—¿Por qué haces que me comporte así?— pregunté mirándolo fijamente deleitandome con su cuerpo marcado y sudado debajo mío.
—Tú deberías saber la respuesta...— respondió en un hilo de voz mientras sonreía amasando mis glúteos aún sobre sus muslos —¿Sabías que te ves hermosa ahí arriba?
—Claro que lo sé— sonreí.
—Keyla...— gimió mi nombre al sentir como comenzaba a moverme lentamente con su miembro dentro de mí.
Eran aproximadamente las tres de la mañana, desde el momento en el que nos adentramos a mi habitación no paramos ni un sólo momento, eran orgasmos tras orgasmos en compañía de la música que aún resonaba de la fiesta. Sabía que las fiestas de Park Jimin duraban hasta más del amanecer, la casa quedaba patas arriba y todo el mundo dormía en cualquier rincón de la casa, sin embargo eso no me importaba ahora, sólo quería seguir sintiendo el placer que Jungkook me brindaba.
—Mmh...— solté un jadeo mientras tiraba mi cabeza hacía atrás disfrutando de las estimulaciones que recibía de parte del hombre que había puesto mi mundo de cabeza.
Jungkook tomó fuertemente mi cintura para girarme y posicionarme debajo de él, nuestros ojos no dejaban de mirarse mientras él me embestía sin pudor alguno. Mis uñas se clavaban en su piel demostrándole que me sentía en el punto más alto del éxtasis, entraba y salía con mucha fuerza, sus testículos ayudaban a estimularme y básicamente era una loca que gemía incontrolablemente.
—Ahora eres mía— habló con voz grave entre jadeos —. Mía y de nadie más, mia amata.
—Es una forma original de... joder— gemí mientras me abría más para él —, de pedirme ser tu pareja.
—Mi pareja, ni novia, mi mujer, mi esposa, todo— sonrió —. Te juro que no sé qué me hiciste, Keyla...
Sus brazos se tensaba en cada embestida dejándome me ver los marcados y grandes que eran, una de mis manos fue a uno de ellos acariciándolo levemente para luego clavar mis uñas en el, dejándole marcas seguras.
Los besos de Jungkook alrededor de mi cuello mi hacían girar los ojos, se sentían húmedos y deliciosos, mis labios entre abiertos eran un deleite visual para él al igual que mis senos moviéndose de arriba a abajo con fuerza. Estábamos a punto de llegar hasta que un alboroto abajo nos hizo detenernos.
—Seguro es una pelea entre algunos machos— dije con mi respiración agitada —, no sería raro aquí— reí recordándome un poco de aquellas fiestas.
—¿Segura que no es nada importante?— preguntó de la misma forma que yo, asentí —. Bueno...— sonrió para continuar embestiéndome.
Con ayuda de sus dedos húmedos sobre mi clítoris masajeandolo circularmente algo rústico y exquisito, volví a estar en el punto exacto en que me encontraba hace unos momentos, en cambio yo lo provocaba aparentando su miembro entre mis paredes provocando que su entrecejo se frunciera haciéndolo ver aún más atractivo de lo que ya era.
—Tienes que llegar conmigo...— gimió en uno de mis oídos.
—Será todo un placer— sonreí llevando mis piernas a su cintura para enrrollarlas ahí dándole más acceso a mí.
—Maldición Keyla...— gimió por última vez hasta llegar al orgasmo juntos.
Ambos sonreímos mientras nos mirábamos sin poder creer un poco que habíamos estado juntos a pesar de todo, pero esa felicidad se acabó al segundo que escuchamos algunos disparos.
Jungkook rápidamente se separó de mí para vestirse, yo hice lo mismo para después acercarme a él que se encontraba revisando el pasillo, una de sus manos se estiró hasta mi cuerpo para tomarlo, capaz era una manera de sentirse algo tranquilo entre tanto escándalo. Se podían escuchar algunos gritos desesperados por sobre la música, algo que me preocupaba más de lo debido.
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Mobster Wolf | JJK [+21] ©
Hayran KurguJeon JungKook, el consigliere más temido de la mafia italiana tendría que viajar nuevamente a su país de origen a resolver algunos asuntos importantes, lo que nunca se esperó es que mientras no se encontraba al lado del boss, este fallecería dejándo...