La mañana de la boda: parte 2

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El corazón de Felipe iba a mil por hora, se estaba volviendo loco lentamente. La emoción de saber a un cien por ciento de que Juani correspondía sus sentimientos más el hecho de que el de rulos no paraba de rozar sus erecciones lo estaba llevando a su límite.

Soltó un gemido ronco y luego escuchó ruido al otro lado de la puerta. Abrió los ojos de golpe y levantó su cabeza.

—Juani...— dijo lo más alto que pudo y luchando contra lo que su cuerpo pedía. —Estoy convencido de que los chicos están afuera.

Juani paró y se sostuvo por encima de él con la fuerza de sus brazos y oh dios eso no debería ser tan caliente pero lo fue.

—¿Todos?— preguntó Juani en un murmuró, mirando a Pipe con ojos que eran la viva imagen del pánico.

—No tenemos tantos amigos, solo son tres.— le respondió Felipe.

—Ehm, chicos. Los queremos mucho pero la verdad no sabíamos que iban a llegar de frente al modo calienturiento.— se escuchó la voz de Agus. Luego hubo una tos incómoda que definitivamente era de Kuku.

—Si, solo queríamos decirles que estamos felices por ustedes y que vamos a llamar a Enzo...— intervino Kuku.

—... y ya nos vamos.— dijo rápidamente la voz de Blas, que debía de estar sonrojado.

—Ay, me voy a morir.— susurró Juani en el oído de Pipe cuando escucharon pasos alejándose a una velocidad increíble, luego se recostó suavemente sobre el cuerpo del pelinegro.

Felipe cerró los ojos y acarició el cabello de Juani suavemente, por un momento pensó que tal vez el de rulos se estaba quedando dormido por lo que envolvió ambos brazos a sus costados. Claramente entendió mal la situación porque el castaño reanudó su movimiento anterior y ahora con más fuerza.

Pipe está gimiendo bajo contra el oído de Juani y al más bajo no parecía importarle, moviendo sus caderas con más fervor. Pero luego Felipe apretó con más fuerza los costados de Juani y habló.

—Nuestra primera cogida no puede ser en el suelo.

—Que caballeroso.— comentó el de rulos antes de que Felipe se sentara con Juani aún sobre el, lo agarrara más fuerte y los levantara a ambos. El más bajo soltó un chillido y Pipe se rio, depositándolo en la cama.

—¿No querías que te folle?

—No soy de los que ruegan.— respondió Juani con los ojos entrecerrados mientras se quitaba la camisa.

—Ya veremos, amor. Ya veremos.— Pipe siguió sus movimientos y se quitó toda la ropa hasta quedar solo en bóxers. Luego caminó hasta la cama y se subió lentamente con lo que esperaba que era un sensual movimiento hasta quedar encima de Juani.

—Usualmente no soy de los que te hacen rogar.— le murmuró Pipe en el oído a Juani mientras le desabrochaba el pantalón al de rulos. —Pero creo que no me molestaría si me lo pides tú.

Juani respondió alzando las cejas y levantando las caderas para permitir que Felipe le quitará los pantalones del traje. —Entonces tendrás que intentar mejor que eso, Superman.

Pipe sonrió contra el cuello del castaño y tiró el pantalón a lo que esperaba que fuera el escritorio. Procedió a continuar con su nueva misión de vida: desnudar a Juani, cuando la ansiedad lo invadió lentamente. Mientras le quitaba los calzoncillos y rasgaba sus uñas contra su pezon derecho Felipe preguntó.

—¿Cómo queres hacer esto?

Juani lo pensó por un momento, luego agarró la cintura del más alto y dijo en un tono de voz moderado. —Duro.

La boda de mi mejor amigo (JuanixFelipe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora