6 • ∆Aro∆

123 7 10
                                    

Michael pareció ser el único en notar el cambio en Luke.

Nada había sucedido desde que el chico había ido de visita a la casa del rubio, le había devuelto su suéter pero, Luke parecía ser de nuevo el mismo tipo engreído del equipo de basketball.

El día escolar había terminado y cada quien se apresuraba a llegar a su casa, hacía un frío inquietante y el viento soplaba moviendo las hojas del suelo. Michael se enamoraba de aquél clima tan gótico como las novelas que leía a escondidas durante la clase de literatura.

Y lo vio a lo lejos caminando de una manera lenta y con la cabeza gacha, Michael se despidió de sus amigos con la excusa de que tenía que hacer algo importante; y partió rápido hacia la dirección del rubio ojiazul.

Eres una mierda Lukey, bien sabes que cuando llegues lo volverás a hacer.

Y Luke se apresuró más al caminar.

¿Qué? ¿Por qué no lo haces de una vez? Vamos chico, yo que quieres irte de este infierno de vida que llevas.

¡Cállate!

Mike oyó la voz interior de Luke, ahora era él.

¿Te molesta saber la verdad? Esa es Luke, eres un asco. Mierda, muérete.

Jódete.

Muérete.

¡Cállate ya!

¡Eso es lo que deberías hacer! ¡Tomar una puta navaja y abrirte las venas de una jodida vez!

Se escuchó un sollozo proveniente del chico, angustiado Michael se acercó pero de un momento a otro Luke se partió a correr hacia el patio trasero de una casa, aventó su mochila del otro lado de la cerca y luego la brincó él.

Posiblemente con la intención de perderse en el bosque.

El teñido se lo pensó una vez y fue corriendo de igual manera. Sólo que con más trabajo al saltar la cerca.
Oh Michael, debes de ejercitarte más y comer menos pizza.

Corrió detrás de Luke, pudo escuchar sus sollozos a medida que se iba acercando hacia él, pero Luke no dejaba de correr.

Muérete Luke.

Escuchó un pensamiento huir de la cabeza del rubio, podría decir que vio cómo el pensamiento se quedaba atrás.

Finalmente el chico se detuvo y cayó de rodillas mirando al cielo, sintiéndose una mierda de persona.

¿Por qué soy tan horrible?

Y Luke comenzó a llorar sintiéndose cada vez más pequeño.

El teñido se sorprendió al sentir una lágrima recorrer su mejilla, sinceramente se le partía el corazón escuchar a Luke llorar tan triste.

No sabía si acercarse o no, quizá necesitaba un tiempo a solas con él mismo, ¿para qué? ¿Para seguir escuchando esa voz de mierda? O quizá acercarse y hacerle saber que no estaba solo, que él lo quería mucho y que otras personas también.

×JUST LIVE×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora