Cita en el parque

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Maratón

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Sus muslos son como almohadas, cómodas para mi gusto y no solo es por que es mi novia sino por que lo estoy comprobando justo ahora

Después de almorzar un delicioso sandwichito por parte de ella y yo una pasta súper increíble estamos descansando debajo de un árbol

Cierro mis ojos al sentir el brillo del sol golpearme en el rostro

—No trajiste tus lentes – me regaña, niego manteniendo mis ojos cerrados – me gusta mucho tus ojitos para verlos lastimado

—Eres toda una distracción para mi – siento sus labios con los míos

Siento como me coloca unos lentes, otra vez tengo sus atenciones y cuidados

—Ábrelos – dice besando mi frente

Al abrir mis ojos efectivamente veo la luz pero no es tan fuerte debido a los lentes, miro a su linda carita con unos pucheros que siento ganas de comérmela

—No son finos, pero ayudan – rueda las ojos – me gusta

Agarro sus mejillas y un poco me levanto para dejar un beso, beso que poco a poco iba incrementando hasta que el aire nos hizo separamos

Me acomodo entrelazando nuestras manos, Daniela tiene un libro así como unos archivos que trajo

—¿Es sobre el niño? – preguntó – puedo saber que le pasó

—Sonya, nació con un soplo en su corazón, no fue tratado hasta que hace unos meses que lo internaron y fui yo quien lo diagnosticó – presto atención a cada palabra – lo traté pero no es suficiente por qué requiere un transplante de corazón

—Al igual que Tomás – asiente – hay algo que pueda hacer

—No – niega – es complicado para sus padres, ya están agotados y solo quieren vivir días felices con él sin que él esté internado

Me doy cuenta que Ellen habló de que Dani piensa en regresar a Londres ¿lo hará?, el solo pensar que otra vez nos vamos a volver a separar mi cuerpo empieza a temblar ¿es miedo?

—¿Te irás? – preguntó, tenía que hacerlo para sacarme de la duda

—Iba hacerlo – asiente – el problema es que si Sonya sale de aquí no habría posibilidades de que llegue con vida, son más de 12 horas de vuelo

De pronto la felicidad volvió a mi haciendo que mi cuerpo se relajara

—¿Cómo está Tomás? – pregunta de repente

—Con su papá – respondo – el tratamiento está funcionando bien, y si todo sale bien en sus estudios del miércoles, prometí llevarlo a Orlando

—Es un niño alegre – comenta – aunque lo conocí poco, su cariño por ti es inmenso

—Lo es – me acomodo – lo conocí en el hospital, mientras ambas estábamos internados

—¿Estas internada? – ¡mierda!, creo que acabo de decirle algo que no debía

—No – niego de inmediato – lo digo por la compra del hospital, estar ahí es como estar internada – trato de salvar la situación

Me hace voltear el rostro, me mira un poco analizándome, hasta ahora no me e percatado de cómo se da cuenta que miento, digo no es mi rostro demuestre que soy una mentirosa pero debe haber algo más que hago

—Y algunas gripes, ya sabes lo exagerada que es mi madre – el decir esto parece tranquilizarla

—No me hubiera perdonado si algo malo te haya pasado – volteo a otro lado

Volveré Siempre a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora