2- Escape

170 19 1
                                    

Al día siguiente, Tate, decidió llevar su cámara fotográfica. Quería si o si tener una foto de Zowi aunque sea de lejos.
Sabía que tenía actitudes de acosador, pero no le importaba.
Bajó sin tomar desayuno ni hablar con su madre. La relación entre ambos se había quebrado cuando ella empezó una nueva relación.

Se subió en su bicicleta y partió al instituto.

Al llegar se puso detrás de un árbol, había llegado antes que todos.
Esperó ahí cerca de 30 minutos hasta que empezaron a llegar los alumnos.
Se emocionaba cada vez que veía a una chica pero al instante se desanimaba cuando veía que no era su querida Zowi.

Se preocupó cuando vio que no llegaba, hace 5 minutos había tocado la campana para entrar, ella jamás llegaba tarde.
Esperó unos 10 minutos más, sentado bajo el árbol cuando vio a lo lejos a Zowi correr. Sonrió y se levantó, enfocó su cámara hacia ella, pero con el zoom se dió cuenta que no corría porque llegaba tarde, alguien la seguía.
Un auto pasaba lentamente tras ella.

Dudó en ir a ayudarla pero prefirió fotografiar el auto. Era negro, sin patente y no se lograba distinguir al conductor.
Zowi volteó a ver si aún estaba en peligro, tomó una piedra del suelo y la lanzó al cristal del copiloto.
-Jodete, pero jodete bien, hijo de perra!

Gritó ella, levantando el dedo de en medio, mientras el auto se iba a toda velocidad.

Tate nunca la había visto así, ni siquiera pensó que sabía maldecir.
Corrió hasta ella, preocupado.
-Zowi, estás bien?

La chica sorprendida y agitada respondió.
-No, voy tarde a la clase.

Lo sobrepasó, como si nada, como si no hubiesen intentado secuestrarla hace 3 segundos.
-Que?... Zowi,qué fue eso?

-Que cosa?

Dijo ella sin darle importancia.
Trae, frustrado la detuvo tomándole el brazo.
-Hace menos de 6 segundos ví que arrancabas de un auto.

Zowi se mordió la lengua, como si no quisiera responder.
-No fue nada Tate, solo un hombre queriendo acosar a una colegiala, normal para nosotras.

Ella desvío la mirada, Tate sabía que estaba mintiendo.
-Zowi, si algo te pasa debes decirme.

Ella le miró, quería decirle algo pero no podía, se veía la angustia en su mirada.
-No es nada.

Pero si había algo.
Tate la jaló y la abrazó.
A lo lejos vio el auto estacionado, era obvio que la persona dentro los estaba observando. No le quitó la vista, no la soltó hasta que el coche se fue.
-Tate vamos a llegar tarde...

La miró poniendo sus manos sobre sus hombros.
-Que tal si no entramos?

Zowi miró asustada el imponente edificio.
-Pero... A dónde iremos?

Preguntó para su sorpresa, pensó que se iba a negar rotundamente a esa idea.
-Vamos a mi casa, podrás conocer a mi hermana.

La chica tragó saliva, sería la primera vez que saltaría las clases, pero le encantaba la idea de conocer más de Tate.
-Vamos.

Dijo y en un segundo, Tate la tomó de la mano y la llevó hasta su bicicleta.
Ella se sentó atrás de él y juntos fueron hasta su casa.

Tate se fijó que ella miraba cada esquina algo asustada, supuso que era por el auto.
-Faltan solo dos cuadras.

La tranquilizó.

Al llegar Zowi se sorprendió por la estructura. Era una casa extraña, lúgubre, pero tenía su magia.
Tate estacionó la bicicleta en una esquina de la reja.
-Ven.

Ambos entraron y casi de inmediato una chica con características físicas especiales emergió de la puerta.
-Tate!

El chica lo abrazó.
-Ade, mamá no está?

-No, se fue a trabajar poco después de ti.

Tate sonrió.
-Buano, estaremos los tres.

Adelaide miró a Zowi y le extendió su mano.
-Hola, soy Adelaide.

Zowi estrechó su mano.
-Yo soy Zowi, soy compañera de Tate.

Ade miró de forma pícara a Tate.
-Que raro, Tate no trae compañeras a casa, de hecho no trae a nadie.

Tate le puso la mano en la boca.
-Mejor entremos.

Mientras Tate y Ade hablaban, Zowi recorrió la casa.
-Te gusta nuestra casa?

Ade asustó a Zowi.
-Si, si, es bonita...

Ade sonrió poniendo sus manos en su espalda.
-Me alegra que Tate tenga una novia.

La cara de Zowi parecía un tomate, estaba traspirando helado.
-No, yo no...

Ade no esperó respuesta y la llevó hasta su habitación.
-Mira.

Dijo entusiasmada, mostrándole sus muñecas.
-Yo misma les hago los trajes.

Zowi se sentó en la cama junto a Ade y tomó una de las muñecas que le llamó la atención.
Era una muñeca de porcelana con el rostro sonriente pero ojos tristes, tenía el cabello largo de un negro único y unas marcas en las muñecas.
-Estas marcas?

Ade miró.
-Ah.

Se acercó a ella y le susurró.
-El hombre malo la secuestró y tiene esas marcas por las sogas.

Zowi asintió.
-Ya veo.

Tate entró con una bandeja.
-Les traje chocolate caliente y pastel.

Zowi aceptó con gusto, era justo lo que necesitaba después del susto que había pasado.
Tate se sentó al lado de Ade dejándola en medio de ambos.
-Les estaba mostrando mis muñecas a Zowi, dice que le gustan.

Zowi y Tate se miraron.
Ade lo notó y se levantó de su cama, fingió un bostezo y dijo.
-Tengo sueño, quiero dormir.

Tate se levantó.
-Bien, te dejaremos dormir.

Zowi asintió y ayudó a Tate a poner la scosas en la bandeja.

El por su parte, ayudó a Ade a acostarse.
-Estaremos al lado.

Adelaide se despidió de Zowi agitando su mano derecha, mientras Tate cerraba la puerta tras de él.

Al cerrarse la puerta, Zowi sonrió.
-Es una linda niña.

-Si, lo es...

Tate la llevó hasta su cuarto y cerró la puerta.
Ella puso la bandeja en una mesita que estaba al lado de la cama.
-Y ahora, que hacemos?

Preguntó ella y Tate miró su televisión.
-Podemos jugar.

-Podemos jugar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A first love tale (Tate Langdon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora