C A P Í T U L O T R E I N TA Y S I E T E
Caminar con el uniforme de la guardia mojado y pegado al cuerpo, es bastante incómodo. Además, seguir el paso apresurado de Dorian me resulta medio imposible.
Entiendo que se haya enojado debido a mí actitud, así que trato de calmar más mis emociones porque no se merece todo lo que le dije.
La arena termina y comienzan las casas pintadas de blanco. Nos metemos en medio de unos callejones para pasar desapercibidos, aunque parece ser tan temprano que nadie está despierto.
Veo a Dorian ir a una tienda de ropa que está cerrada, rodea el lugar y al encontrarse con una ventana; no le es difícil abrirla.
—¿Qué haces? —pregunto extrañada.
—Bueno, necesitamos ropa seca y ciertamente no tengo la billetera en el bolsillo.
—¿Quieres robar? —enarco una ceja, asombrada.
Dorian se ríe.
—Sería el menor de mis delitos, ¿No? —dice con sarcasmo, antes de adentrarse a la tienda.
Ruedo los ojos y lo sigo.
La tienda es pequeña, nada de lujos. Hay un par de maniquíes en la parte de enfrente que luce algunas prendas otoñales.
Dorian toma una chaqueta y otras prendas de un perchero, aparto la mirada cuando comienza a desvestirse.
Me alejo un poco, buscando algo para mí y también privacidad. Fijo mis ojos en el techo y las paredes buscando cámaras de seguridad, pero solo hay una en donde está la caja.
Escojo unas prendas lo más rápido que puedo. Una blusa con botones y pantalones de jean. También encuentro un par de zapatos que se ven cómodos.
Lucho con el uniforme de la guardia, pues no logro alcanzar el cierre de mi espalda. Joder, ¿cómo logré ponerme esto?
Me fijo en Dorian, el por supuesto que ya está casi listo. Sus rizos negros ligeramente húmedos caen sobre sus ojos que brillan de forma preciosa aún con la poca luz de la mañana que ingresa por las ventanas.
—¿Qué haremos ahora? —inquiero, por si el ya ha pensado en un plan. Continúo forcejeando con el cierre del overol.
—No sé —en secreto, veo como Dorian se coloca el cinturón en el pantalón— Buscar algún pasaje que nos lleve directo a Rumania.
—¿Sin dinero?
—Eso es fácil de arreglar ——le resta importancia— ¿Necesitas ayuda con eso?
—¿Qué? —ah, se refiere al cierre— Sí puedes.
El se acerca, me rodea y coloca sus manos sobre el cierre. Siento el rubor aparecer en mis mejillas y muevo los dedos, intentando no parecer tan nerviosa por su cercanía.
Con agilidad, comienza a bajar el cierre de forma lenta. Sus dedos me rozan la espalda y un escalofrío me recorre todo el cuerpo.El cierre llega hasta mí cadera y el overol cae dejando al descubierto mis hombros. Siento el vapor tibio de sus labios rozando la piel de mi nuca y suspiro, cerrando los ojos.
—Hay que irnos, seguro pronto abrirán el local —me advierte, alejándose de mí.
Me visto rápido y guardamos los uniformes en una mochila que también robamos. Salimos por la ventana por la que entramos y nos apresuramos en huir.
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DORIAN Y EL REINADO OSCURO | II
FantasyLIBRO II Siete años han pasado desde que el Internado Shellymoore cerró, y desde que Dorian Di Angelo se convirtió en el nuevo Rey de Italia. El antes inocente muchacho, se transformó en un hombre cruel y sin piedad. Tomando al pobre pueblo de Roma...