𝐋𝐨𝐯𝐞𝐝𝐭𝐚𝐥𝐞: 𝐄𝐥 𝐑𝐞𝐧𝐚𝐜𝐞𝐫 𝐃𝐞 𝐀𝐢𝐝𝐞𝐧 [Genocida]

Capitulo 28 Temporada 1

El silencio de la noche envuelve la cabaña abandonada mientras Aiden se sumerge en un sueño intranquilo. Dentro de su mente, los recuerdos del orfanato resurgen como fantasmas del pasado, acechándolo en la oscuridad de la noche.

Aiden se encuentra de nuevo en la sala común del orfanato, rodeado de niños que comparten su destino de soledad y abandono. La fría sensación de desesperanza lo envuelve mientras recuerda los días interminables de su infancia, marcados por la indiferencia y la crueldad de los adultos que debían cuidarlo.

Los gritos de los niños resonaban en sus oídos mientras revivía los momentos más traumáticos de su tiempo en el orfanato. Recuerdos de noches sin dormir, hambre persistente y el constante temor a la violencia física lo atormentan, como si fueran llamas que devoran su mente una y otra vez.

En el sueño, Aiden se ve a sí mismo como un niño pequeño, indefenso y vulnerable, buscando desesperadamente una salida de la prisión invisible en la que se encontraba atrapado. Los rostros de los otros niños, marcados por la desesperación y el sufrimiento, lo persiguen mientras lucha por escapar de su propio pasado.

Diálogo Interno de Aiden:
Aiden: (susurrando) ¿Por qué tengo que revivir esto una y otra vez? ¿Por qué no puedo liberarme de estos recuerdos malditos?

Las sombras del orfanato se ciernen sobre él, amenazando con arrastrarlo de vuelta a la oscuridad de su pasado. Cada rincón del sueño está impregnado de una sensación de opresión, como si estuviera atrapado en un laberinto de dolor y sufrimiento del que no puede escapar.

Los momentos más dolorosos de su infancia se despliegan ante sus ojos cerrados, como si estuviera reviviendo cada momento con una claridad vívida y cruel. Aiden se estremece mientras las emociones abrumadoras lo envuelven, recordándole el precio de su deseo de venganza y poder.

El sudor perlado se acumula en su frente mientras lucha contra los fantasmas de su pasado, tratando desesperadamente de encontrar una salida de la tormenta de recuerdos que lo consume. Sin embargo, por más que luche, la oscuridad parece envolverlo más apretadamente, atrapándolo en un ciclo interminable de dolor y sufrimiento.

Mientras tanto, en la realidad, su respiración se vuelve agitada y sus movimientos se vuelven frenéticos bajo las sábanas desgastadas de su cama en la cabaña abandonada. Las imágenes del orfanato continúan atormentándolo, recordándole las heridas que nunca sanarán y los demonios que nunca lo dejarán en paz.

Dentro del laberinto de sus recuerdos, Aiden se encuentra solo en una habitación austera y sombría del orfanato. Mira al frente y se mira a si mismo pero de niño en esa habitación del orfanato, en sus manos sostiene un peluche desgastado y manchado, un vínculo frágil con la inocencia que una vez tuvo.

Diálogo Interno de Aiden:
Aiden: (susurrando) ¿Por qué todavía guardo esto? ¿Es acaso un recordatorio de la fragilidad de mi infancia, o simplemente un ancla a un pasado que preferiría olvidar?

Las lágrimas ruedan por sus mejillas mientras acaricia el peluche con manos temblorosas, aferrándose a él como si fuera su última conexión con un tiempo más feliz. Sin embargo, incluso el suave tacto del peluche no puede disipar las sombras que acechan en las profundidades de su mente.

De repente, la puerta de la habitación se abre con un chirrido ominoso, y Aiden siente un escalofrío recorrer su espalda al ver a la monja del orfanato entrar con un látigo en la mano. Su corazón se acelera de miedo mientras recuerda los castigos brutales que sufrió a manos de esta figura autoritaria y cruel.

Monja: (con voz áspera) ¡Levántate, niño malcriado! Es hora de enseñarte una lección que nunca olvidarás.

Aiden se queda petrificado mientras la figura de su versión más joven, indefensa y vulnerable, se tambalea frente a la monja. Los gritos de dolor y angustia llenan la habitación mientras el látigo se abate una y otra vez sobre el cuerpo del niño, dejando marcas invisibles en su piel y cicatrices indelebles en su alma.