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—¿ya estás listo? —su padre le preguntaba mientras le arreglaba el uniforme—

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—¿ya estás listo? —su padre le preguntaba mientras le arreglaba el uniforme—. ¿seguro?, ¿no se te olvida nada?

—papá —gyuvin lo miró, soltando su agarre—, estoy bien. estaré bien, ¿si? siempre lo he estado.

—es un país nuevo... nunca sabes que puede pasar o con quien te puedes encontrar.

—papá, estaré con gunwook y chae.

—aún así...

su padre acarició su mejilla y besó su frente, sonriendo.

—estás tan grande, mi príncipe...

—¿siempre seré tu bebé?

—siempre. ahora ve, wonjin debe estar molesto porque llevan mucho tiempo esperando.

gyuvin le dio un pequeño abrazo a su padre y tomó sus cosas, caminando hacia la salida.

—¡cuídate mucho!

—eso haré, pá. te amo.

—¡y yo a ti!

desde que gyuvin tenía memoria, siempre reconoció que su padre minhee era muy sobreprotector. actualmente, eso había cambiado un poco pero aún así minhee parecía no dejar de preocuparse cada vez que gyuvin salía de la casa sin compañía.

gyuvin salió de su casa y tomó aire, acercándose a la enorme camioneta que le pertenencia al padre de los mellizos y la abrió; subiéndose con una sonrisa.

—¡hola, tío wonjin!

—hola, gyuvin. dios, estás muy grande.

—gracias... perdón por hacerlos esperar.

—no pasa nada, tranquilo.

gyuvin cerró la puerta y se acomodó al lado de gunwook, quien no dejaba de mirarlo.

—¿qué me ves?

—te ves hermoso hoy.

gyuvin solo sonrió.

—gracias, tú también.

el auto comenzó a moverse, eunchae iba en el asiento del copiloto mientras que gunwook y gyuvin estaban juntos en el trasero. el camino no fue tan largo, se les hizo bastante corto conversando entre ellos y molestando a eunchae.

—¿quieren que los venga a recoger?

—no, papá —contestó eunchae—. aprovecharemos para llevar a gyuvin a dar una vuelta, quizás y hasta vamos al museo.

—bueno, cualquier cosa me avisan.

los mellizos se despidieron de su padre y gyuvin los imitó, agradeciéndole por pasar a recogerlo.

se bajaron del auto y ahí estaban, frente a la gran escuela.

gyuvin quedó impresionado por la elegancia y el lujo que los rodeaba. las puertas de cristal se abrieron automáticamente al acercarse y fueron recibidos por un amplio pasillo adornado con alfombras carmesí y pinturas valiosas en las paredes.

the idol ⁕ ryuvin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora