Sabía que él quería saber exactamente qué era lo que le decía, pero ¿para qué? ¿Por qué tanta curiosidad? ¿Por qué estaba molesto?
Cuando se acercó a Milo después de pensárselo dos veces debido a la expresión que tenía en su cara, el chico simplemente se dio la vuelta y, al igual que Silvia, se marchó.
Durante los ejercicios en donde desarrollarían vínculos con sus compañeros de elenco y sus personajes, cosa que siempre hacían antes de empezar como hacer lecturas en parejas mientras comentaban, improvisación, tenían debates sobre los personajes, entre otros, estuvo todo el rato pendiente al chico. Terminó hablándole cuando él pensó que nunca más iba a escuchar su voz.
- ¿No vienes con nosotros? - le dijo al ver cómo se levantaba e iba hacia un pequeño grupo compuesto por otros jóvenes que formaban parte del elenco. Estaban haciendo improvisaciones en grupos pequeños.
- Tenemos que variar con los grupos.
- Bueno... quédate hoy aquí - masculló, aún sentado en su silla.Ante lo que le dijo el chico, Milo lo miró en silencio por unos minutos hasta que Daniel y Álvaro se acercaron junto a una muchacha de pelo rojizo, Ginebra, una chica italiana que tenía un acento bastante gracioso a la hora de hablar español, con la que Matheo hasta ahora no había hablado.
A la hora de irse a comer, Mateo no fue junto a los chicos, tampoco se quedó para ver si hablaba a solas con Silvia, sino que fue hacia la parada de bus para irse a casa y ver a su madre. Mientras esperaba levantado al bus, entró un ratito a Instagram. Desde que habían empezado con las preparaciones se había olvidado casi por completo de ver el teléfono.
Su número de seguidores había aumentado drásticamente, también tenía algunas solicitudes de mensaje, las cuales por el momento no aceptó, y también varias menciones tanto en publicaciones y historias que por el momento solo eran por parte de la cuenta del film y la de Silvia. Cuando entró al perfil de la mujer y vio las últimas publicaciones que hizo, en las que como no, él salía, de repente en la pantalla salió un número al cual no tenía agregado, el cual contestó. Antes no solía contestar esas llamadas pensando que era spam, pero desde que el film había comenzado perfectamente podría estar llamándolo alguien de producción o alguien más.
- "Hola?" - dijo él tras colocarse el móvil en la oreja.
- "Te has ido" - habló la voz de la otra línea.
- "¿Quieres que vuelva?" - exclamó él mirando a su alrededor - "¿Dónde estás?"
- "Olvídate."- "Silvia..."
La llamada finalizó ahí mismo y a pesar de lo que le había dicho la voz que ahora deseaba escuchar decir su nombre entre susurros, se marchó de la parada y camino directo hasta llegar al estudio de producción. No entró, esperó verla en la entrada o delante de su coche, el cual siempre aparcaba delante pero ni ella ni el coche estaban. Ella se había ido y él había ido simplemente hasta allí para ahora perder el bus. "Joder".
Quiso volver a llamarla, decirle que estaba allí y que fuera por él o al menos a buscarlo, pero no se atrevió. Guardó el móvil en el bolsillo de su pantalón y entró al edificio, el cual estaba todavía abierto, yendo así a los baños del primer piso.
"Puta mierda..." susurró yendo hacia uno de los cubículos, en donde se encerró para sentarse sobre la tapa del váter, había perdido el bus para nada.
Terminó llamándola.
- "Ven..." - suplicó él una vez ella contestó la llamada.
- "Mateo, te dije que te olvidaras."
- "Yo también quería verte..." - habló el chico, llevándose una mano sobre el rostro.
- "Te dije que te olvidaras" - repitió la mujer.
- "He perdido el bus viniendo hasta aquí... Silvia..."
- "Ahora no puedo ir."
- "Hazme el favor..."
- "Mateo, no puedo ir."
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ENTRE LUCES Y CARICIAS ; Matienzo
RomanceEl chico alzó la mirada de su guión. Delante suyo estaba su compañero. Quizás lo que estaba plasmado en el papel que sostenía en sus manos terminaría sucediendo en la vida real. ¿Quién sabía?