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A eso de las 6:00 am me encontraba dando una vuelta por el parque más cercano al lugar en el que estaba viviendo

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A eso de las 6:00 am me encontraba dando una vuelta por el parque más cercano al lugar en el que estaba viviendo.

Me gustaba correr en las mañanas cada vez que podía, incluso cuando estudiaba en la universidad sacaba un poco de tiempo para salir a correr.

Llevaba mis auriculares puestos mientras corría a paso suave.

Había más personas caminando o corriendo por el mismo sendero que yo en el gran parque. El lugar era la zona verde más extensa y amplia de ese lado de la ciudad. Era bastante concurrido, incluso a esas horas.

Los días anteriores no había podido darme tiempo de ir allí a correr en la mañana, por lo que ese día fué toda una experiencia visitarlo y ver bastante movimiento de parte de más personas; desde jóvenes a adultos haciendo ejercicio.

Al avanzar más allá por el sendero que se adentraba al parque, delante de mí, noté una gran figura que se me hizo muy familiar.

Pensé que tal vez podía estar haciéndome ideas equivocadas.

Existían muchas personas de gran estatura y un buen cuerpo trabajado. No era necesario que se tratara de Hakeem exactamente. ¿O sí?

Por unos segundos me permití pensar que no era dicho pelinegro de ojos grises, y observé desde atrás al hombre que trotaba frente a mí.

Iba vestido con ropa deportiva en color negro y algo holgada. Sin embargo, ésta con cada movimiento se ajustaba perfectamente a su cuerpo grande y musculoso. No se veía grotesco en lo absoluto.

Miré su espalda y sus hombros anchos cubiertos por una sudadera, su cabeza estaba cubierta con la capucha de ésta.

No sé veía a la perfección, pero estaba casi segura de que a pesar de ser ancho arriba, su cintura era estrecha. Luego seguía su trasero, el cual por unos segundos generó algo de envidia en mi.

Es decir, se veía tan bien que deseé pedir su rutina de glúteos.

(Evidentemente eso jamás lo haría.)

Después bajé un poco más mi mirada, su pantalón deportivo era ancho. No obstante, podía estar segura de lo bien trabajadas que podían estar sus piernas solo con verlas un poco con los movimientos que hacían que la tela se ajustara cada tanto a su cuerpo.

Allí dónde yo iba me estaba dando el lujo de admirar a la perfección a semejante hombre que iba delante de mí, sin siquiera darse cuenta de que desde atrás yo me lo estaba comiendo con la mirada.

Ah, seguramente más de una ha hecho lo mismo que yo. Deja de verlo. Deja de verlo. Falta de respeto.

Pensé. Luego me obligué a avanzar.

Cuando me acerqué a su lado, no pude evitar mirarlo de reojo.

Él también llevaba auriculares.

Al verlo a la cara casi me da un ataque.

Inevitable Atracción [Bilogía True Love - Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora