Capítulo 18

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  Armin decidió que sería interesante tomarse unas vacaciones, pues algo había decepcionado a la de rasgos asiáticos; y es que creyó que volver a Estados Unidos, a casa, le haría sentirse en paz otra vez por salir de esos entornos de guerra y muerte que tanto le atrofiaron la cabeza.

  Sin embargo, la vuelta a casa para tener una vida "sencilla" significó para ella una soledad emocional inmensa, incluso estando con Armin, siente que no hay nada que hacer en esa ciudad.

  Los parques verdes, con senderos, fuentes, árboles robustos, bancos de madera limpios, juegos para niños; las calles siempre bien cuidadas, separadas de la vereda con una franja amarilla y un cambio de relieve, muchas veces está hecha de hormigón abrillantado con diseños de rectángulos.

  Las casas de tipo Cape Cod de diversos colores como blanco, rojo, marrón, etc. Alguna que otra casa tipo Shotgun, las británicas Tudor Revival o incluso casas tipo Craftsman, casi siempre blancas o grises.

  Los centros comerciales siempre eran calles de dos o tres carriles, a veces muy concurridos, a veces no tanto, con aparcamientos de tamaño mediano, y con pequeños negocios repartidos por ahí; y cómo no, las estaciones de servicio siempre en algunas esquinas.

  A pesar de ser una pequeña ciudad no tan grande, tranquila, segura, y sobre todo bonita; a la asiática no le gustaba estar ahí. Su vida pre guerra en esa ciudad era hermosa, diversión y felicidad por todos lados.

  ¿Dónde quedaron sus amigos? ¿Su familia? Todos se han ido, o han muerto. La ciudad se sentía tan vacía, tan simple.

  De repente, la idea de ir a otro país no se veía tan mal, mucho más si hablamos de un país tan alejado de su hogar, Argentina. Armin le comentó que tenía amigos viviendo en una de las pocas ciudades grandes del país. ¿Quiénes son ellos? Eso le generaba intriga. Especialmente porque es británico, y en Argentina no es que sean precisamente los más populares por ciertos motivos...

  Por suerte para ellos, el aeropuerto que tienen en su ciudad es lo suficientemente grande como para brindarles un viaje directo desde Indiana hacia Argentina, por lo que pudieron fácilmente ir desde casa hasta el aeropuerto en taxi y finalizar los papeleos ahí mismo.

  A Mikasa le encantan esos establecimientos, especialmente porque algunos se parecen a centros comerciales por dentro y, se pueden comprar muchas cosas. Sin embargo a Armin no le emocionan tanto, y eso es porque en una ocasión cuando era pequeño, tuvieron que quedarse en el aeropuerto hasta la madrugada esperando a que llegue su vuelo atrasado. El aeropuerto era muy diferente de noche, con luces apagadas y casi nadie caminando por ahí.

  Ese enorme pasillo en el que se repartían todo tipo de servicios, ya sean de comida, manejo de equipaje, Recepción. Como máximo, vio a una o dos personas caminando, pero cuando desaparecían y el establecimiento estaba totalmente desolado, le daba miedo; no entendía por qué, sentía que no debería estar ahí, como si estuviera en un edificio abandonado, pero en perfecto estado.

  ¿Quieres ir a comer algo? - Mencionó el chico de la nada girándose a mirar a su pareja. Ella le sonrió como respuesta.

  Sí. ¿A dónde iremos? - Ya para ese punto habían dejado las maletas en el servicio de manejo de equipaje, por lo que tenían dos horas y media libres para hacer lo que les placiera.

  Creo que por el pasillo de la derecha, si subimos la escalera mecánica, hay un café al que podemos ir. - En ese momento ella tomó la mano de la chica para poder así, empujarla consigo.

  Mikasa simplemente se dejó guiar por su pareja, mientras se metía nuevamente en sus pensamientos otra vez, no podían dejar de atormentarla hiciera lo que hiciera; realmente deseaba con el alma salir de ese infierno precioso de ciudad de una vez por todas.

  El viaje por el medianamente concurrido pasillo fue largo y silencioso, tarde o temprano, el rubio se iba a dar cuenta que su chica estaba actuando de manera preocupante. Dejó pasarlo por un rato, sin embargo no para siempre.

  La escalera mecánica los dejó en el primer piso, siguieron caminando hacia la derecha, la cafetería se podía ver perfectamente desde su posición. Toda la base exterior está construida con base en madera barnizada, ya sea de roble o de nogal americano; con una entrada amplia que dejaba ver una barra con mostrador de mármol blanco sobre el panel frontal de ladrillo blanco y muchos taburetes negros.

