó con alegría Juani, volteando momentáneamente para ver a Blas alcanzar a Agus y unirse a la conversación que el chico estaba teniendo con Rafa y Enzo. -Somos grandes amigos. Nos gusta reforzar la amistad.- Pipe se puso rosado y tragó saliva.

La pareja de la Roche lo miró de una forma rara pero ninguno dijo nada.

—Bueno, como te decía...— continuó la señora De la Roche que los miraba con los ojos entrecerrados.

A Juani siempre le había gustado un poco el peligro. Y ahora estaba en lo que podría ser considerado un campo minado.

Así que lo iba a disfrutar.