Capítulo 24

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  "Eres la única persona que no se mereció sobrevivir."

...

  Armin, estoy pensando abrir una ONG para ayudar a refugiados de medio oriente tanto dentro como fuera de la región. - Mencionó la azabache de la nada, sorprendiendo al rubio; él giró un poco su cabeza para mirarla a los ojos.

  Estaban en el avión. Había sido un día complicado para ambos; en el caso de Mikasa por el estrés de tener que preparar sus maletas a las apuradas, y del suplicio mental que tuvo que aguantar por culpa de su consciencia criticándola por lo que hizo en venganza. Armin por el hecho de tener que olvidarse tan abruptamente de la molestia contra ella para no perder el vuelo.

  En ese momento estaban los dos montados en el avión, ya había despegado hace como 30 minutos y ese sería un viaje bastante largo. Por suerte para su privacidad, están sentados al lado de su ventana en un área de tres asientos, pero nadie compró el asiento del lado.

  Ella apartó la mirada al sentir cómo Armin le miraba con atención.

  Me di cuenta que no tuve tiempo de pensar en las cosas que estaba haciendo, ahora que estoy más tranquila pienso en todo y... sienta muy mal. - Armin parpadeó, seguía prestando atención pero sin decir nada. - Mucha gente ahí murió; no sobrevivió nadie aparte de yo misma. A veces pienso en, ¿y si muchos de ellos tenían familias fuera de Dubai? Deben estar sufriendo la pérdida.

  Entiendo. - Respondió el rubio automáticamente, la azabache se sintió aliviada de notar que el tono de Armin era neutro, siempre tan paciente...

  Ya no puedo ayudar a nadie en Dubai porque, ya no hay nadie a quien ayudar. Pero quizás... Puedo ayudar a personas en Siria, en Afganistán, Palestina. - Ella automáticamente giró su cabeza para dirigirla directamente a Armin. - ¿Tú que piensas?

  Es muy noble. - Él sonrió junto a la respuesta que brindó, Mikasa no pudo evitar sentir una felicidad muy profunda por esa respuesta.

  Pero apartó la mirada, sin embargo se apresuró a tomar su mano y apretar el agarre, con cuidado obviamente.

  Sé que soy un problema, Armin. - Lo dicho sorprendió fuertemente al rubio, por el cambio tan repentino de tema. - Sé que sólo te genero problemas y que quizás no querías venir, pero lo haces por mí. Sé que a veces, me comporto como una estúpida y... - En ese momento se detuvo porque no sabía cómo continuar; sin embargo Armin esperó con paciencia lo que ella quisiera decirle.

  Sólo quiero decirte que lo siento, no soy más que una asesina trastornada. No sé cómo mejorarme. - Tras decir eso, ella empezó a sentir cómo el aire sufría más para entrar en su cuerpo y su voz sollozaba. - Si te soy sincera c-creo que no tengo arreglo; quizás estoy condenada a quedarme así. Seguramente es lo que merezco, pero; no quería que eso también te afecte.

  El llanto se iba haciendo poco a poco más presente, presionaba el agarre con la mano de Armin.

  Sin ti literalmente no soy nada, Armin. El cuento de que tengo que amarme a mí misma y ser autosuficiente no me cabe, no me ayuda, estar sola en casa es una de las cosas más espantosas que experimenté en mi vida. - Tuvo que tomarse un pequeño tiempo para inhalar y exhalar con más fuerza. - Sin ti no puedo vivir, te tengo una dependencia de la hostia y creo que no hay manera de arreglarlo.

  Lo entiendo. - Respondió él, dejando a la Ackerman con la boca cerrada por un tiempo. - No te voy a criticar ni menospreciar por eso. - A pesar que quien sostenía la mano era ella, él empezó a acariciarla para consolarla un poco.

  Las lágrimas empezaron a bajar con más fuerza en ella, las ganas de desbordarse eran tantas que incluso emitió un quejido lloroso sin darse cuenta.