  Pero la cafetería se extendía sobre un suelo de madera de roble clara, hay varios conjuntos de mesas y sillas de metal, con respaldo, asiento y apoyabrazos acolchados de rojo. También podías ver una pequeña columna de madera que se extendía por la mitad del establecimiento, al lado de estas, y también de las paredes; había sofás y mesas de café, los sofás estaban pegados a las paredes y a la columna con estructuras de madera. El lugar estaba concurrido, lleno al 30% se puede decir.

  Ambos se sentaron en una de las mesas con sofá al lado de un ventanal sencillo que apunta al pasillo, se sentaron uno contra el otro y Armin, por verla a su novia tan pensativa; decidió encargarse del pedido y la cuenta para así quitarle cualquier esfuerzo que tenga que hacer. 

  Aunque a decir verdad, le gustaba lo que veía; era la imagen de la Ackerman con el codo sobre la mesa y la mano sosteniendo su cabeza a través del mentón, mientras dirigía una mirada perdida fuera del establecimiento hacia la ventana, con los ojos entrecerrados y el cabello más desarreglado de lo normal.

  La Ackerman portaba una suavemente reflectiva, chaqueta tipo Vertical Quilted de color negro. El cierre estaba hasta arriba así que no se podía ver nada más; además de claramente, la bufanda roja de Eren.

  Parece que antes de salir, la chica se aplicó un pequeño rubor melocotón bien difuminado con el color natural de su piel, también había pintado sus labios de coral para completar el look, sin embargo no se hizo un delineado en los ojos, cosa que claramente era muy extraña, ya que era lo primero que ella siempre se aplicaba. Por alguna razón, tomó la razón de no aplicarlo; ¿olvidarse? imposible, ella jamás deja pasar un solo detalle.

  ¿Qué tan normal era que empiece a sentirse atraído por ella de esa forma? ¿Qué tan normal es que mire a la azabache con los mismos ojos con los que miraba a Annie, sintiéndose azotado con vergüenza al apreciar la belleza de la chica con detenimiento?

  Él no era ningún estúpido, no se pondría con las mariqueras de que "hay, qué es esto que siento en mi estómago?", sabía perfectamente que empezaba a sentir atracción por ella, específicamente ligada al cariño que le agarró con la convivencia, a pesar de que a veces, hubo algunas peleas.

  ¿Qué pasa, Mikasa? - Interrumpió el chico, de la nada ella salió de su mundo sorprendida redirigiendo su atención al rubio, se encontró con los ojos azules y profundos esperando de ella una respuesta.

  Devolvió entonces su cabeza hacia la ventana otra vez...

  ¿Te acuerdas de lo último que te conté? Cuando tuve que escoger entre salvar a unos civiles o dejarlos morir en pro de nuestra misión y después tuve que aguantar una pelea entre Eren y Annie... ¿Lo recuerdas? - Ella giró su cabeza al chico de nuevo.

  Sí... ¿Qué pasó? - Replicó el chico colocando el codo en la mesa y su mentón sobre el puño perteneciente al brazo que está sobre la mesa. Así mientras miraba a su pareja a los ojos.

  Mikasa volvió a apartar la mirada, haciendo una pequeña pausa.

  "Usamos un arma ilegal, un monstruo diseñado para causar sufrimiento extremo a quien sea su víctima. Esa misma arma que atacó a los insurgentes de Marcel."

  La chica presionó sus manos y labios con fuerza, además de que empezó a temblar por los nervios.

  Después de eso, pasó, pasó que... - Ella se cortó, Armin no dejó de prestar atención, sin embargo se mantuvo callado esperando a que ella se pueda expresar. - Creo que, fue el momento que arruinó mi vida para siempre.

  Armin no pudo evitar sentir pena, pero intriga al mismo tiempo. Mikasa presionaba sus dientes alocadamente, mientras sus ojos empezaban a cristalizarse, exigiendo de ella derramar un poco de lágrimas, ya que la situación empezó a ganarle.

  Nosotros... Ese fue el momento... - Otra vez hubo un corte. - Llevamos a cabo un ataque con Fósforo blanco, los brutalizamos, les provocamos un final agonizante, los rostizamos y ellos tan sólo podían gritar. Se quemaron vivos. Y todo fue, porque yo ordené que así fuera...

𝑻𝒂𝒏 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒖𝒏 𝑨𝒓𝒎𝒊𝒏 𝒙 𝑴𝒊𝒌𝒂𝒔𝒂 𝑴á𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora