-Pharita - Asa-

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—파리타  - 아사—

—Cabello castaño = Asa—

—Cabello castaño = Asa—

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—Fever—

Miró con impaciencia el reloj que yacía sobre la pared de aquella habitación, las manecillas parecían no avanzar, soltó un suspiro antes de regresar su mirada hacia el pizarrón donde su profesor anotaba algo a lo que ella no prestó atención.

Con rapidez guardo cada cosa utilizada en su mochila para salir lo más rápido posible del lugar, no deseaba hacer que su mayor esperase más por ella. Subió a su bicicleta para poder dirigirse hacia alguna tienda de comestibles y comprar algunos snacks que le gustasen a la tailandesa.

Dejó con cuidado la bicicleta frente al garaje de aquella casa sin siquiera preocuparse porque alguien pudiese llevársela. Abrió la puerta principal con el juego de llaves que los progenitores de su amiga le habían dado, dirigiéndose directamente a la habitación de la mayor.

—¿Desde cuándo tienes llaves? — Murmuró la tailandesa nada más ver a su menor abrir la puerta de su habitación. — Y te dije que no podías venir, no deseo enfermarte. —

—Tus padres me las dieron en caso de emergencia. — Respondió la nipona al tiempo en que se quitaba el suéter que llevaba. — Y yo no deseo dejarte sola, mucho menos en el estado en el que te encuentras. —

Aquellas palabras lograron hacer que la joven pelinegra suspirase y rodase los ojos con falso fastidio, ella no admitiría lo feliz que se encontraba de que la nipona jamás le hiciera caso.

—Te traje un par de dulces. — Hablo Asa dejando los snacks sobre la mesita de noche que se encontraba a un lado de la cama de Pharita. — ¿Tienes hambre? —

Con cierta vergüenza la mayor asintió, lo cierto es que no podía levantarse de su lugar debido a que la fiebre le ponía sumamente débil.

—Vere que puedo hacer para que comamos. —

Y sin más la de piel palida salió de la habitación.

Pharita podía oír el ruido que la menor generaba en la cocina, no sabía lo que aquella chica estaba haciendo, sin embargo sabía que no debía preocuparse por ello. Mientras tanto, la castaña se esforzaba por crear una comida lo suficientemente decente para la chica con fiebre, lo que menos quería era que la tailandesa muriera por intoxicación o algo parecido.

—¡Listo! — El grito de la castaña logro que la mayor saltase en su lugar. — Lo siento. —

Pharita negó viendo con una sonrisa como la japonesa caminaba lentamente hacia ella con una bandeja en sus manos, lo admitiría solo para sus adentros, ver cómo aquella castaña le cuidaba hacia de su corazón un corredor de maratón.

—Tu única labor es comer y dormir, yo estaré aquí para lo que necesites. —

Después de todo, tener fiebre no era tan malo.

Importante: Creo que este Shot sera re-escrito en algún futuro

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Importante: Creo que este Shot sera re-escrito en algún futuro.

𝐵𝑎𝑏𝑦𝑚𝑜𝑛𝑠𝑡𝑒𝑟 𝑂𝑁𝐸 𝑆𝐻𝑂𝑇𝑆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora