-Dormiras en la habitación de Victor y el al precioso sillón - hablo doña plantas con una sonrisa que era la maldad pura en vida, Victor observo aquella mujer maligna, la mirada de Victor mostraba la verdadera traición, el sillón sería su compañero en el cual descargaria un mar de lágrimas por dormir en el, -Y no me lo vayas a ensuciar por qué me lo pagas- otra apuñalada se hizo presente en esa sala, el joven estaba deduciendo como hacerle, para cumplir las reglas impuestas por la maligna mujer. Muajaja, eran los pensamientos que iban por la mente de doña plantas.
-Oki doki- Layla dijo a la madre del joven quien estaba alababa su ternura, sin más, doña plantas llevo a la joven a la habitación del pobrecito de Victor quien andaba refunfuñando a la almohada por qué era la única que le hacía caso, -aqui es donde dormiras- abría la puerta doña plantas para mostrar la habitación para después salir, la joven observo todo con una sueve atención, era amplia, tenía una repisa llena de figuras dónde también se encontraba aquella piezas de cristal en forma de Luna, todo era muy organizado y limpio, también había un librero repleto de libros a más no dar, habia un escritorio donde se encontraba una computadora y plantas decorativas, objetos de colección y escolares, una linterna de noche, además del clóset y baño, la cama al centro con una mesita de noche, había unos cuantos pósters, era cálido.
La joven sonreía mientras miraba con curiosidad su alrededor, después de observar un poco más decidió irse a dormir, está vez no dormiría con su preciosa pijama, pero se iba a aguantar, se recostó en la cama para sumergirse en suaves sábanas, estaba cansada y tenía que analizar el improvisado día que acababa de tener, pero no había sido malo, inconscientemente sus ojos poco a poco se cerraron hasta dormirse completamente, y así quedar profundamente dormida, ojalá esa suerte también la tuviera Victor.
El pobre muchacho estaba acostado en el sillón mirando hacia el techo mientras una lágrimita corría por su mejilla,
-Pinshe sillón, ta reduro- susurro en un sollozo, extrañaba su camita, sus sabanitas, su colchoncito suavecito y esponjoso, y la única culpable de su desgracia era doña plantas, -Mañana se va a arrepentir hasta de sus pecados- dijo en medio de un suspiro el joven para después limpiarse sus ojitos de las lágrimas, el muchacho estuvo toda la noche en modo dramatización hasta que se durmió.
Al día siguienteEl jóven se despertó debido a su alarma, era hora de ducharse, pero había un problema, tenía que entrar a su cuarto, en su cuarto estaba Layla, Layla estaba dormida, y si está dormida tendría que despertarla, y no tiene la menor idea de como hacerlo. Momento de debate mental activado, -Me lleva la que me trajo, primero el desgraciado sillón, ahora esto, no pues vida ya llevame- decía para si mismo el chico, se iba a dirigir a su habitación cuando ve a la Reyna de Roma bajar, -Ahi estás, señora vengativa- apuntaba con un dedo a su progenitora mientras está reia, -No mijito, tu ya sabes que con el chisme no se juega, y tu cometiste sacrilegio al no contarme las cosas tal y como son, y ese mi problem no es-, se ponía en pocision de diva divina inalcanzable la mujer que estaba arriba de las escaleras.
Después de ese pequeño enfrentamiento ambos volvieron a lo suyo, -Por cierto, en un momento ya puedes entrar en tu cuarto, ya desperte a mi nuera, se está bañando- decía tranquila la mujer mientras cepillaba sus dientes,
-Gracias... ESPERA, ¿!TU QUE, DIJISTE!?-,
respondió sorprendido el joven ante las palabras de su madre, -Mi nuera, te lo deletreo o que, N-U-E-R-A, hay hijo deberas, como llegaste a preparatoria si ni escuchar puedes, hay no que vergüenza contigo- decía su madre mientras ponía su mano en su frente,
-Lo de no saber oír, lo saqué de usted por si no sabía doña plantas- solo bastaron esas palabras para ofender al máximo a doña plantas, -Con mis plantas no- ¿Correr?, era obvio, uno que sabe apreciar la vida huiría, ambos reían en el transcurso de esto, era un lindo recuerdo para ambos, hastaaaaa que Don cupido bajo para mandar a comportar a ambos locos que corrían por toda la casa, le causaba gracia esto, si que lo había extrañado.
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Tan Hermosa Como La Poesía © || Hanne Rossy || Editando
ПоэзияDos jóvenes, un verso de poesía. Simplemente resonando al compás de sus corazones sin haberse conocido, una simple coincidencia daría resultado un lindo sentimiento. El no entiende lo que siente y ella no comprende lo que sucede. Tal para cual. ¿Un...