- Me gusta cómo te queda este tipo de suéter -le comenté a Hakeem aquella mañana siguiente, mientras se colocaba lo que se había quitado para dormir. Tenía que irse temprano-. En color negro te queda bien, y en beige. Deberías probar uno de color verde botella. Se vería bien con tu tono de piel.
Él me prestó atención.
- El verde es mi color favorito, pero no suelo vestirlo mucho. No había considerado tener uno de éstos suéteres en ese tono. ¿De verdad crees que se me vería bien?
- Se te vería genial.
- Voy a probarlo.
- Deberías. -dije levantándome de la cama con un poco de pereza y mientras bostezaba.
Me había lavado la cara y cepillado los dientes, pero aún faltaba todo lo demás para alistarme e ir al trabajo.
- Pasaré por tí para ir al trabajo. Espérame.
Negué.
- Lo de pasar desapercibido no tendrá mucho sentido si más personas me ven llegar contigo con frecuencia -resalté-. Así que por hoy voy sola.
A él no le agradó demasiado mi objeción, lo noté en su expresión. Sin embargo, no se quejó, ni dijo nada, solo asintió.
- Vale. Entonces... Nos vemos allá.
Lo ví darse vuelta y avanzar, pero al observarlo alejándose, algo me impulsó a ir detrás de él.
Tomé una parte de la tela de su suéter entre mis dedos.
Hakeem detuvo sus pasos.
- ¿Sucede algo, Nala? -preguntó dándose vuelta.
En mi lugar no respondí, solo me dejé llevar por lo que quería justo en ese preciso momento.
Acorté la distancia, me alcé de puntillas y con mis manos acerqué el rostro del pelinegro hacia mí. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, estampé mis labios contra los suyos en un beso necesitado.
Al inicio su reacción fué de sorpresa, pero con rapidez correspondió con la misma o incluso más intensidad que yo al dar el primer paso.
Aquella mañana hubo una sensación en mi cuerpo que me resultó poco propia de mí. No quise dejarlo ir tan fácilmente, por lo que me abracé al deseo abrumador que comenzó a consumirme desde dentro.
Estaba segura de que algo había cambiado, algo en mi manera de tratar de mantener todo bajo control. Y con todo me refería a la manera en la que estaba intentando mantener mis deseos al margen. Yo misma me estaba reprimiendo.
Todas las veces anteriores en las que intenté conocer a alguien de manera romántica, las cuales fueron alrededor de tres veces, no me sentí segura ni preparada para dejar a un lado mi sensación de comodidad y seguridad.
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Inevitable Atracción [Bilogía True Love - Libro 2]
Roman d'amourUn error puede ser el primer paso para una gran historia. Una mirada puede ser tan profunda cómo para hipnotizarte. Un beso puede ser suficiente para hechizarte. Un poco de vino puede ser el ingrediente perfecto para darte el impulso de dirigirte...