Al despertar en la mañana, lo primero que sentí fué un intenso dolor de cabeza.
También me sentí absolutamente desorientada.
Por unos largos segundos no recordé nada. Pero estaba consciente de que mi dolor de cabeza se debía al exceso de alcohol que había consumido.
Intenté moverme, necesitaba beber agua, estaba sendienta. No obstante, algo me impidió lograr mi cometido de salir en búsqueda de agua.
Algo confundida alcé mi mirada para saber qué era aquello tan cálido que me sostenía y no me dejaba apartarme.
Lo primero que noté fue que mi mano estaba siendo sujetada con suavidad y delicadeza.
«¿Qué?»
Traté de enfocarme un poco mejor. No estaba entendiendo para nada la situación. Mi vista estaba un poco borrosa y mi cabeza estaba medio desorientada aún.
Miré un poco más arriba y lo primero con lo que me encontré fué con un rostro masculino que se me hizo demasiado familiar.
Él estaba durmiendo plácidamente, su rostro se veía impecable y su expresión absolutamente serena. No pude evitar admirarlo fijamente, fascinada. Por unos segundos, tontamente coloqué mi rostro sobre su pecho y lo ví, mientras sonreía como una idiota. Pero pronto caí en cuenta de que había algo muy malo en la situación.
Yo acababa de despertar. No estaba soñando con un hombre jodidamente atractivo. Para ese momento sabía que estaba bien despierta y que en realidad a quién tenía allí era cierto pelinegro de ojos grises y actitud peculiar.
De inmediato abrí mis ojos ampliamente, viéndolo aún. Analicé su rostro, cómo si de pronto se tratara de un alienígena. Luego, una vez más intenté levantarme, pero entendí la razón por la que segundos antes no lo había logrado; yo me encontraba a un costado de él, siendo abrazada por uno de sus musculosos brazos.
A esas alturas, la situación se me antojó...bizarra.
Pero fué aún peor cuando noté el pecho trabajado, níveo y desnudo de Hakeem y a continuación ví mis senos absolutamente desnudos. Además, supe de inmediato que todo mi cuerpo bajo aquellas sábanas blancas que nos cubrían... Estaba desnudo. Y yo me encontraba totalmente pegada hacia el cuerpo, también desnudo, de Hakeem.
Al caer finalmente en cuenta de mi desnudez y con quién estaba, reaccioné de acorde al momento y mi sentir. Así qué...
Grité.
Sí, grité.
Y me alejé con tanta rapidez cómo pude al levantarme con brusquedad, mientras estaba enrollada en las sábanas blancas.
Salí de la cama y caí al suelo.
Pero no se debió a que me haya enredado con las sábanas.
En mi expresión debió reflejarse el terror que experimenté cuando me percaté de que mis piernas estaban jodidamente temblorosas. Y mis caderas y mi cintura dolían con cada movimiento.
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Inevitable Atracción [Bilogía True Love - Libro 2]
Lãng mạnUn error puede ser el primer paso para una gran historia. Una mirada puede ser tan profunda cómo para hipnotizarte. Un beso puede ser suficiente para hechizarte. Un poco de vino puede ser el ingrediente perfecto para darte el impulso de dirigirte...