Al entrar y cerrar la puerta, sam
me empujó contra esta y comenzó a
besarme ferozmente de nuevo,como si
su vida dependiera de ello.
"Me tienes vuelta loca mon, ya
no aguantaba más. Nunca me había
pasado esto de no poder controlarme.
Es como... como un instinto que va
más allá de mi voluntad y... que me
abruma" intentó explicarse sin dejar
de mirarme a los ojos en ningún
momento "...sé que esto está muy
mal pero.... a la vez se siente tan
bien" agregó luego de unos segundos.
Podía sentir y entender su angustia y
confusión porque yo estaba pasando
por lo mismo.
Sus palabras me hicieron pensar. Si
ella quería esto y yo también, entonces
lo más lógico era hacerlo, sin embargo
había otros factores que debía
considerar.
Número uno: Ella era casada.
Número dos: Ella era 15 años mayor.
Número tres: Era la mamá de mi
mejor amiga
Número cuatro... no pude seguir
con mi reflexión mental porque me
distraje mirando sus labios. Eran
rosados, gruesos y besables. Su
respiración estaba agitada y su pelo
enmarañado. Se veía demasiado sexy...
A la mierda con todo.
"Será nuestro secreto. Solo dejémonos
llevar por nuestros deseos, aunque
sea solo por esta noche, solamente
usted y yo" murmuré contra sus labios
intentando de alguna forma u otra
calmarme a mi y a ella.
"Sólo tu y yo" ella repitió esta vez antes
de volver a atacar mis labios. No podía
negarme. iCómo hacerlo?.
Tomó la base de mi camiseta y
comenzó a subirla a lo que yo levanté
mis brazos para que pudiera sacarla
por completo. La tiró en algún lugar y
quedé tan solo con mi brasier. Yo hice
lo mismo con ella y luego pasé mis
manos por su espalda hasta Ilegar al
broche de su brasier para desatarlo y
deslizarlo lentamente por sus brazos
Lo arrojé al piso y de inmediato con
mi mano derecha acaricié su pecho
izquierdo. Su piel ardía en llamas y
Ia mia también. Comencé a jugar con su pezón entre mis dedos, el cual se endureció de inmediato con mi tacto. LO pellizque y ella gimió en mi boca. Subí mi mano izquierda a su pecho derecho y jugué con ambos pezones simultáneamente. Amasé sus pechos con la palma de mis manos sintiendo sus pezones endurecidos contra estas.
Ella seguía gimiendo. Tener las manosbsobre sus pechos se sentía como estar tocando el cielo y el infierno al mismo tiempo.
Ella era la mamá de mi mejor amiga
por todos los cielos.
Me tomó desprevenida cuando sacó mi brasier sin que me percatara. Ahora ella comenzó a jugar con mis pechosval igual que yo lo hice con los suyos. Cada vez me costaba más reprimir mis gemidos. Me mordía el labio pero era en vano, estos escapaban de mi boca a
su antojo. Estaba sintiendo demasiado
y la única forma de liberarme era
mediante mis gemidos y quejidos de
placer.
Empezó a dejar besos por mi mejilla.
después bajó a mi mandíbula y se dirigió hasta mi oreja en donde
chupó mi lóbulo y tiró de este con
sus dientes. Luego bajó por mi cuello
dejando mordidas y lamidas. Con la
punta de su lengua trazó un camino
de saliva hasta entre medio de mis
pechos donde dejó un dulce beso para
después dirigirse a uno de sus pechos
y dejar más delicados besos sobre este.
En ningún momento dejó de mirarme.
Tomó mi pezón entre sus labios y
luego lo lamió con la punta de su
lengua, succionó fuertemente y gemí
agudo. Metió mi pecho en su boca para
después soltarlo provocando un "bop".
Realizó el mismo proceso con mi otro
pecho. Yo me limité a mirarla mientras
gemía como loca por lo bien que ella
me hacía sentir. Lo peor de todo era
su mirada traviesa, como si estuviera
consciente de lo loca que me estaba
poniendo y solo quisiera ver como me
estremecía de placer por sus caricias
tan bien proporcionadas
En un momento de lucidez comencé
a guiarla hacia el escritorio de vidrio
que estaba atrás de nosotras ya que
no creía poder seguir en pie por
mucho tiempo. Hice que apoyara su
trasero en este mientras metía una de mis piernas entre las suyas. Era
mi momento de degustarla ahora
yo a ella así que comencé a dejar
besos en su cuello para después ir
bajando lentamente por su clavícula
y hasta el centro de su pecho. Dejé un
delicado beso justo entre sus pechos
y después dejé una fuerte lamida en
cada uno de ellos justo en la ahora
dura protuberancia. Seguí bajando por
su abdomen, embriagándome con su
exquisito sabor.
Estaba totalmente hipnotizada por su
olor y su suave y morena piel. Estaba
en otro universo, esto era el cielo en la
tierra.
Bajé mis labios hasta el inicio de
sus jeans. Me puse de rodillas frente
a ella y miré hacia arriba. Estaba
preciosa, tenía las mejillas rojas y el
pelo desordenado, los labios rosados
e hinchados y los pezones erectos. Era
una diosa. Nunca se me borraría esa
imagen de la cabeza.
Desabroché su pantalón y bajé el
cierre, apreté su centro por sobré la
tela y ella comenzó a moverse inquieta
contra mi mano. Tomé la cinturilla de sus jeans y se los bajé lentamente,
los saqué por completo y una vez
que estuvieron en sus tobillos, los
tiré a un lado dejándola sólo con sus
bragas y nada más. Dejé un beso en su
feminidad por encima de sus bragas
rosadas de encaje y pude sentir lo
mojada que ya estaba. Presioné mi
lengua contra su centro y la moví de
abajo hacia arriba por su intimidad.
No era mi primera vez y sabía como
hacer que se excitara. Si quería que
esto se repitiera tenía que dejarla con
una buena primera impresión.
53
Me tomó de los hombros e hizo que
me pusiera de pie. Me guió hasta sus
labios mientras sus manos se dirigían
al broche de mis pantalones que
quitó de un rápido movimiento para
dejarnos en igualdad de condiciones
una vez que la ayudé a quitármelos
Me tomó por la cintura y me guió
hacia el escritorio dándome la vuelta
de modo que quedé de espaldas a ella
y mirando hacia el escritorio "Se han
cambiado los roles ino?" susurró con
voz ronca en mi oído.
"Mhm..." murmuré como pude con la
voz grave. Estaba demasiado excitada
como para formar una oración o
palabra coherente.
Me tomó de la nuca y delicadamente
me empujó hacia abajo provocando
que mis pechos y mejilla chocaron con
el frío vidrio del escritorio. "Sam.
Por favor haga algo, ya no aguanto
más" le pedí desesperada. Comenzó
a menear sus caderas contra mi
trasero de manera sensual mientras
acariciaba mi espalda y nuca. Bajó
sus labios hasta mi espalda y pude
sentir sus pezones duros contra esta
Tomó la orilla de mis bragas y las
comenzó a bajar lentamente hasta
que llegaron a mis tobillos tocando
el suelo. Instintivamente las pateé
lejos.Se separó de mi un momento
para sacarse las suyas y después
descaradamente las dejo encima del
escritorio cerca de mi cara. Yo mordí
mi labio por lo erótico y sensual que
era todo esto. Ni en mis fantasías más
sucias me imaginé que esto pasaría
Ella tenía todo mi trasero a su
disposición.
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me enamoré de la mamá de mi mejor amiga
RomanceNo me arrepiento de haberte querido ...