Cuando Felipe llego al hotel estaba harto. Harto de vivir en esa situación, harto de estar confundido, harto de sentirse amenazado.
Se despidió de los chicos y se encerró en su cuarto, quitándose el traje y tirando todas las costosas partes en diferentes lugares de la habitación. El Felipe de mañana vería que hace con el desastre.
Ya solo en bóxers se mira en el espejo de cuerpo completo. Ve las grandes ojeras y nota que ha perdido un poco de peso. Sin embargo, lo que más le molesta es que no haya nada en su cuello. El sueño que tuvo de Juani fue tan vivido que medio esperó tener mordidas moradas y rojas en su clavícula.
Se molesta incluso más al notar que ese dato lo haga sentir así. ¿Qué, acaso quería que Juani le muerda el cuello como si de un vampiro se tratase?
A Pipe nunca le habían gustado mucho las marcas en su cuerpo, por eso no tenía tatuajes ni piercings de ningún tipo. Pero se sorprende pensando en que llevar marcas de los besos de Juani a todos lados no le molestaría tanto.
Es por supuesto solo un pensamiento intrusivo. De esos que te hacen perder el sueño e imaginar cosas más allá de lo que de verdad podría pasar. Sería imposible que Juani lo bese de esa manera, que Juani lo ame de esa manera.
Y eso a Felipe le duele. Le duele de verdad. Porque finalmente está aceptando que si, que fue un maldito idiota y se enamoró de su mejor amigo. Que fue tan boludo como para comprometerse con una persona a la que no ama y que tendrá que decir el "si" cuando lo único que quiere es decirle que si a todo lo que Juani quiera con él.
Así sea solo quedar como amigos, porque Pipe está seguro que Juani nunca lo ha visto de forma romántica o sexual.
—Eres un maldito pervertido.— le dice el ojiazul a su rostro en el espejo. —No podes pensar en Juani de esa forma.
Porque la forma en la que se está imaginando a Juani es una nueva manera de verlo. Por un breve segundo se deja ver a su amigo apretando las sábanas con sus manos, con los ojos rodando hacia atrás por el placer. Felipe se obliga a dejar esos pensamientos en paz. Tiene que parar.
De todas maneras, nunca ha estado con un chico, no hay forma de que pueda satisfacer a Juani de esa manera. Sin contar que Juani es tan hermoso que de seguro puede tener a quien quiera en su cama y hacerles a ellos lo que Felipe quiere que le haga a él.
Suspira y se mira de verdad en el espejo, claro que es atractivo. Es casi difícil no serlo con esa combinación de ojos azules y cabello negro por la que siempre ha resaltado. Siendo alto e incluso un poco musculoso, siempre le ha llamado la atención a muchas personas.
Pero no a Juani.
Respira hondo un par de veces y se mete al baño a lavarse los dientes en un intento de quitarse el mal sabor de la boca. Deja el cepillo y está pensando en tirarse en su cama boca abajo y nunca pararse cuando escucha 3 golpes en la puerta.
Se pone el primer par de shorts que encuentra y va a abrir.
—Pero no me mires así que me desconozco.— comenta Juani con una sonrisa que podría hacer a muchos modelos celosos.
—Juani.— Pipe abre la puerta un poco más y se lame los labios.- ¿Qué haces aquí?
—Vine a ver cómo estabas. Te noté muy callado de camino al hotel y después de hablar con Octavio.
Por supuesto, Juani lo notó. Porque Juani lo que conocía como nadie más en el mundo. Felipe iba a llorar, maldita sea.
—Pasa.— le dijo a su amigo de rulos y se hizo a un lado. —Diculpa por el desorden.— dijo refiriéndose a las piezas de su traje repartidas por el suelo.
—Esta bien Pipe. ¿Queres ver una película y pedir servicio a la habitación?
—Nada me gustaría más.— le responde Felipe a pesar de que sabe de qué esto puede terminar horriblemente mal debido a su estado emocional.
—Solo no nos durmamos tan tarde. Mañana es el ensayo de la boda.— dijo con resignación.
Juani hizo una mueca, casi de dolor en cuanto Pipe lo mencionó. —Si, cierto.— se hecho en la cama de Felipe sin preguntar y se quitó los zapatos. —¿Vemos La La Land? Es que Blas no para de hablar de ella y como que me dieron ganas de volver a verla.
—Si, dale. ¿Pido una pizza?
—Esas cosas no se preguntan, cariño.— dijo Juani tranquilamente mientras buscaba la película en su laptop.
¿Cómo era posible que Juani se pudiera dar cuenta si Felipe dejaba comida en su plato y no de cómo eso le estaba afectando?
Lo estaba matando lentamente.
Pidió la pizza y se recostó al lado de Juani, sin molestarse en ponerse una remera. Después de todo, Juani lo había visto muchas veces sin una y nunca se había hecho problemas.
Hubo un pequeño movimiento en el rostro de Juani cuando Felipe se echó a su lado.
—Lo siento.— dijo el de cabello negro, asumiendo que había movido la laptop.
—No te preocupes.— dijo Juani con voz ahogada.
Lo que menos quería Felipe era ver una comedia romántica con final agridulce pero logró llegar casi hasta el final.
Pipe se había quedado dormido en algún momento, notó Juani. Así que se movió lentamente, puso la laptop en el suelo al lado de la caja de pizza y apagó la luz.
Con un suspiro volvió al lado de Felipe, no estando de humor para caminar por el pasillo para volver a su cuarto. Se quitó la remera, pues sabía que iba a sentir mucha calor con ella y cayó dormido al lado de su amigo.
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La boda de mi mejor amigo (JuanixFelipe)
RomanceJuani y Felipe son amigos. Juani y Felipe son los mejores amigos. Es por eso que Juani va a ser el padrino en la boda arreglada de Felipe. Aunque ambos van descubriendo algunas cosas en el camino que llevarán a que esa decisión cambie.