  Lo que dijiste ayer... Cas-casi me da un infarto porque. - El tono estaba totalmente roto. - "Te quito la paz", "S-soy un estorbo" me duele por-que... Tú eres el pilar que me sostiene con v-vida pero, yo en lugar de eso s-soy-soy sólo un problema para ti... y-y no lo sé... - Para ese punto estaba llorando como una bebé, no le importaba ya el hecho de que él vea eso en ella. - Tengo miedo, no quiero-no-noquiero que me dejes un día porque, porque yo...

  Está bien, para... - Ordenó el chico con un tono relajado para denotar que no estaba siendo hostil. - Ya entiendo lo que quieres decir, no hace falta que continúes.

  Mikasa siguió sollozando en silencio; mientras como podía, disfrutaba de las caricias que su novio le daba en la mano.

  Fui muy duro contigo, lo siento. - Tras eso, Mikasa giró la cabeza por la sorpresa, Armin se sorprendió internamente al ver lo estropeada que estaba su cara por culpa de las lágrimas. Sin embargo, él le regaló una sonrisa y llevó cuidadosamente una mano a su mejilla. - Deberías dormir un poco para drenar todo ese estrés.

  Ella apartó un poco la mirada hacia abajo tras escucharle.

  ¿De verdad me amas? - La pregunta fue algo tímida, pues ella temía que él se enfade con ella por hacerle esa pregunta otra vez. Él tan solo suspiró suavemente tras la pregunta

  Sí, yo te amo. - Se lo dijo con un tono un poco más dulce. - Puedes pedirme que te quite esa duda las veces que te hagan falta.

  Gracias. - La respuesta fue casi inmediata, su tono ya no se sentía tan perdido.

  Duerme un poco venga. - Eso lo dijo automáticamente. - Créeme que lo necesitas.

  Tras un par de segundos sin decir nada, el rubio se apresuró a quitar el respaldar de brazo que separaba su silla de la silla de la nipona, dejando vía libre para que ella pueda unirse a él. El chico puso sus manos en la espalda y cabeza de la chica, presionándola hacia su regazo.

  Puedes dormir aquí si quieres. - Mencionó con un tono suave mientras la apoyaba suavemente encima de sí. Con su mano izquierda buscó en su rostro entre sus mechones desordenados la mejilla de la otra para poder acariciarla. - Yo voy a seguir trabajando en la laptop, tú sólo relájate.

  ¿Por qué eres tan dulce...? - La pregunta de la chica sorprendió al británico.

  Porque eres demasiado dura contigo misma, necesitas que al menos una persona te trate bien. - La respuesta del chico la hizo suspirar y cerrar los ojos con fuerza. Ella seguía sosteniendo que no se lo merecía, pero prefirió callarse pues; es verdad que le hace falta.

  La pelinegra sólo pudo reaccionar apretando el muslo de su novio con la mano, como modo de contener el gozo que le provocaba escuchar esas palabras.

  Eres mi héroe. - La afirmación de voz quebrada claramente sorprendió al chico, quien reaccionó acariciando con un poco más de vigor y cariño. No podía replicar a eso directamente.

  Sin embargo lo que sí hizo fue moverse un poco hacia la derecha abajo, abriendo el cierre de la mochila en la que tenía guardada su laptop. 

  Pues... Ahora mismo tu héroe se pondrá a trabajar. Así que aprovecha que estaré tranquilo para dormir. - Lo dicho al principio dio un poco de risa a la azabache, también sacó una sonrisa en el rubio. - No te dejaré sola mientras no puedas aguantar por ti misma.

  Gracias. - Ella tan solo inhaló y exhaló con profundidad, cerró los ojos mientras el rubio prendía el aparato con una mano y la acariciaba con la otra.

  Pronto estarían fuera de los Estados Unidos, Mikasa se preguntaba mientras se resguardaba en la comodidad de su novio qué tan útil sería eso para drenar todo su estrés, se preguntaba si alejarse de su hogar sería una buena medicina para olvidar todo lo que vivió e hizo en Dubái, que es la principal razón de sus tormentos.

𝑻𝒂𝒏 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒖𝒏 𝑨𝒓𝒎𝒊𝒏 𝒙 𝑴𝒊𝒌𝒂𝒔𝒂 𝑴á𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora