T W O.

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—¿Tienes información?— pregunté a través del teléfono mientras admiraba la vista de Busan desde mi nuevo departamento.

—Es alguien cercano, aún no sabemos con exactitud quién— respondió uno de los hombres que investigaba la muerte de boss.

—Mantente alerta. Si el asesino sabe que estamos más cerca intentará cualquier cosa para desviar la investigación, ¿Entendido?

—Si, señor.

Con un sonido de garganta dí por terminada la conversación, aventé el teléfono al sillón de cuero negro que tenía al lado y suspiré. El asesino era alguien cercano a la familia, podría ser uno de los hombres, cualquiera de los abogados o incluso, uno de los hijos aunque me costara aceptarlo.

—¿Se le ofrece algo más, señor?— preguntó Bladio desde la puerta del despacho.

—No, estoy bien— respondí sin apartar la vista que tenía de mi ciudad natal —, puedes descansar por ahora, no sé, sal a dar una vuelta, te aseguro que no te vas a arrepentir.

—¿Seguro?— asentí levemente —. Está bien, estaré cerca por si necesita de mí.

Una vez aclarado todo, Bladio desapareció por la puerta dejándome solo, las bocinas de algunos autos resonaban a la lejanía, el tráfico no era tan pesado por ahora y la fresca brisa me gustaba, no era fría pero tampoco caliente, no era fuerte pero tampoco suave, simplemente era perfecta.

De un momento a otro recordé las primeras noches de vuelta en Corea, cuando encontré a Bladio conversando con esa mujer, por su vestimenta podía deducir que trabajaba en algún club, se notaba que no era mujer con clase pero tampoco era grosera, sólo era alguien que ha sobrevivido a ésta vida llena de obstáculos.

¿Por qué pensaba en ella?

Sacudí levemente mi cabeza borrando todos esos pensamientos percatandome que tocaban la puerta nuevamente.

—Adelante.

—Disculpe señor, sólo quería avisarle que el señor Min está aquí— habló la mujer mayor continuamente de una reverencia.

—Ya salgo, gracias por avisar— sonreí levemente.

—————

—¿Puedes quedarte tranquila?— preguntó por sexta vez mi mejor amigo.

—¿No ves lo gigante que es el departamento?— estaba completamente sorprendida, ni la mitad de todo esto ocupaba mi pequeña casa.

—Si, lo vienes diciendo desde que entramos— respondió mirándome mal —. No hagas que me arrepienta de haberte traído conmigo, Keyla.

—¿Por qué estas tan tenso, Yoongi? Cálmate, ni que el mundo se fuera a acabar.

—Estoy tenso porque posiblemente estemos bajo el techo de mi nuevo jefe, así que cállate y tranquilizate.

—¿Nuevo jefe?— pregunté extrañada —. ¿No es que te gustaba ser tu propio jefe?

—Esto no lo vas a entender...

—Pero puedes explicarme.

—Ay, que inteligente.

—Entendí el sarcasmo, idiota.

De pronto unos pasos se escucharon proviniendo de un gran pasillo, mi piel se erizó por una extraña razón y hasta nerviosa me encontraba, como si fuera yo quien estuviera buscando este empleo en vez de mi mejor amigo.

Comencé a morder mis labios tratando de tranquilizarme, sin embargo era un caso perdido y fue su voz la que hizo que mis ojos se abrieran de par en par, giré levemente mi cabeza hacia donde miraba Yoongi encontrándome al hombre alto y rubio de aquella noche. Sentí como mi garganta se secó de inmediato, su caminar lo veía en cámara lenta, la luz que se colaba por el gran ventanal me hacía detallarlo mejor, era un hombre completamente apuesto y no podía negarlo ni aunque lo odiara.

Mobster Wolf | JJK [+21] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora