Capítulo 21- Mon trésor.

4 1 0
                                    

Nate.

Seguía fuera de trance cuando de pronto Cassie se separa lentamente de mí, causando que mi cuerpo exija su cercanía de nuevo.

¿Me quería alejar? Era evidente que no. Por mí, podría alargar este momento para siempre.

Normalmente cuando estaba con Cassie detestaba su lejanía y me estaba empezando a preocupar por empezar a volverme adicto a ella, pero creo que era algo inevitable. Ya había caído y ambos lo sabíamos.

Me impactó tanto que tomara el paso, como si no temiera de absolutamente nada, que por un momento pensaba que todo estaba ocurriendo dentro de mis sueños.

—Cass...

—Lo siento—abre los ojos temerosa.

Frunzo el ceño.

No, lo último que tenía que hacer era disculparse.

—¿Por qué lo sientes?

—Me sobrepasé. Sé que quieres tiempo hasta estar bien y yo...

La callé posando mis labios contra los de ella sellando el momento que para mí, ya se había convertido en el mejor de toda mi vida.

Al separarme acaricio su mejilla sonriendo un poco a causa de ella, simplemente de ella. No sonreía por nada más, ni siquiera por lo que había dicho. Era solo por ella.

—No tienes que disculparte por nada. Yo he querido esto también.

—Querías esperar...

—Sí, pero también moría de ganas por besarte desde la primera vez que te vi, Cassie.

Mierda, eso fue muy sincero de mi parte.

Pero era la verdad y no pensaba ocultarla por nada del mundo. Pasé mucho tiempo ocultando lo que sentía en todos los aspectos, haciéndome indiferente ante todo y todos que de alguna u otra forma me olvidé del sentimiento en sí, de lo que se sentía amar y querer a alguien, sin embargo, desde su llegada pude volver a sentirlo. A sentirme en casa.

Recordaba cada paso en mi vida, cada sensación de cariño que experimentó mi cuerpo. Cada decepción. Cada enfado. Cada emoción.

Los ojos extremadamente hermosos de Cassie me observaban con impresión por tal sinceridad.

Quien me conozca sabe que este tipo de momentos casi nunca ocurrían, pues, me costaba bastante ser directo con las personas, incluso cuando nos referimos a ese sentimiento tan fuerte como el cariño.

Las personas que han experimentado un pequeño porcentaje de mi cariño y amor es un grupo muy reducido y fácilmente contables por una sola mano.

—Gargamel está convirtiéndose realmente en un osito cariñosito.

Carcajeo sin dejar de verla con fijeza. Amaba este momento, sin duda lo hacía.

Me costaba mucho expresar lo que estaba sintiendo, pero aseguraba que jamás lo había sentido con absolutamente nadie.

—Quizás me estés convirtiendo en uno.

—¿Estamos pasando de la era pitufos a la era ositos cariñositos?

—No lo sé, ¿un osito cariñosito te besaría en la terraza de la mansión de un conocido?

—Probablemente no.

—Entonces nos quedamos en la era pitufos.

—Gargamel tampoco lo haría. Creo que te pega más un Christian Grey.

—Oh, no, ni lo digas.

Ella carcajea fuerte abrazándome por la cintura. Un gesto tan simple pero tan emocionante que me hace sonreír con amplitud.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 11 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mi último deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora