Capítulo 8- Sospechas.

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Cassie.

—¿Y...qué tal?

Centra su mirada en mi por unos segundos para luego dirigirse hacia los lienzos.

—Es muy tú.

—¿Eso es...bueno?

—Es original. Es perfecto, Cassie.

Siento como el pequeño órgano que me mantiene viva empieza a agitarse con rapidez después de que Nate pronunciara esas palabras. Había experimentado esa sensación muy pocas veces, y en ninguna de ellas se debía a algún chico.

A veces sentía que me faltaba un poco de cariño en mi sistema. Recuerdo gustarles a dos compañeros, pero nada tan interesante como para poder recordar sus nombres, sin embargo, ahora siento la necesidad de recordarlo todo de Nate y que él recuerde todo de mí, claro está.

Sabía que mi conexión con Nate fue instantánea, por muy idiota que haya sido. Algo que es desde el comienzo es difícil olvidarlo con facilidad o darlo por alto. El parecía pensar lo mismo que yo, pues su lenguaje corporal lo delataba por mucho que él no quiera.

Volviendo a la realidad, lo vi analizando un cuadro hecho por mí con concentración.

—¿Qué es? —pregunta, curioso.

—Es un sentimiento.

—¿Un sentimiento? ¿Cómo dibujas un sentimiento?

—Mira, ¿qué sientes al verlo?

—Me abruma un poco.

—¿Por qué? —sonrío un poco colocándome a su lado para mirarlo.

—No lo sé, es muy oscuro..., es muy cerrado.

—Ahí está. Un dibujo de un sentimiento. Tú sentiste algo, yo sentí algo al hacerlo.

Enarca una ceja viéndome curioso.

—¿Estabas abrumada al hacerlo?

—Estaba desesperada y algo estresada.

—Se nota.

Rio ante su tono de voz y asiento.

—En cambio, este otro...—saco una pintura más colorida—¿Qué sientes al verla?

—La verdad, me hace sentir en una nube rosa rodeado de millones de unicornios.

—¡Genial! Lo diseñé un día en el que mi corazón estaba a mil, me sentía muy feliz.

—Entonces me gustaría ver más de estos. Me gusta cuando estás feliz.

Vale, eso había colapsado a mi pequeño corazón.

A veces puedes resultar tierno, Gargamel.

—No pretendía serlo.

Sacudo la cabeza antes de escuchar su voz algo avergonzada.

—¿Así buscas escapar de los demonios?

Me enfrío en mi lugar para girar a verlo con los labios fruncidos.

—No sé si escapar, pero si atraparlos, cada uno se encuentra en una pintura diferente.

—Yo no sé qué hacer para atrapar o ahuyentar a los míos.

—¿No hay nada que te guste hacer en tus tiempos libres?

—Pocas veces tengo un tiempo libre, pero..., cuando lo tengo, suelo escribir.

Abro los ojos un poco sorprendida al escuchar sus palabras.
Escritura...

—¡Nate, eso es genial! Los atrapas en palabras, en frases.

Mi último deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora