Capítulo 10- Amusant.

3 0 0
                                    


Cassie.

Al salir del auto de Nate noto como sus hombros seguían tensos. No habíamos hablado mucho por el camino, solo para decirnos cosas puntuales lo cual empezaba a incomodarme un poco, si debía admitirlo.

Ayer quedé bastante preocupada después de que se marchara supuestamente a su salón de clases. Sabía que había pasado algo, lo había notado en el auto y lo confirmé al ver como saludaba a Carson. Luego, al enterarme de que en realidad se había ido a su casa, quedé mucho más preocupada que en principio.

Conocía a Nate desde hace no tanto, pero bien sabía diferenciar si estaba bien o no y ayer era de esos días en los que no lo estaba. Entendía si el trabajo lo agotaba, incluso me apetecía ayudarlo un poco con eso, así que me arriesgue.

—Oye, quería preguntarte algo—me siento en una de las sillas de la cafetería.

—Dime—su atención parecía estar solamente en mí.

—Sé que sonará raro, pero se me están acabando los ahorros que hice antes de venir aquí.

—¿Necesitas dinero? —pregunta confundido.

—Sí, para eso quería preguntarte si quizás tenías algún espacio para mi en la tienda. Puedo ayudar en cualquier cosa.

Frunce un poco el ceño pareciendo perplejo.
—¿Quieres trabajar en Fourienr's?

—¡Si! —sonrío.

—Siempre habrá espacio para ti, pero Cassie, ¿estás segura?

—Cien por ciento segura.

—Vale, puedo darte un horario pequeño, así no te desgastas.

—No, nada de eso. Necesito trabajar, Nate, de verdad.

—Okey, debo planificar mejor eso, supongo.

Aplaudo con emoción y sonrío ampliamente.

—¿Qué te gustaría pedir? —me mira con atención.

—Mmmm..., nunca he probado los macarrons.

Su mirada ahora reflejaba diversión y su cuerpo se relajaba poco a poco, pero notablemente.

Bien, macarrons. ¿Algo de tomar?

Café au lait, he escuchado que son buenos haciendo esos por aquí.

—En mi punto de vista, así es.

Sonrío y lo miro dirigirse hacia una chica que se encontraba colocando unos croissants en los mostradores.

La verdad era que Nate era, bajo mi punto de vista, el hombre más hermoso que había visto nunca. A veces me costaba apartar la mirada de él, se me hacía incluso imposible hasta cierto punto.
Estaba empezando a amar su forma de hablar, de caminar, su acento francés marcado, el como su cabello alborotado cae por su frente, su mirada oscura y fría pero que en cuanto conecta con la mía se convierten en un par de ojos cafés y cálidos.

Si le preguntan a la Cassie de hace unos años seguramente diría que era una locura sentir tanta atracción hacia alguien. Me preocupaba en serio que me gustara incluso su forma de caminar, pero es que era tan recto, tan hipnotizante, que ya era imposible.

Pensar en Nate era increíble, tenerlo cerca era el triple de increíble, más que todo porque ambos sabíamos perfectamente lo que significa nuestra amistad, sin embargo, a veces no le prestaba del todo atención a eso y me permitía sentir, sentirlo, sentir a mi corazón agitarse al verlo, sentir el hormigueo en mis dedos por también ocultar mis sentimientos.

Mi último deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora